Integración económica

Lula propone una moneda común y aparcar el dólar para los intercambios en Latinoamérica

Maduro aterriza en Brasil para participar en una cumbre regional que certifica el fin de su aislamiento

Luiz Inácio Lula da Silva, Alberto Fernández, Gabriel Boric, Guillermo Lasso, Mario Abdo Benítez, Luis Lacalle Pou y Alberto Otarola, este martes en Brasilia.

Luiz Inácio Lula da Silva, Alberto Fernández, Gabriel Boric, Guillermo Lasso, Mario Abdo Benítez, Luis Lacalle Pou y Alberto Otarola, este martes en Brasilia. / EVARISTO SA / AFP

Abel Gilbert

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Luiz Inácio Lula da Silva quiere volver a ubicar a Brasil en el centro de gravitación de la política regional y bajo ese impulso propuso este marte en una reunión de países sudamericanos la creación de una moneda común para fines comerciales. Lula no hizo más que repetir ante sus colegas el cuestionamiento al predominio del dólar en las transacciones financieras. Según el presidente brasileño, la existencia de "una unidad común de referencia para el comercio" reduciría "la dependencia de monedas extrarregionales" y, a la vez, contribuiría a "profundizar la identidad sudamericana también en el área monetaria". Lula ya había esbozado ese horizonte a fines de enero, cuando visitó Argentina. En esa ocasión había considerado que Brasil y su principal socio comercial en América Latina debían dar el paso inicial para luego incluir a los otros países.

Según el anfitrión de la cumbre que se ha celebrado en Brasilia, no se trata de cambiar las monedas de uso común en los países sino instituir una nueva para el pago de importaciones y exportaciones. Para Lula, esa iniciativa va de la mano con su deseo de darle nueva vida a la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur), desactivada durante los años que la derecha gobernó en Brasil y Argentina, sus históricos promotores. A diferencia de lo que ocurrió años atrás, durante sus dos anteriores presidencias, el brasileño ha remarcado que los intereses que unen a los países del subcontinente "están por encima de las diferencias ideológicas".

La cita de Brasilia ha sido pensada por sus organizadores como un "retiro" de presidentes que habilite la discusión sin condicionamientos. Participaron Alberto Fernández (Argentina), Luis Arce (Bolivia), Gabriel Boric (Chile), Gustavo Petro (Colombia), Guillermo Lasso (Ecuador), Irfaan Ali (Guyana), Mario Abdo Benítez (Paraguay), Chan Santokhi (Surinam), Luis Lacalle Pou (Uruguay) y Nicolás Maduro (Venezuela). Dina Boluarte no fue autorizada a abandonar Perú por el Congreso.

El factor Unasur

La Unasur fue lanzada en 2008. Por entonces, Lula, Cristina Kirchner y Hugo Chávez formaron un eje político que luego incorporó a Evo Morales y Michelle Bachelet, los presidentes de Bolivia y Chile. Los giros a la derecha en cada uno de esos países convirtieron a ese foro que buscaba una autonomía relativa de Estados Unidos en un sello de goma. De hecho, durante los años de Donald Trump en la Casa Blanca se creó el Grupo de Lima, a los efectos de servir como presión regional en la cuestión venezolana.

Para Lula, es el momento de retomar el camino dejado atrás. "Recordemos que (Unasur) está vigente. Siete países siguen siendo miembros plenos. Es importante retomar su proceso de construcción", pidió sin nostalgia del pasado. A su criterio, es necesario "evaluar críticamente lo que no funcionó y tener en cuenta esas lecciones". El mecanismo regional debe ser "flexible" y con "eficiencia en la ejecución" de los proyectos.

Como parte de esos objetivos, llamó a la acción coordinada para combatir la crisis climática y a crear un mercado energético suramericano. También se mostró favorable a la reanudación de la cooperación en el área de Defensa. "Necesitamos formar un bloque para trabajar juntos, en temas económicos, de inversión, ambientales. No es difícil, porque tenemos más o menos los mismos problemas", dijo Lula, quien subrayó a su vez la necesidad de un criterio compartido en defensa de las instituciones democráticas. No en vano se refirió al intento golpista que tuvo lugar en Brasil el pasado 8 de enero, cuando los brasileños fueron testigos de "una síntesis trágica de la violencia de grupos extremistas, que utilizan las plataformas digitales para promover campañas de desinformación y discursos de odio".

Críticas de Boric y Lacalle a Lula

La presencia de Maduro en Brasil tuvo su impacto en la reunión y, además, suscitó una previsible controversia interna. "Los atropellos a los derechos humanos en Venezuela no son un construcción narrativa", dijo el presidente chileno, Gabriel Boric. "Expreso, respetuosamente, que tengo una discrepancia con lo dicho por el presidente Lula. Es una realidad, es grave y yo tuve la oportunidad de ver, vi el horror de los venezolanos. Esta cuestión exige una posición firme". Boric expresó su beneplácito por el retorno de Caracas al foro regional. "Eso, sin embargo, no puede significar hacer la vista gorda a temas que han sido importantes para nosotros desde el principio".

El presidente uruguayo, Luis Alberto Lacalle Pou, objetó también el razonamiento del mismo Lula, quien había hablado el lunes de una "narrativa" sobre la situación política de Venezuela. "Me sorprendió cuando se dijo que lo que pasa en Venezuela es una narrativa. Ellos ya saben lo que pensamos de Venezuela y del Gobierno venezolano". Para Lacalle Pou, "si hay tantos grupos en el mundo intentando mediar para que la democracia sea plena en Venezuela, para que se respeten los derechos humanos, para que no haya presos políticos, lo peor que podemos hacer es tapar el sol con la mano".

Según Bruno Boghossian, columnista de Folha de San Pablo, "la absolución de Maduro es un falso atajo diplomático de Lula". Señaló al respecto que el mandatario "fue más generoso" con su colega venezolano que en sus tiempos de candidato, el año pasado. "En la campaña, el petista se quejó de las sanciones impuestas al régimen venezolano, pero dribló las críticas del dictador al reconocer los beneficios de la alternancia en el poder". Al recibir a Maduro, lo "pintó" como "víctima" de "una narrativa". 

El hijo mayor del capitán retirado, el senador Flavio Bolsonaro, consideró en tanto que Lula "demuestra, una vez más, su falta de compromiso con la democracia al recibir al dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, acusado de crímenes de lesa humanidad, como asesinatos, torturas, agresiones, violencia sexual y desapariciones".