Elecciones EEUU 2024

Lío en Georgia: un romance de la fiscal pone en jaque el caso penal más potente contra Trump

Una vista que ha arrancado este jueves podría acabar con la descalificación de Fani Willis por su relación con Nathan Wade, un subordinado al que contrató

Una testigo les contradice sobre cuándo iniciaron la relación y los dos, a los que se acusa de conflicto de intereses y de sacar beneficio económico, se ven forzados a testificar

El histórico juicio penal contra Trump, primero a un expresidente de EEUU, empezará en Nueva York el 25 de marzo

La fiscal Fani Willis, en una comparecencia pública.

La fiscal Fani Willis, en una comparecencia pública. / ELIJA NOUVELAGE / REUTERS

Idoya Noain

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De los cuatro casos penales que enfrenta Donald Trump, el más potente según muchos expertos legales es el abierto en Georgia por sus intentos de alterar las elecciones de 2020 en ese estado. Ahora el futuro de la causa corre peligro por una relación romántica de Fani Willis, la fiscal del condado de Fulton, con Nathan Wade, uno de los fiscales que contrató para el caso.

Uno de los 18 encausados junto al expresidente y favorito para la nominación republicana para noviembre presentó en enero una moción para intentar que sean descalificados Willis, su subordinado y toda la oficina de la fiscalía, acusándoles de conflicto de intereses. Aunque Willis intentó que se desestimara, el juez que preside el caso, Scott McAfee, permitió que siguiera adelante y organizó una una vista que se abrió este jueves y se prolongará por lo menos hasta el viernes. El magistrado ya ha dicho que no tomará una decisión inmediatamente si acaba este viernes.

La primera audiencia, que ha sido televisada, ha empezado con un serio revés para Willis y Wade: con una testigo que ha dicho que su relación empezó antes de lo que han dicho públicamente. La fiscal, así como Wade, ha tenido además que pasar por el estrado para ser interrogada en una sesión que ha sido tensa y feroz.

A continuación, varias claves explican el caso y el trascendental momento en que se encuentra.

El caso de Georgia

Trump fue imputado por Willis en agosto del año pasado junto a otras 18 personas (cuatro de las cuales se han declarado ya culpables). Esa imputación, que ha incluido también a destacados aliados de Trump como su jefe de Gabinete Mark Meadows y el abogado Rudy Giuliani, se construyó con amplias pruebas sobre los intentos de alterar los resultados electorales, incluyendo la llamada en que Trump pidió al secretario de Estado que le encontrara los 11.780 votos que necesitaba para ganar a Joe Biden, y la trama para enviar electores falsos a Washington.

Los cargos están construidos en virtud de la ley contra la delincuencia organizada y asociaciones corruptas, conocida como ley RICO, concebida para luchar contra la mafia y otras organizaciones criminales y una de las más duras en EEUU, con penas de entre cinco y 20 años de cárcel. Al tratarse de un caso estatal y no federal, una condena quedaría fuera de un potencial autoperdón de Trump si volviera a la Casa Blanca. Y Georgia es uno de los pocos estados donde el gobernador tampoco tiene autoridad para conceder el perdón, que depende de una junta encargada de perdones y libertad condicional y en ningún caso puede llegar antes de cumplir un mínimo de cinco años de condena.

La relación "clandestina" de Willis

El 8 de enero Michael Roman, que trabajó en la campaña de Trump y es otro de los imputados en el caso, presentó una moción en la que reveló que la fiscal Willis había mantenido una "relación clandestina" con Wade, al que contrató en noviembre de 2021 para el caso.

La defensa de Roman, de la que se encarga la abogada Asleigh Merchant, alega que la relación empezó antes de la contratación, que Wade no tenía experiencia previa para ser fichado para el cargo, que ha cobrado más de 650.000 dólares por el trabajo hasta ahora y -lo que aseguran que representa un conflicto de intereses que merece la descalificación- que pagó viajes, vacaciones y cruceros que hizo con Willis a destinos como Miami, Napa Valley en California, Aruba y Belize.

"Cuanto más trabajan en el caso, más cobran", ha alegado en la fase previa Merchant, que asegura que "los dos han adquirido un interés personal y tienen cosas en juego en la condena" de su cliente, "negándole así su derecho a un juicio justo". Los abogados de Trump, así como los de otros encausados, ha presentado mociones en apoyo a la de Roman y están participando también en la vista .

Anna Cross, la abogada que representa a la fiscalía, ha denunciado en cambio que "la defensa no aporta hechos, no presenta leyes; presenta cotilleos".

La vista

El juez McAfee decidió el lunes mantener la vista prevista para el jueves. “Se puede descalificar si se presentan pruebas que demuestran un conflicto o la apariencia de uno”, dijo el magistrado del tribunal superior del condado de Fulton para explicar su decisión.

La sesión ha sido explosiva. Una de las primeras personas en pasar por el estrado ha sido Robin Bryant-Yeartie, que fue amiga personal de Willis desde la universidad, llegó a trabajar en su oficina y le subarrendó un apartamento. Esa testigo ha declarado que la fiscal y Wade iniciaron su relación mucho antes de que Willis le contratara a él, algo que ellos públicamente han negado.

El juez ha dado luz verde después a que fueran interrogados Wade y Willis. Él ha sido el primero en hacerlo y ha mantenido que iniciaron la relación romántica solo después de que hubiera sido contratado y que la acabaron en verano de 2023, antes de que se produjera la imputación de Trump y los otros encausados. También ha insistido en que no hubo beneficio económico de la fiscal Willis y ha insistido en que se repartían los gastos prácticamente a medias, incluyendo en los viajes, y en que ella le hizo algunos reembolsos en efectivo, por lo que no tiene registros de esos pagos.

Los momentos más dramáticos de la vista han llegado cuando Willis ha subido al estrado. La fiscal, conocida por su fiereza y determinación en su trabajo, se ha mostrado muy combativa, especialmente con la abogada Merchant. Le ha acusado de estar propagando "mentiras" y en un momento le ha dicho: "Usted cree que yo estoy siendo juzgada. No lo estoy por más que lo intente. Esta gente está siendo juzgada por intentar robar unas elecciones en 2020".También ha tenido cruces tensos con los abogados de otros encausados, y especialmente con el de Trump.

La fiscal ha insistido en que no hubo nada impropio en su relación con Wade ni en la contratación. Ha reiterado el calendario de esa relación. Ha defendido también que pagaron a medias los gastos de viajes, explicando que no haya registros de los reembolsos que ella le hizo porque siempre guarda dinero en efectivo. Y de hecho ha asegurado que ese era un punto de fricción en la relación, definiéndose como una mujer negra independiente y explicando que Wade tenía problemas para verla como una igual.

Las consecuencias

El juez McAfee ha adelantado al final de la sesión del jueves que, acabe o no la vista el viernes, cuando Willis podrá ser interrogada por miembros de su propio equipo y serán convocados otros testigos, no será el día en que anunciará una decisión.

Tome la que tome, lo sucedido hasta ahora ya ha dado un golpe al caso en términos de imagen pública y de percepción.

Como era de esperar dada su costumbre de insultar a fiscales y jueces, Trump ha estado asaltando la integridad de Willis y aliados republicanos han intensificado sus ataques también. La congresista ultra Marjorie Taylor Greene ha presentado una queja ante la comisión de ética de Georgia, el Senado estatal que controlan los republicanos ha establecido un panel para investigarla y en el Congreso en Washington también ha puesto en marcha una investigación en el Comité Judicial de la Cámara de Representantes Jim Jordan, otro de los radicales aliados de Trump.

El daño al caso, no obstante, va más allá. Incluso si siguiera adelante con el mismo equipo fiscal, lo sucedido podría influir en potenciales jurados en su visión sobre lo justo de la persecución de los imputados o sobre la integridad de Willis.

Si McAfee decide descalificar a Willis, Wade y su oficina, el Consejo de Fiscales de Georgia tendría que buscar otro fiscal para seguir adelante, un proceso que no se sabe cuánto tiempo podría llevar. Los precedentes para esperar que sucediera rápido no son buenos. Otro juez ya descalificó a Willis para el caso contra Burt Jones, un antiguo senador estatal republicano acusado de colaborar con Trump en la trama de interferencia electoral. Lo hizo porque la fiscal había participado en un acto de recaudación de fondos para un rival de Jones cuando este se presentó a las elecciones para vicegobernador. Aunque el juez dijo que Willis no rompió la ley sí dijo que la óptica era “horrible” y la separó del caso. Jones fue elegido y aún no ha enfrentado una nueva imputación.

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