Bloqueo de Hizbulá

El Líbano falla en su 12º intento de elegir presidente en ocho meses

La juventud del Líbano, sinónimo de futuro y cambio

Parlamentarios en el Líbano

Parlamentarios en el Líbano / EFE

Andrea López-Tomàs

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El Líbano falla en su duodécimo intento para salir de su bloqueo político. Este miércoles el Parlamento libanés ha celebrado su 12ª sesión parlamentaria para escoger a su presidente. El país lleva ocho meses sin jefe de Estado pero, a la vez, el vacío de poder ejecutivo es dual por primera vez en la historia del Líbano, ya que el gabinete del primer ministro Najib Mikati actúa en calidad de interino tras asumir ese estatus después de las elecciones legislativas de hace más de un año. De acuerdo a la Constitución, el cargo de presidente debe ser ocupado por un cristiano maronita. Jihad Azour, exministro de finanzas, y Suleiman Frangieh, líder del Movimiento Marada y apoyado por Hizbulá, eran los principales candidatos esta vez.

Se trata de la primera votación de este tipo desde enero. Y ha acabado como las anteriores. De entre los 127 votos, 59 han sido para Azour, también exdirector de la oficina del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Oriente Medio y Asia Central, y 51 para Frangieh, parlamentario desde 1991. Para ser elegido, un candidato debe obtener 86 votos en la primera vuelta, o 65 en la segunda. El problema ha sido que muchos parlamentarios han abandonado el Parlamento después de votar por primera vez, así que no se ha podido celebrar la segunda vuelta, ya que no había 86 diputados presentes, o dos tercios del total, para llevarla a cabo. Esta situación de pérdida de quórum ya se dio en las 11 sesiones anteriores para evitar que ocurriera la segunda ronda. 

Sentada en el Parlamento

La gran mayoría de los diputados que han abandonado el hemiciclo han sido, de nuevo, los legisladores de Hizbulá, el grupo chií armado respaldado por Irán, y sus aliados, como el partido chiíta Amal, cuyo líder, Nabih Berri, es presidente del Parlamento desde 1992. Esta estrategia ha vuelto a ahondar la tremenda crisis en la que el Líbano lleva tres años envuelto. De esta forma, se agudizan las tensiones sectarias en el sensible sistema político del país de los cedros y las esperanzas de revivir el estado en ruinas caen a la misma velocidad que se deprecia su moneda. Hizbulá defiende estar ejerciendo sus derechos constitucionales al apoyar a su aliado cristiano Frangieh. Este nieto del expresidente del Líbano es amigo del presidente sirio Bashar el Asad, quién apoya firmemente el derecho de Hizbulá a tener armas. 

Tras la última sesión infructuosa para elegir a un presidente, dos diputados surgidos del movimiento de protesta de octubre del 2019 decidieron ocupar el Parlamento para presionar a sus colegas. "Estamos aquí para incitar a los otros 128 legisladores a pensar por qué han sido electos", afirmaba Najat Saliba, diputada por el cambio. "En medio del completo vacío de los órganos ejecutivo y legislativo del país, existe la necesidad de restablecer estas instituciones de inmediato, especialmente porque estamos presenciando un gran colapso de la economía y nuestra gente está viviendo una crisis humanitaria", contaba a este diario. "Hay una urgencia, más bien diría que hay una emergencia en el país", añadía.

"En el pasado, la gente confiaba en el apoyo internacional para influir en la opinión de los parlamentarios de un modo u otro, pero ahora ya nadie está realmente interesado en el Líbano, y las potencias extranjeras no tienen el tiempo ni la energía para impulsar la reforma", decía Saliba a EL PERIÓDICO. Por eso, junto a otros diputados por el cambio, esta también científica libanesa decidió dar su apoyo a Azour, de 57 años. El exministro de Finanzas es conocido por su experiencia financiera, su comportamiento moderado y su no afiliación a ninguno de los grandes partidos políticos del Líbano. Surgido como un candidato de consenso para los partidos cristianos rivales y la oposición independiente en el parlamento, no ha podido superar la amplia influencia de Hizbulá y, por ende, de Siria e Irán en la política libanesa.