Al menos 2.000 muertos por la cadena de terremotos del sábado en el noroeste de Afganistán

Al menos 2.000 personas han muerto este fin de semana en una cadena de terremotos que, este sábado por la mañana, sacudió el oeste de Afganistán, cerca de la ciudad de Herat, no muy lejos de la frontera con Irán. El terremoto de mayor magnitud llegó a ser de 6,3 en la escala de Richter, y fue seguido de varios más de al menos cinco puntos en esta escala de medición. 

“Contamos 2.053 personas muertas, y 9.240 heridas, además de 1.320 casas que han quedado dañadas o destruidas por completo”, ha dicho este domingo por la mañana Janan Sayeeq, el ministro talibán de Desastres. 

Según ha explicado Sayeeq en rueda de prensa en Herat, a la zona más afectada han sido enviados tan solo diez equipos de rescate: Afganistán, aislada del mundo tras la victoria de los talibanes en agosto de 2021, recibe ayuda internacional en cuenta gotas. 

Una cadena de terremotos de notable magnitud sacuden el oeste de Afganistán

Desde hace años, el país vive en una crisis humanitaria y de alimentos de un tamaño monstruoso: según Naciones Unidas, más del 90% de la población del país vive bajo el umbral de la pobreza. 

El 50%, además, está bajo riesgo de inanición, y depende completamente de la poca ayuda humanitaria que llega al país. Esta crisis se volvió más profunda aún con la conquista de los talibanes de la capital, Kabul, y la caída del antiguo gobierno afgano, cuya mayor fuente de ingresos era la ayuda internacional.

"El Ministerio de Asuntos de Refugiados solicita a todas las organizaciones benéficas, instituciones, empresarios nacionales y otros compatriotas ricos que brinden su asistencia a los afectados en coordinación con las Direcciones de Asuntos de Refugiados", informó el ministerio en un comunicado.

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“Es desesperanzador ver la devastación y la miseria causada por el terremoto de Herat”, dijo este sábado el reportero especial de la ONU para Afganistán, Richard Bennet: “Mis más profundas condolencias a las familias que han perdido a sus seres queridos, y espero que se puedan encontrar a los aún desaparecidos. Le deseo toda mi fuerza a los heridos y a los equipos de rescate y de ayuda humanitaria destinados a la zona”, ha continuado Bennet, que ha explicado que miembros de UNICEF y la agencia de la ONU para la asistencia humanitaria han sido enviados a la región.

Afganistán, país de grandes montañas, es una de las regiones del mundo con más actividad sísmica, y los terremotos de gran magnitud son comunes en el país, sobre todo en las zonas del oeste afgano. El de este sábado, sin embargo, es el más mortífero en dos décadas. 

El año pasado, no obstante, la región de Paktiká, en la frontera con Pakistán, vivió otro gran seísmo, que llegó a tener una magnitud de 6.1 en la escalera de Richter y se cobró la vida de al menos 1.030 personas: las tres décadas de guerra continuada en el país, además de la falta de infraestructuras y servicios de emergencia, dificultan enormemente las tareas de rescate y la llegada de ayuda a muchas regiones rurales afganas, que tras un seísmo quedan incomunicadas con el mundo.