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Estar embarazada en tiempos de guerra

Un documental cuenta la historia de varias mujeres ucranianas que han estado encinta o dieron a luz en plena invasión rusa

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Madres ucranianas protagonistas del documental 'Lust for life' sobre la maternidad en tiempos de guerra

Madres ucranianas protagonistas del documental 'Lust for life' sobre la maternidad en tiempos de guerra / Irene Savio

Irene Savio

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Convertirse en madre en guerra ofrece pocas certidumbres. En este reto borrascoso viven miles de ucranianas hoy en día. Desde que Rusia lanzó su invasión de gran escala de Ucrania, estas mujeres han vivido en la niebla del dolor y de la supervivencia, confrontándose con situaciones extremas y tomando decisiones inimaginables. Cuando Maryana Mamonova se enteró de que estaba embarazada en marzo del año pasado, decidió no compartirlo con su esposo. “Pensé que de esta manera, si algo me sucedía, sería más fácil para él aceptar mi muerte”, cuenta Mamonova en el documental Lust for Life (Ganas de Vivir), que se estrenará el próximo 24 de noviembre en Madrid en un evento promovido por la ONU.

La película no busca transmitir "un mensaje feminista clásico. Más bien, es una llamada a la acción. Nadie en el mundo debería tener que soportar las experiencias por las que han pasado estas heroínas y sus hijos", ha explicado a EL PERIÓDICO Tatiana Hrebenik, la productora creativa de la película. Aun así, la realidad es que “a pesar de la guerra, la vida continúa, y eso es realmente de lo que trata nuestra película”, ha añadido Sasha Tkachenko, quien tuvo la idea del proyecto.

Las entrevistas y retratos de la película siguen a tres jóvenes que tuvieron que enfrentarse a la guerra cuando recién habían dado a luz o estando embarazadas. Este es el caso de Mariana Mamonova, una médico militar de 32 años, capturada por las fuerzas rusas en los alrededores de Mariupol (sureste) después de que las posiciones de su unidad fueran atacadas en abril de 2022. En las semanas previas, "para el personal militar, las posibilidades de abandonar la ciudad con vida eran muy escasas. Por eso decidí quedarme donde estaba y hacer lo que podía", cuenta la joven en el reportaje.

Fractura emocional y existencial

Embarazada de tres meses, Mamonova fue trasladada a un campo de encarcelamiento en Olenivka, una zona habilitada por los rusos con diversas estructuras para los presos de guerra. Y allí transcurrió los siguientes seis meses, durmiendo en el rincón de una celda y compartiendo un insalubre baño y comida con decenas de reclusos, la gran mayoría soldados hombres. En esos días, "solo tenía un deseo: sobrevivir. Sobrevivir y salir de ahí", dice. "No hubo concesiones por su embarazo. [En la celda], dormía en el suelo conmigo [...] me daba miedo que la pisaran, lo que no me habría sorprendido", agrega Anastasia Chornenka, compañera de cautiverio de la joven médica, luego liberada en un intercambio de presos rusos y ucranianos.

El testimonio refleja también la tremenda fractura emocional y existencial derivada de un conflicto cuyas secuelas se arrastrarán por décadas. Durante los interrogatorios, "me dijeron que después de dar a luz, se llevarían a mi bebé y la colocarían en un orfanato ruso. Así que no podría volver a verla”, explicó a este diario la médica, que el documental añade que ahí entendió que “nos odiaban”.

Palabras duras, durísimas, como las de Hanna Meleshko, una civil de 25 años de Izium que, en la película, recuerda cómo sobrevivió (y dio a luz) en una ciudad bajo ocupación durante los últimos meses de su embarazo. Al principio, "no abandonamos la casa porque todos los puentes habían sido destruidos y pasar por los campos era muy peligroso", explica Meleshko. Pero en Izium, "no había luz ni gas" y solo "una ginecóloga”.

“Ella nos explicó que los demás [ginecólogos] se habían ido o habían muerto”, dice la joven, al relatar también las dificultades para obtener lo necesario para su parto, como material quirúrgico para suturas. “Empecé a entrar en pánico porque me di cuenta de que, si entraba en labor de parto, no teníamos nada. Ni medicinas. Nada”, asegura. Dada la imposibilidad de salir por la noche debido al toque de queda, la futura madre incluso comenzó a hablar con su hija estando aún en su vientre. “Le decía: vamos, por favor, sal cuando sea de día, que no necesitamos que ocurra de noche, no necesitamos esos problemas, ¿verdad?”, relata Meleshko, que finalmente logró dar a luz gracias a las instrucciones que la ginecóloga le había dado a su marido.

Ganas de vivir

Otra historia al límite es la de Hanna Zaitsheva, de 26 años, quien pasó dos meses con su recién nacida en los túneles de la acería de Azovstal, que durante semanas en la primavera de 2022 fue uno de los últimos bastiones de la resistencia ucraniana en Mariupol (hasta su caída en mayo de ese año). Allí, junto a milicias ucranianas, también resistieron al largo asedio ruso cientos de civiles, incluida la propia Zaitsheva y su pareja, un combatiente cuyo paradero se desconoce desde entonces.

Frente a un destino semejante, impresiona en su relato también el ingenio que despiertan las ganas de vivir de Zaitsheva, que llegó a usar agua de lluvia y de la nieve para limpiar y alimentar a su bebé. “La leche [materna] desapareció en mi primera semana en el búnker por el estrés y porque no comíamos bien. La sopa era una receta simple: agua, pasta y sal”, explica Zaitsheva, cuyo bebé es ahora un niño que solo habla algunas palabras y muestra signos de estrés postraumático..

Un documental que costó grabar, según la directora Olena Zakharchuk. "Fue difícil presenciar los cambios de ánimo de nuestras heroínas. A medida que avanzábamos en las entrevistas, volvían a sumergirse en esos terribles recuerdos, reabriendo heridas", compartió Zakharchuk. En Izium, además, "apenas dormimos, ya que el apartamento en el que nos quedamos estaba tan frío como el exterior. Nos acostábamos con nuestras chaquetas, escuchando el sonido del sistema de defensa antiaérea", añadió. Pero "nadie se quejó. Todos entendíamos que había otros que la estaban pasando peor".

Aquí el enlace para conseguir las entradas para el estreno del documental Lust for Life el próximo viernes 24 de noviembre a las 19:00 en Madrid. 

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