Comicios presidenciales

El lobby pro-Israel pone a Biden entre la espada y la pared en plena campaña electoral

La campaña demócrata necesita más que nunca la financiación de estos donantes para plantarle cara a Trump

El fuerte voto de protesta contra Biden por su política hacia Israel y Gaza lastra su victoria en las primarias de Michigan

El presidente de EEUU, Joe Biden, durante un mitin de las primarias demócratas en Las Vegas, el pasado 4 de febrero.

El presidente de EEUU, Joe Biden, durante un mitin de las primarias demócratas en Las Vegas, el pasado 4 de febrero. / KEVIN LAMARQUE / REUTERS

Irene Benedicto

Irene Benedicto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La guerra de Gaza se ha convertido en un asunto central en la campaña de las elecciones presidenciales de EEUU del próximo mes de noviembre. Por un lado, la presión aumenta para que el presidente Joe Biden consiga un alto al fuego en un conflicto que ya supera los 30.000 muertos. Por otro lado, con los índices de aprobación por los suelos, la campaña de Biden, con un gran volumen de financiación del lobby pro-Israel, necesita más liquidez que nunca para hacer frente a Donald Trump, su probable rival en las urnas.

EEUU es el país donde vive más población judía fuera de Israel, con unos 6 millones de judíos que, sin embargo, representan apenas un 2% del electorado. Pero la importancia de la comunidad judía en las elecciones estadounidenses no se mide en votos sino en millones de dólares.

A pesar de que Biden ha endurecido recientemente su lenguaje contra el presidente israelí, Binyamín Netanyahu, EEUU mantiene su ayuda militar. Las razones son geopolíticas –Israel es un aliado clave en Oriente Próximo–, pero también domésticas, según el experto en relaciones EEUU-Oriente Próximo Tariq Kenney-Shawa. "Biden ha decidido que es más costoso enfrentarse al lobby pro-Israel que enfadar a los estadounidenses árabes, palestinos y progresistas", explica a EL PERIÓDICO este analista político del instituto de investigación palestino Al-Shabaka.

La influencia del AIPAC

Pero el apoyo a Israel no es una cuestión de color político, lo han hecho históricamente todos los ocupantes de la Casa Blanca. El Comité de Asuntos Públicos Estadounidense-Israelí (AIPAC) es considerado el lobby más influyente de EEUU y fue un apoyo crucial para hacer a Trump presidente en 2016. Pero los 5,4 millones de dólares que el AIPAC donó se repartieron equitativamente entre ambos partidos en el último ciclo electoral 2020-2022.

El AIPAC gastó "grandes sumas para influir en los resultados de las primarias demócratas" de las que Biden salió elegido, explica el experto de financiación política de la Universidad de Connecticut Paul Herrnson. El lobby pro-Israel se ha amparado en un reciente cambio legal que permite donar cantidades ilimitadas de dinero a partidos y candidatos: son las ahora denominadas Superpac. Herrnson anticipa que, en 2024 de nuevo, el AIPAC "ayude a los candidatos que apoyan su misión".

Al desaparecer el techo de recaudación, también ha habido "un aumento vertiginoso de los desembolsos de donantes independientes", añade Herrnson. Los inversores particulares son los que mueven más efectivo.

La organización sin ánimo de lucro OpenSecrets, con sede en Washington DC, es el referente que rastrea y publica datos sobre financiación de campañas electorales y lobbies en EEUU. De los 25 mayores donantes a políticos y campañas electorales, 16 de ellos se reconocen como judíos y, a pesar de que eso no les convierte necesariamente en simpatizantes de Netanyahu, deja a Biden en una posición particularmente delicada con el actual conflicto de telón de fondo.

George Soros

El mayor financiador es el multimillonario George Soros, que escapó de la ocupación nazi en Hungría y se hizo popular al provocar la quiebra del Banco de Inglaterra con una inusual maniobra de especulación de divisas con la que se enriqueció. Sin embargo, Soros, que ha aportado más de 178 millones de dólares al Partido Demócrata en solo dos años, se quiso desmarcar del lobby pro-Israel pidiendo un alto al fuego en una carta abierta y abogando por la solución de los dos estados. También ha realizado una donación de 15 millones de dólares a grupos propalestinos.

Por su parte, Michael Bloomberg, propietario de la agencia de noticias que lleva su nombre, condenó los atentados de Hamás en un editorial y pidió más ayuda militar del Gobierno de EEUU para armar a Israel. El también exalcalde de Nueva York se presentó a las primarias demócratas de 2020 y se retiró en favor de Biden, donando 50 millones al partido en los dos años siguientes.

Los principales financiadores del Partido Republicano también se han posicionado a favor de Israel en el actual conflicto. El fundador del fondo de inversión Citadel, Kenneth Griffin, que aportó 72 millones de dólares a los conservadores, ha pausado sin embargo sus donaciones a la Universidad de Harvard de la que era un megadonante (300 millones de dólares el año pasado) tras los movimientos estudiantiles propalestinos. Así mismo, el fundador del gigante inmobiliario Blackstone, Stephen Schwarzman, que contribuyó con 37 millones al Partido Republicano, donó 7 millones a la causa israelí en octubre.

En cambio, Silicon Valley prefiere a los demócratas. Un ejemplo son los 15 millones donados por el fundador de Linkedin, Reid Hoffman, quien, sin embargo, desde que estalló el conflicto ha dedicado una parte de su capital a boicotear a los congresistas más de izquierdas que votaron en contra del apoyo militar a Israel.

Opinión pública polarizada

Con todo, las recaudaciones de este ciclo electoral están tardando más en llegar y ambos candidatos necesitan efectivo. Trump lleva gastados más de 23 millones de dólares en su defensa judicial. Sin un rival real en las primarias de su partido –solo Nikki Haley sigue en pie, pero con una desventaja insalvable–, el magnate se concentra en Biden: dice que los ataques de Hamás nunca hubieran sucedido bajo su mano dura.

Por eso, la prioridad electoral del presidente demócrata es recaudar dinero e invertir en su imagen pública, mermada en gran parte por la campaña de desprestigio del Partido Republicano, que señalan su avanzada edad y una gestión débil, Gaza incluida.

Mientras, aunque ambos candidatos en su paso por la Casa Blanca hayan apoyado la causa israelí de manera similar, la opinión pública se polariza. "Los americanos sienten que EEUU está directamente involucrado [en la guerra de Gaza]", asegura a este diario Lama El Baz, del Chicago Council on Global Affairs, que publicó este jueves una nueva encuesta de opinión pública.

Desde que la guerra comenzó, más de la mitad de los simpatizantes republicanos opinan que EEUU debe apoyar a Israel (56%). Al contrario, entre los demócratas, la mayoría de republicanos (62%) prefieren que su gobierno no tome partido. "Ya no es un asunto de judíos o musulmanes, la sociedad estadounidense está dividida", concluye Lama El Baz.

Suscríbete para seguir leyendo