Gestión de la inmigración

Italia pide más tiempo e impide cerrar la última pieza clave del pacto migratorio

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Un grupo de migrantes, este lunes, a su llegada a Lampedusa tras ser rescatados por la Guardia Costera.

Un grupo de migrantes, este lunes, a su llegada a Lampedusa tras ser rescatados por la Guardia Costera. / CIRO FUSCO / EFE

Silvia Martinez

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A principios de junio, tras meses de negociaciones y tres años después de que Bruselas presentara su propuesta, los Veintisiete lograban un acuerdo político sobre uno de los pilares centrales de la reforma del Pacto de Asilo e Inmigración: la reubicación de refugiados. Lo que entonces no fueron capaces de cerrar -a finales de julio y ya bajo presidencia española de la UE- son las reglas a aplicar en situaciones de crisis, cuando se produce una avalancha de llegadas. Presionados por el aumento de la presión migratoria a través del Mediterráneo central y la situación en Lampedusa, los ministros de interior de la UE se acercan a un principio de acuerdo a la espera de que Italia aclare su posición.

"Se ha avanzado mucho y seguimos en un punto casi de llegar a la meta. Nos ha faltado un poco de tiempo pero estamos convencidos de que en los proximos días habra mandato político del Consejo", ha resumido al término de la reunión de ministros de Interior de la UE el español Fernando Grande-Marlaska sobre la negociación del instrumento jurídico que regulará la respuesta de los Veintisiete gobiernos de la UE ante situaciones de extremada presión a un Estado miembro, el último de los reglamentos del Pacto de Asilo e Inmigración que tienen que cerrar antes de lanzar las negociaciones finales con el Parlamento Europeo. 

Los Veintisiete rozan el acuerdo, no hay grandes obstáculos y es una cuestión de "matices", según el titular de Interior en funciones, pero tras atraer a Alemania hacia el 'sí', Italia, un país clave a la hora de cerrar cualquier tipo de acuerdo migratorio, ha levantado el pie del acelerador y ha dicho que necesita más tiempo. El Gobierno de Giorgia Meloni, según ha aclarado desde Berlín su ministro de Exteriores, Antonio Tajani, no ha dicho 'no' al texto de compromiso diseñado por España, que ostenta este semestre la presidencia temporal de la UE, pero considera que necesita más "tiempo" para examinarlo. Una decisión política que algunos diplomáticos en Bruselas ven más bien como un gesto hacia la opinión pública italiana y un golpe en la mesa ante las modificaciones introducidas en el documento para satisfacer las exigencias de Berlín en materia de estándares mínimos con los que tratar a los solicitantes de asilo y sobre las actividades de las oenegés.

"Amplísima mayoría"

"Hay una amplia mayoría, amplísima, de países que están de acuerdo", ha subrayado en rueda de prensa Grande-Marlaska. "Creo que estamos muy muy cerca (…) Los trabajos de estos ultimos días de todas las delegaciones han sido realmente importantes y han permitido que podamos ser optimistas. Quedan detalles que pulir" pero "en los próximos días podremos anunciar un enfoque general", ha insistido el ministro junto a la comisaria de Interior, Ylva Johansson, que al igual que el español espera una "decisión formal" en los próximos días, antes de la cumbre informal de jefes de Estado y de Gobierno de la UE de finales de la próxima semana en Granada. Para hacerse efectiva se necesita una mayoría cualificada, un umbral, que según Grande-Marlaska, ya tendrían. "Viendo que hay una voluntad mayoritaria incuestionable -a favor del pacto- lo que haré es remitir al Coreper [el Comité de Representantes Permanentes de la UE] para que explore el mandato para poder negociar también con el Parlamento", anunciaba al término del debate público celebrado por los Veintisiete.

¿Qué ha cambiado en las últimas horas que hiciera viable el acuerdo? Fundamentalmente, el giro de Berlín, que tras meses bloqueando finalmente anunciaba su disposición de dar su visto bueno, un cambio de postura que eliminaría la minoría de bloqueo. "Tenemos que concluir este trabajo y yo creo que lo podemos conseguir hoy. Si no se completa hoy seguirá habiendo miseria y gente que muere en las fronteras. No podemos permitirlo", anunciaba la ministra alemana de Interior, Nancy Faeser, que al igual que Grande-Marlaska ha constatado la existencia de una "mayoría cualificada" para aprobarlo. El problema llegaba minutos después al pedir Italia más tiempo para valorar los cambios introducidos en el último compromiso y particularmente el impacto que tendrá en las oenegés que trabajan en el salvamento de vidas en el Mediterráneo.

Los representantes de Bélgica y Francia también han intervenido durante el debate -no lo ha hecho el italiano-- para reconocer el trabajo realizado por la presidencia española de la UE. Ambos se han mostrado partidarios de la solución de compromiso planteada por Madrid. No ha sido el caso de Polonia y Hungría, que han anunciado su oposición. "Rechazamos este reglamento porque a través de él se van a abrir más puertas y llegarán más inmigrantes ilegales", ha avisado el ministro húngaro, Bence Retvari, que ha reclamado al resto de socios decidir las cuestiones sobre inmigración por unanimidad.

Prioridad para España

El reglamento establece las condiciones en las que el resto de Estados miembros estarán obligados a asistir a los países afectados por una avalancha migratoria o que se vean desbordados por llegadas masivas de nacionales de terceros países. No contempla cuotas obligatorias de reubicación -la opción que preferían los países de primera línea- aunque sí una batería de medidas a la carta que cada país podrá elegir. Es decir, podrán ofrecer la acogida de refugiados pero también otro tipo de medidas como apoyo en los procesos de devolución. Será la Comisión Europea quien tenga que diseñar y elaborar el plan que incluya las medidas de apoyo posible y las posibles excepciones. "Es importante que no se debiliten aun más las excepciones", ha recordado Faeser.

En la reunión celebrada el pasado 26, los embajadores permanentes de la UE no consiguieron cerrar un acuerdo debido a la oposición de Polonia, Hungría, Austria y República checa y la abstención de Alemania, Países Bajos y Eslovaquia. Desde entonces, la presidencia española de la UE ha intensificado las negociaciones, y particularmente en las últimas horas. "Hemos seguido trabajando intensamente y hemos avanzado muchísimo en las últimas horas. Quedan matices. Esperemos que esos pequeños matices puedan confirmar finalmente que llegamos al acuerdo pleno para poder dar un enfoque general y la autorización para los trílogos", insistía Grande-Marlaska sobre un expediente que tiene "prioridad máxima" para España. "Llevamos muchos años discutiendo sobre el pacto migratorio y no nos podemos permitir el lujo de concluir esta legislatura, en mayo del año que viene, sin llegar a un acuerdo y una normativa al respecto", ha explicado.