Francia

El Gobierno francés permitirá a los libreros del Sena permanecer durante los JJOO

París 2024: el desafío de unos Juegos Olímpicos en un mundo convulso

Puestos de los buquinistas a la orilla del río Sena, en París.

Puestos de los buquinistas a la orilla del río Sena, en París. / AFP

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El Gobierno francés ha renunciado a expulsar a los famosos libreros de las orillas del Sena, conocidos como los 'bouquinistes', durante la celebración de los Juegos Olímpicos de París, anunciaron este martes fuentes del Elíseo. "El Presidente (francés, Emmanuel Macron) ha pedido al ministro del Interior y al prefecto de Policía de París que velen por la conservación de todas las librerías y para que ninguna de ellas se vea obligada a desplazarse con motivo de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024", indicaron las fuentes. La decisión se tomó "tras constatar que no se ha podido encontrar ninguna solución consensuada y tranquilizadora con estos actores" y "considerando que se trata de un patrimonio vivo de la capital", añadieron.

Macron ha pedido que se adapte el dispositivo de seguridad, ya que "las zonas afectadas de los muelles superiores (del Sena) dejarán de estar abiertas al público" durante la apertura de la cita olímpica, que comenzará el 26 de julio. La decisión se conoció solo unas semanas después de que la Asociación Cultural de 'Bouquinistes' de París anunció que iba a recurrir a la justicia administrativa para tratar de impedir el desplazamiento forzado de sus puestos.

Dicha medida había causado una gran polémica al hacerse pública en el verano de 2023, a un año de la cita olímpica, ya que los puestos de madera pintada de verde que pueblan las orillas del Sena son una estampa tradicional para los parisinos y los turistas. En total, las autoridades planeaban desmontar provisionalmente 428 de los 932 puestos existentes con el fin de garantizar la seguridad de la ceremonia inaugural de los Juegos, que en lugar de celebrarse en un estadio tendrá lugar con un inédito desfile de barcos por el río ante cientos de miles de espectadores.

Pérdida del negocio

Los libreros, por su parte, se quejaban de la enorme pérdida de negocio (los puestos estarían desmontados entre dos y tres semanas) en un período de máxima afluencia de público, sin recibir ninguna indemnización. Además, las autoridades no se haría responsables de posibles daños a sus pequeñas tiendas. En caso de perjuicios materiales, el dueño de un puesto lastimado se quedaría sin ingresos y sin compensación, según apuntó a EFE el presidente de la Asociación Cultural de 'Bouquinistes', Jerome Callais, el 19 de enero pasado, cuando su organización reveló que adoptaría medidas judiciales.

La prefectura, por su parte, consideraba que las grandes cajas-armarios que conforman los puestos de los libreros, incluso si están cerradas en el día de la ceremonia de apertura, podrían usarse para esconder armas o incluso explosivos, lo que hacía del desmontaje una cuestión imprescindible de seguridad. De hecho, el pasado 17 de noviembre se realizó un ensayo sobre cuatro puestos, que fueron desmontados brevemente durante cuatro horas, para comprobar la viabilidad del plan de retirada temporal. Como medida paliativa, el Ayuntamiento de París había propuesto habilitar un espacio provisional para los libreros en un barrio próximo al Sena, algo que no convencía a los 'bouquinistes'.