Hombre clave

Serguéi Shoigú, el "cazador" ministro de Defensa de Putin, ¿en la cuerda floja?

El ministro ruso Shoigú reaparece tras el motín de Wagner en una visita a tropas en Ucrania

¿Cómo queda Rusia tras el golpe fallido de Wagner?

El ministro de Defensa de Rusia, Sergéi Shoigú, durante su visita a un puesto de mando en Ucrania, este lunes.

El ministro de Defensa de Rusia, Sergéi Shoigú, durante su visita a un puesto de mando en Ucrania, este lunes. / MINISTERIO RUSO DE DEFENSA / EFE

Àlex Bustos

Àlex Bustos

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hace años era habitual ver en la propaganda rusa imágenes del presidente ruso, Vladímir Putin, y Serguéi Shoigú pescando o cazando en la exótica región de Tuva, en Siberia, región natal del ministro de Defensa, mostrando sus torsos desnudos en un ambiente de colegueo. No es para nada la estampa con la que ahora muchos rusos asocian a Shoigú, uno de los principales señalados por el rumbo errático de Rusia en Ucrania. Su liderazgo de las fuerzas armadas lleva tiempo siendo cuestionado por dirigentes de la línea dura y blogueros militares, que lo han convertido en el mayor culpable de que la ofensiva rusa no vaya como debería.

En uno de los peores momentos de su carrera política, el grupo Wagner, con cerca de 30.000 efectivos y tanques y otros vehículos blindados, pidió su cabeza, pero Putin cerró filas con él y se negó a ceder. Incluso otros críticos como el gobernador de Chechenia, Ramzán Kadyrov, siguieron la estela del líder ruso y dejaron a Yevgeny Prigozhin y a sus hombres solos ante el peligro. Supuestamente, Shoigú se encontraba en Rostov del Don, la ciudad que llegaron a controlar los mercenarios de Wagner, y habría huido de esa localidad del sur de Rusia en cuanto supo de los 25.000 hombres de Prigozhin dispuestos a ir a por él. El 'cocinero de Putin' apuntó que el titular de Defensa "huyó como un cobarde". Esta afirmación ha menguado aún más su popularidad entre los rusos, que no le tenían especial estima. El pulso entre ambos lleva cociendose durante meses, llegando a su punto más álgido el pasado sábado.

En la cuerda floja

Sin embargo, que Putin no se posicionara a favor de los postulados de Prigozhin no es una patente de corso para Shoigú y no implica una confianza ciega. Ya antes de la ofensiva rusa en Ucrania el puesto del ministro de Defensa era cuestionado por su falta de experiencia militar, ya que se le decía que él no es un soldado, sino un "cazador" por su afición a esta actividad. No ayudan sus comparecencias ante Putin, en las que se muestra inseguro a la hora de poner al día al mandatario.

El mismo Prigozhin envió peticiones oficiales al ministerio en las que con sorna reclamaba que alguien experimentado en combate como Shoigú fuera a ayudar en la conquista de Bajmut. Tanto él como sectores del ala dura del putinismo y blogueros militares le han señalado como uno de los culpables de que el conflicto rusoucraniano esté costando tantas vidas rusas.

El tuvano consiguió llegar a posiciones de poder siendo parte de una minoría étnica, algo relativamente insólito, en 1994, cuando obtuvo el cargo de ministro de Emergencias, un puesto que ostentó hasta 2012. La corrupción de su predecesor le abrió el camino y su solvencia al mando le afianzó a ojos de Putin. Luego llegó a la cartera de Defensa, a la vez que le nombraban general del Ejército a pesar de no tener experiencia militar. En canales de Telegram rusos como Preemnik se apunta a que el grupo de Shoigú (en el que también se encontraría Valeri Guerásimov, jefe del Estado Mayor) "están al borde del colapso y el mismo Serguéi Kuzhugetovich (Shoigú) ha caído en desgracia y probablemente acabará dimitiendo". Otros canales de la misma plataforma especulan que uno de los favoritos para sustituirle sería Alexei Dyumin, el gobernador de la región de Tula, que ha ostentado en el pasado puestos en el Ejército ruso.