Estrategia del Kremlin

Rusia abandona el Tratado de Fuerzas Armadas Convencionales en Europa y abre otra grieta con Occidente

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Última hora de la invasión rusa de Ucrania

El presidente de Rusia, Vladímir Putin.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin. / SERGEY BOBYLEV / KREMLIN / DPA

Àlex Bustos

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Desde finales de los años 80 hasta bien entrado el nuevo milenio, la dinámica que se creó entre Moscú y Washington buscaba romper con la tensión de la Guerra Fría e incluso aspiraba a llegar a incluir a Rusia como parte de Occidente. Algo ejemplificado en momentos como el baile de Vladímir Putin en 2006, en aquel momento en su segunda legislatura, con la entonces primera dama estadounidense, Laura Bush, o la propuesta del que fuera primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, en 2002 de que Rusia se uniera a la Unión Europea. Estos gestos simbólicos fueron acompañados de numerosos tratados militares que implicaban tanto a los principales actores (Rusia y Estados Unidos) como a otros actores importantes como Francia, Ucrania, Alemania, entre otros. Sin embargo, la mayor parte de estos han sido revocados a lo largo de los últimos años, en especial desde que Rusia empezó su ofensiva en Ucrania, en febrero de 2022, siendo el Tratado de Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE) el último en caer este martes.

El anuncio lo hizo el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado: "A las 0.00 horas del 7 de noviembre concluyó el procedimiento contemplado en el FACE de abandono de este tratado por Rusia. De este modo, el documento jurídico internacional cuya vigencia fue suspendida ya en 2007 quedó para nosotros definitivamente en la historia". Además de este pacto, Moscú señaló que con la retirada de Rusia del mismo, otros dos documentos pierden su vigor, concretamente el Acuerdo de Budapest, que fijaba los topes de armamento para cada uno de los países del Pacto de Varsovia y el acuerdo de 1996 que limitaba la cantidad de fuerzas en los flancos tras la desaparición de la Unión Soviética.

Piedra angular

El FACE, firmado durante la perestroika y considerado en su tiempo como la piedra angular de la seguridad europea, eliminó la ventaja cuantitativa de la Unión Soviética en armas convencionales en el Viejo Continente y estableció que los límites de vehículos militares que se podían desplegar entre el océano Atlántico y los Urales debían ser los mismos para la OTAN y para el Pacto de Varsovia. Otro de los tratados que fueron claves en dicha época de entendimiento fueron el Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (CTBT) --del que Rusia ya ha dado los primeros pasos para retirarse-- o el Nuevo Start, del que suspendió su participación el pasado 23 de febrero.

Otras iniciativas que han ido en la dirección de acercarse mutuamente, más allá del plano militar, han sido políticas como la de facilitar los visados en ambos sentidos, infraestructuras como el gasoducto Nord Stream, en el que principalmente Alemania mostró interés en tener un aliado y un socio comercial y no un enemigo al este del continente. La mayor parte de estas ideas han quedado en su mayoría en suspensión tras el inicio del ataque ruso contra Ucrania.