Relevo en la política guatemalteca

Qué ha pasado en Guatemala: diez horas de retraso para investir al presidente Arévalo

"Nunca más el autoritarismo", proclama Arévalo tras ser investido presidente de Guatemala.

"Nunca más el autoritarismo", proclama Arévalo tras ser investido presidente de Guatemala. / EFE

Montse Martínez

Montse Martínez

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El socialdemócrata Bernardo Arévalo, sociólogo de 65 años, es el nuevo presidente de Guatemala. Con la lucha contra la corrupción como bandera, su camino al poder no ha sido fácil tras múltiples escollos de la derecha guatemalteca. Sin ir más lejos, la ceremonia de investidura se retrasó diez horas. A continuación, unas claves explican la carrera de obstáculos que ha debido superar Arévalo para alcanzar el lugar que los guatemaltecos le otorgaron en las urnas.

Quién es Bernardo Arévalo

El socialdemócrata Bernardo Arévalo, el nuevo presidente de Guatemala, es un exdiplomático y sociólogo de 65 años que, de forma sorpresiva, venció en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebradas el pasado mes de junio. Su principal mensaje electoral fue la promesa de la lucha contra la corrupción en un país fuertemente aquejado por esta práctica, hasta el punto de que Guatemala se sitúa en el puesto 150 de los 180 de la clasificación de la asociación anticorrupción Transparencia Internacional.

Hijo de Juan José Arévalo (presidente de 1945-1951), impulsor de reformas sociales, Bernardo nació en Montevideo y vivió de niño en Venezuela, México y Chile, donde su padre tuvo que exiliarse tras el golpe de Estado orquestado por Washington en 1954 contra el progresista Jacobo Árbenz.

Acoso judicial

Tras su victoria en las elecciones, Arévalo ha sido objeto de acoso y derribo por parte de sus opositores, encabazados por el presidente saliente, el derechista Alejandro Giammattei, vinculado a la "élite corrupta".

La maquinaria judicial se puso en marcha para intentar anular el proceso electoral, suspender la actividad de su partido político y levantar su inmunidad como cargo electo, entre otras acciones. Estados Unidos, la Unión Europea, las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA) han condenado en reiteradas ocasiones esta praxis.

Alegando anomalías electorales, la fiscalía intentó, en vano, anular los resultados de los comicios mientras Arévalo denunciaba un "golpe de Estado".

Diez horas de retraso en el nombramiento

Como colofón a este intento de frenar su toma de posesión, el acto de investidura de Arévalo se retrasó más de nueve horas por los debates en el Parlamento liderados por los diputados de derechas aliados del presidente saliente, Alejandro Giammattei. El prolongado retraso elevó la tensión al máximo e incluso los líderes internacionales presentes, entre ellos los presidentes de Chile y Colombia, Gabriel Boric, y el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, se vieron obligados a emitir un comunicado en el que pedían al Parlamento que cumpliera cumpla con su mandato constitucional de entregar el poder "tal y como exige la Constitución". La espera fue tan larga que varios de los mandatarios invitados al acto, como el rey Felipe VI de España, incluso partieron de Guatemala sin ver a Arévalo con la banda presidencial.

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