Muerte en el mar

La mayor tragedia migratoria del Mediterráneo destapa una nueva ruta entre Libia y Grecia

Al menos 79 migrantes muertos en el naufragio de un pesquero en la costa de Grecia

¿Qué pasó con el barco de migrantes en Grecia? ¿Se han violado las leyes? 5 grandes incógnitas de la tragedia

La mayor tragedia migratoria del Mediterráneo destapa una nueva ruta entre Libia y Grecia

La mayor tragedia migratoria del Mediterráneo destapa una nueva ruta entre Libia y Grecia /

Montse Martínez

Montse Martínez

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Tras el habitual e ineficaz ejercicio de rasgarse las vestiduras, instituciones internacionales y oenegés vinculadas al rescate marítimo de inmigrantes analizan qué hay detrás de la que ya ha sido bautizada como la mayor tragedia migratoria en el Mediterráneo. En la embarcación que naufragó el miércoles frente a la costa de Grecia viajaban más de 750 personas. La cifra oficial de fallecidos es de 79 y los rescatados apenas alcanzar el centenar. Puede haber, en consecuencia, de más de 500 personas ahogadas. Una de las cuestiones que ha hecho aflorar tamaña tragedia es la existencia de una nueva ruta migratoria con origen en Libia y con destino al sur de Grecia.

El director de la oenegé Open Arms, Oscar Camps, ha apuntado que hay que tener en consideración este "nuevo flujo de inmigrantes proveniente de Libia" que pretende alcanzar el sur de Grecia. "Todos estamos trabajando al otro lado del mar", ha señalado en referencia a la zona entre Libia e Italia. Camps se pregunta cuántos barcos más se han podido hundir en este camino. El socorrista se ha planteado la posibilidad de realizar próximas misiones en esta ruta que, oficialmente, está vigilada por Frontex, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas.

"Es una tragedia de dimensiones colosales, la más grande de las últimas décadas en el Mediterráneo", ha dicho el responsable de la oenegé catalana para después destacar la peligrosidad del lugar del naufragio, la Fosa de Calipso, uno de los puntos más profundos del Mediterráneo, al sureste del mar Jónico, donde los 4.000 metros de profundidad dificultan la recuperación de cadáveres.

"Consternado", "horrorizado"

El Papa se reconoce "consternado", el secretario general de la ONU, António Guterres, "horrorizado" y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, "muy apenada" ante una tragedia más mortífera por el abultado balance muertos pero idéntica a las que vienen ocurriendo día sí día también desde hace más de una década sin solución a la vista. Como repetidos son los llamamientos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) de crear rutas de migración seguras.

Consternada está también la sociedad griega, cuyo Gobierno ha declarado tres días de luto al tiempo que la Corte Suprema ha abierto una investigación para esclarecer lo sucedido.

Interrogantes sobre el rescate

Entre otras cuestiones a clarificar, está la de si la Guardia Costera griega acudió al rescate de la embarcación en apuros con la debida diligencia. A pesar de que los guardacostas griegos sostienen que la primera vez que ofrecieron ayuda fue rechazada, otras fuentes aseguran que cuando la barcaza ya estaba en serios apuros, tardaron horas en acercarse. Es la versión que sostiene Alarm Phone, la organización que recibió la llamada de auxilio y lo comunico a la guardia costera griega.

Otro punto por analizar es si la bodega de la embarcación estaba llena de gente encerrada en la bodega durante el naufragio. El testimonio de un superviviente atendido en el hospital griego de Kalamata habla de un centenar de niños encerrados en la bodega.

Reubicación de migrantes

La política migratoria de la UE se ha demostrado nefasta en la última década donde se han ido encadenando crisis en distintos puntos sin que los estados miembro fueran capaces de pactar una política común. El último intento es reciente. A principio de mes, los ministros del Interior de los Veintisiete cerraron un principio de acuerdo para reubicar migrantes.

En virtud de este acuerdo, los países que no acepten el sistema de cuotas -como es el caso de Polonia y Hungría que ya manifestaron su negativa en la reunión- estarán obligados a asumir un coste económico, de 20.000 euros por cada persona que no estén dispuestas a recibir.