Conflicto armado

Save the Children denuncia violaciones a niñas de 12 años durante los combates en Sudán

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Unos 20.000 civiles huyen de Sudán al Chad, según la ONU

Unos 20.000 civiles huyen de Sudán al Chad, según la ONU / ZOHRA BENSEMRA/REUTERS

Begoña González

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Las fuerzas que combate de Sudán han cometido violaciones a menores de hasta 12 años de edad desde el principio de los enfrentamientos entre el Ejército sudanés y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), según denuncia Save the Children y organizaciones humanitarias nacionales.

Save the Children avisa de que la violencia sexual en el país africano está "desbocada" en medio del caos de los combates. Según las últimas estimaciones de la Unidad de Lucha contra la Violencia contra la Mujer y el Niño, un organismo nacional sudanés, a día 1 de julio solo ha podido verificar 88 casos de violación, más de la mitad en la capital, Jartum.

Sin embargo, y como ya avanzó el mes pasado, el organismo entiende que las cifras que está recogiendo suponen aproximadamente solo el 2% del total, lo que significaría que un total aproximado de 4.400 mujeres habrían sido objeto de abusos sexuales en once semanas de violencia.

Según ACNUR, algunas sobrevivientes llegan a los países vecinos embarazadas como consecuencia de las violaciones. También ha habido informes de niñas secuestradas y retenidas durante días mientras eran agredidas sexualmente, y de violaciones en grupo de niñas y mujeres. "La violencia sexual sigue siendo un arma de terror y las cifras que barajamos son solo la punta del iceberg", añade por su parte el director de Save the Children para el país africano, Arif Noor.

Violaciones en grupo

Save the Children denuncia violaciones en grupo durante días a las jóvenes sudanesas, convertidas en objetivo específico de sus agresores por su etnia y por su género. En torno a cuatro millones de mujeres y niñas de Sudán están ahora mismo en peligro.

"Nos estamos encontrando con casos frecuentes de mujeres afectadas por la violencia sexual", avisa Sara Abdelrazig, responsable de Save the Children para Kordofán del Norte, donde existen puntos de atención móviles para las supervivientes, niños en especial, que presentan "graves casos de trauma" que necesitan de atención especializada. La oenegé también ha informado de que algunos niños están siendo atacados específicamente por su origen étnico, así como por su género.

Incluso antes de que estallaran los combates el 15 de abril, más de 3 millones de mujeres y niñas en Sudán corrían el riesgo de sufrir violencia de género. Desde entonces, esta cifra ha aumentado hasta unos 4,2 millones de personas. La violencia sexual se utiliza a menudo como arma de guerra contra los niños para aterrorizarlos, sembrar el miedo y la intimidación con fines políticos y militares, limpiar étnicamente o humillar a un grupo étnico, o castigar a civiles por sospechar que apoyan a las fuerzas contrarias.

Traumas duraderos

El trauma que inflige puede tener efectos físicos, psicológicos, sociales y económicos duraderos. La brutalidad del acto físico en sí puede ser especialmente dañina para los niños cuyos cuerpos no están completamente desarrollados. Las niñas pueden sufrir prolapsos uterinos, fístulas y otras lesiones de su aparato reproductor, y enfrentarse a complicaciones y a la muerte debido a embarazos precoces y abortos inseguros. Tanto las niñas como los niños corren el riesgo de sufrir daños urinarios y anales, y de exponerse a enfermedades de transmisión sexual que, si no se tratan, pueden causar daños a largo plazo e incluso la muerte.

"Dirigimos seis clínicas sanitarias móviles que prestan servicios de atención primaria a las poblaciones desplazadas. Desgraciadamente, en nuestras consultas nos estamos encontrando con frecuencia con casos de mujeres afectadas por violencia sexual y estamos haciendo todo lo posible para apoyarlas.  La unidad de urgencias del hospital principal fue alcanzada durante un ataque aéreo y ahora no tenemos ningún buen hospital al que podamos remitir los casos médicos graves para su investigación. A menudo los especialistas para casos traumáticos no están disponibles y, por supuesto, la falta de electricidad está afectando al trabajo en los laboratorios e incluso a veces a las clínicas sanitarias móviles", denuncia Abdelrazig.

Conflicto enquistado

"Las madres han dicho al personal de Save the Children en los campos de desplazados que una de las razones para huir de sus hogares es la preocupación por su seguridad personal y la de sus hijas. También hemos oído a padres que están tomando la angustiosa decisión de casar a sus hijas a una edad temprana, en un intento de "protegerlas" de mayores riesgos de violencia sexual, agresión o explotación. Es una situación espantosa y aterradora para las niñas", ha asegurado Noor.

Más de 3.000 personas han muerto y 6.000 han resultado heridas desde el 15 de abril, entre ellas al menos 330 niños muertos y 1.900 heridos, según el Ministerio de Salud de Sudán. Sin embargo, los trabajadores humanitarios y los testigos afirman que hay muchos cadáveres sin contabilizar. Además, un número cada vez mayor de niños corre el riesgo de ser reclutados y vinculados a grupos armados.

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