Acceso a la Alianza Atlántica

Erdogan no apoyará la entrada de Suecia en la OTAN hasta que prohíba las protestas prokurdas

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El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, durante la ceremonia de inauguración de la central nuclear de Akkuyu, este jueves en Ankara.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, durante la ceremonia de inauguración de la central nuclear de Akkuyu, este jueves en Ankara. / MURAT CETINMUHURDAR / PPO / REUTERS

Adrià Rocha Cutiller

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No ha bastado con que Suecia reformara sus leyes antiterroristas o que su Tribunal Supremo autorizara la extradición a Turquía de un hombre al que Ankara acusa de apoyar al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), una de sus bestias negras, designada como "organización terrorista" por Bruselas, Washington y la propia Ankara. Recep Tayyip Erdogan quiere más. El presidente turco no ha tardado en rebajar las expectativas de la cuarta reunión que estos días se celebra en la capital del país euroasiático para tratar de desatascar la entrada de Suecia en la OTAN, casi un año después de que la Alianza Atlántica aprobara su adhesión en la cumbre de Madrid. Erdogan ha declarado que no se replanteará el veto hasta que el país nórdico deje de permitir las protestas prokurdas y antiturcas en las calles de Estocolmo.   

"Asistiré a la cumbre [de Vilnius] si nada extraordinario sucede. El hecho de que Suecia tenga algunas expectativas no significa que se vayan a cumplir. Antes de todo, Suecia debe satisfacer sus obligaciones para que podamos cumplir sus expectativas", ha dicho Erdogan este miércoles a su regreso de Azerbaiyán, según publica el diario turco 'Hurriyet'. El presidente turco, que acaba de ser reelegido para un nuevo mandato de otros cinco años al frente del país, recordó que mientras se reunía el pasado 4 de junio con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en Estambul, "los terroristas se manifestaban en las calles de Suecia", dijo refiriéndose a los simpatizantes del PKK. "¿Para que sirven las fuerzas del orden? Lo que tienen que hacer es detener estas actividades".

Protestas prokurdas

Aquel 4 de junio centenares de personas protestaron en Estocolmo contra la nueva ley antiterrorista sueca en una protesta organizada por grupos cercanos al PKK, cuyas banderas ondearon muchos de los manifestantes. La nueva ley criminaliza la pertenencia a grupos terroristas e ilegaliza el apoyo logístico y financiero a las organizaciones proscritas, así como las concentraciones en su apoyo. "Esta nueva legislación cerrará un agujero legal que persistía en nuestra legislación terrorista", dijo a finales de mayo el ministro de Exteriores sueco, Tobias Billstrom. "Suecia no había prohibido hasta ahora la participación en organizaciones terroristas", apostilló el canciller. 

Suecia tiene una nutrida comunidad kurda, establecida en el país desde hace décadas. Ankara le acusa de dar cobijo a los "terroristas del PKK" y otros actores de su órbita. Ese es el obstáculo que ha impedido hasta ahora que el Parlamento turco apruebe la adhesión sueca, el único junto al húngaro que sigue sin hacerlo de la treintena de países que integran la OTAN. El pasado mes de mayo, Finlandia logró completar su acceso a la Alianza tras romper, al igual que Estocolmo, su tradicional política de no-alineamiento militar como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania.

Pese a todo, en la capital turca se celebra esta semana la cuarta reunión del llamado Mecanismo Conjunto Permanente, dedicado a facilitar el ingreso sueco en la Alianza Atlántica. En la reunión participan Stian Jenssen, jefe del gabinete del secretario general de la OTAN; Jan Knutsson, secretario de Estado de Exteriores de Suecia; su homólogo finlandés, Jukka Salovaara, así como Akif Çagatay Kiliç, asesor jefe del presidente turco.