Autonomía estratégica

Bruselas identifica cuatro tecnologías críticas para proteger a la UE de China

La dependencia de China inquieta cada vez más en Bruselas: ¿desacoplarse o reducir riesgos?

La Unión Europea se lanza a recalibrar su relación con China

Una bandera de China frente a un circuito de chips semiconductores.

Una bandera de China frente a un circuito de chips semiconductores. / FLORENCE LO / REUTERS

Silvia Martinez

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La Comisión Europea ha identificado cuatro ámbitos tecnológicos que hay que proteger para evitar que rivales como China se aprovechen indebidamente de los conocimientos de las empresas europeas y los utilicen para socavar la paz, la seguridad y los derechos fundamentales. El colegio de comisarios ha aprobado este martes una recomendación en la que identifica a los semiconductores avanzados, las tecnologías cuánticas, la inteligencia artificial y las biotecnologías como las cuatro "áreas tecnológicas críticas para la seguridad económica de la UE" que antes de finales de año tendrán que ser objeto de una evaluación de riesgos colectiva.

"La tecnología está en el centro de la competencia geopolítica y la UE quiere ser un actor y no un patio de juego", sostiene la vicepresidenta de la Comisión Europea, Vera Jourova, que asegura que pese a esta recomendación, la UE seguirá siendo un socio global abierto y predecible y que la propuesta lo que hará es fortalecer aún más el mercado único. "No somos los primeros en hacerlo. Otros Estados también lo hacen como Estados Unidos, que tienen 19 (tecnologías en su lista), pero también Reino Unido, Japón o Australia", ha añadido el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton que insiste en que este enfoque europeo no significa ser proteccionista.

La decisión forma parte de la estrategia lanzada a finales de junio por la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, para promover la seguridad económica europea y minimizar los riesgos derivados de la dependencia europea de materias primas, incluida la energía, la fuga de tecnología o la coerción económica por parte de terceros países como China o Rusia. En total son 10 las tecnologías críticas identificadas en el proceso --robótica, espacio y propulsión, energía, incluida la nuclear, materiales y tecnologías para la producción manufacturera entre otras-- aunque la recomendación apunta a cuatro áreas que consideran "altamente probable" que presenten riesgos "más sensibles e inmediatos" en cuanto a la seguridad y la fuga de tecnología.

Chips, IA, cuántica y biotecnología

En primer lugar, las tecnologías de semiconductores avanzados como la microelectrónica, la fotónica, los chips de alta frecuencia y los equipos de fabricación de semiconductores. En segundo, la inteligencia artificial (IA) y, particularmente, la computación de alto rendimiento, la computación en la nube y de borde, los análisis de datos, la visión por computadora, el procesamiento del lenguaje y el reconocimiento de objetos. En tercero, las tecnologías cuánticas como la computación, la criptografía, las comunicaciones cuánticas, la detección cuántica y radar. Y, por último, las biotecnologías y más concretamente, las técnicas de modificación genética, las nuevas técnicas genómicas, el 'genedrive' y la biología sintética. "Esta lista no está grabada en piedra", ha indicado Breton.

A la hora de identificar los sectores Bruselas ha tenido en cuenta criterios como la naturaleza habilitadora y transformadora de la tecnología, el potencial y la relevancia de las tecnologías para impulsar cambios radicales tanto en sectores como en capacidades y el riesgo de fusión civil y militar. Es decir, la relevancia de las tecnologías en cuestión para los sectores civil y militar y su potencial, así como el riesgo de que ciertas tecnologías se utilicen para socavar la paz y la seguridad. Por último, la Comisión también ha tenido en cuenta el riesgo de que la tecnología pueda usarse para vulnerar los derechos humanos y restringir las libertades fundamentales.

"Necesitamos monitorear continuamente nuestras tecnologías críticas, evaluar nuestra exposición al riesgo y, cuando sea necesario, tomar medidas para preservar nuestros intereses estratégicos y nuestra seguridad. Europa se está adaptando a las nuevas realidades geopolíticas, poniendo fin a la era de la ingenuidad y actuando como una verdadera potencia geopolítica", justifica el comisario de Mercado Interior.

El siguiente paso ahora será una evaluación de riesgos colectiva por parte de la Comisión Europea y los Estados miembros antes de finales de año. El examen deberá incluir una consulta al sector privado y garantizar la protección de la confidencialidad y, en función de los resultados, el Ejecutivo comunitario podría presentar nuevas iniciativas en primavera de 2024 para afrontar los riesgos detectados. "La recomendación no prejuzgará el resultado de la evaluación de riesgos. Sólo el resultado de una evaluación colectiva detallada del nivel y la naturaleza de los riesgos presentados puede servir como base para un debate adicional sobre la necesidad de medidas precisas y proporcionadas para promover, asociarse o proteger cualquiera de estas áreas tecnológicas, o cualquier subconjunto del mismo", señala Bruselas, que podría optar por introducir controles a la exportación y restricciones.