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Patrulla de Night Stars en las calles de Londres

Patrulla de Night Stars en las calles de Londres / Lucas Font

Lucas Font

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En el número 55 de Dean Street, en el céntrico barrio del Soho de Londres, la puerta trasera de la iglesia de St. Anne’s pasa desapercibida entre el bullicio de los pubs y de las cafeterías modernas. Son las nueve de la noche de un viernes de agosto y las calles están abarrotadas de gente tomando pintas de cerveza a las puertas de los locales, a pesar de la ligera lluvia que ha caído a lo largo del día. En el interior de la iglesia, los voluntarios del grupo Night Stars preparan todo el material necesario antes de hacer una de sus salidas semanales por las calles de la ciudad, en busca de personas que puedan encontrarse en una situación de peligro tras una noche de alcohol y diversión.

La iniciativa fue creada a finales de 2018 por la junta del distrito de City of Westminster, en colaboración con la LGBT Foundation. El objetivo es dar apoyo y reforzar la seguridad en el centro de la capital, una de las principales zonas de ocio para locales y turistas, especialmente ante posibles agresiones machistas u homófobas. Además de prevenir este tipo de ataques, los voluntarios han ampliado los servicios con el paso del tiempo y también ofrecen ayuda a todas las personas que lo necesiten, desde indicaciones para llegar a casa, un lugar para cargar el móvil o asistencia en caso de intoxicación etílica o ataques de ansiedad.

Cuartel general

Emmanuelle Fadire, una mujer joven, de tez oscura y sonrisa radiante, organiza las mochilas con todo lo necesario para la salida de esta noche: botellas de agua, chubasqueros, mantas térmicas, bolsas para vomitar e incluso tapas de silicona para cubrir las bebidas y evitar que sean adulteradas. “Este es nuestro cuartel general. Aquí es donde se reúnen los voluntarios y donde tenemos todo el material, y también sirve como un lugar al que traer a las personas que necesitan más ayuda o que buscan un lugar seguro para descansar”, explica. La sala, anexa al templo, está presidida por una amplia mesa blanca y varias sillas tapizadas, amontonadas una encima de la otra y listas para ser usadas en caso de que sea necesario.

Los voluntarios llevan mochilas con botellas de agua, chubasqueros, mantas térmicas, bolsas para vomitar e incluso tapas de silicona para cubrir las bebidas y evitar que sean adulteradas

Esta noche son tres voluntarios los que comienzan el primer turno, equipados con mochilas y unos chalecos rosas reflectantes fácilmente identificables. Pocos minutos después de salir de la iglesia, se detienen ante la puerta de un bar a saludar a los porteros. “La noche es joven, pero os mantendremos ocupados dentro de unas horas”, bromea uno de ellos.

Una voluntaria de la ong 'Night Stars' de Londres muestra el contenido de las mochilas con las que patrullan la ciudad.

Una voluntaria de la ong 'Night Stars' de Londres muestra el contenido de las mochilas con las que patrullan la ciudad. / LUCAS FONT

Janet, una voluntaria de 59 años y una de las más veteranas del grupo, destaca la importancia de la colaboración con los trabajadores de los locales para responder de la forma más eficaz posible a las emergencias. “Si tienen un problema pueden llamarnos. A veces ven a alguien en la calle que no tiene nada que ver con ellos, pero necesita ayuda, y contactan con nosotros para que nos ocupemos”, asegura.

Pocos metros más adelante, en una esquina, un grupo de veinteañeros echa una mano a uno de sus amigos, visiblemente ebrio.

–Está jodido. ¿Podéis darnos una botella de agua?-- pregunta uno de ellos. Los voluntarios le ofrecen una de sus botellas y el chico parece resucitar milagrosamente.

–¡Esta agua está riquísima! ¡Vamos a comer unas patatas fritas!

Tras despedirse de ellos, Janet cuenta que la gran mayoría de las personas con las que interactúan son amistosas, lo cual hace muy gratificante el trabajo. Incluso a veces echan de menos perder el contacto rápidamente después de echarles una mano. “A veces tienes una interacción muy larga con alguien, porque tiene una crisis emocional o algo así… y luego desaparecen. Puede ser un poco preocupante, porque no estás segura de lo que les ha ocurrido, pero no podemos hacer nada más”, asegura.

Delitos sexuales

El trabajo de los Night Stars es hacerse cargo de situaciones de menor gravedad para reducir la carga de trabajo de la policía y de los servicios de emergencias, que se ocupan de los delitos más graves, como robos o agresiones físicas. La presencia de agentes en esta zona de la capital es especialmente alta: el distrito de City of Westminster es, con diferencia, el que concentra mayor número de delitos en toda la ciudad. Según datos de la propia policía, el año pasado se registraron 306 delitos por cada 1.000 habitantes, más del doble que en el segundo distrito con más incidencias. 

Voluntarios de la ong 'Night Star' patrullando la noche de Londres contra los ataques machistas.

Voluntarios de la ong 'Night Star' patrullando la noche de Londres contra los ataques machistas. / LUCAS FONT

En el caso de los delitos sexuales, la policía identificó 51 casos por cada 1.000 habitantes, frente a los 37 del siguiente distrito más peligroso. Unos datos que llevaron a la junta del distrito a consolidar esta iniciativa y a entregar alarmas anti violación de forma gratuita, a través de los voluntarios de Night Stars, a todas las mujeres que las soliciten. El objetivo es realizar un trabajo de prevención, que ayude a reducir las cifras de agresiones con gestos tan pequeños como acompañar a una mujer sola y ebria a la parada del autobús. 

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