Crisis política ecuatoriana

El presidente de Ecuador disuelve el Parlamento en pleno juicio político en su contra

La Asamblea Nacional de Ecuador inicia el juicio contra el presidente Guillermo Lasso

El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, durante su intervención en el juicio político en su contra, este martes en la Asamblea Nacional.

El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, durante su intervención en el juicio político en su contra, este martes en la Asamblea Nacional. / KAREN TORO / REUTERS

Abel Gilbert

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El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, decidió dar un golpe de timón este miércoles y ante la certeza de que sería destituido en el juicio político por supuesto peculado (malversación), disolvió la Asamblea Nacional invocando la existencia de una grave crisis política y conmoción interna. El magnate no hizo más que poner en marcha el recurso que había preparado en caso de una eventual moción de censura.

Ahora, Lasso tendrá podrá gobernar bajo decreto, como ya lo hizo este miércoles con la reforma tributaria, en virtud del artículo 148 de la Constitución, que se conoce como "muerte cruzada", una figura legal que pone fin al debate que debía llevarse a cabo en el Parlamento para posteriormente votar una moción de censura, este fin de semana. Según la normativa, debe llamarse a elecciones parlamentarias y también presidenciales en un plazo máximo de siete días, después de haberse publicado el decreto de disolución." Solicito al Consejo Nacional Electoral (CNE) la convocatoria inmediata a elecciones legislativas y presidenciales para el resto de los respectivos períodos", dijo. Esta, añadió, es "una acción democrática, porque devuelve a los ecuatorianos el poder de decidir su futuro". El CNE tiene hasta el 24 de mayo para fijar esa fecha.

Este último martes, durante la primera jornada del juicio político se puso en escena la naturaleza del conflicto que enfrenta el Gobierno de derechas desde su comienzo, el 24 de mayo de 2021. Ha gestionado una situación compleja frente al previsible rechazo del movimiento indígena y los seguidores del expresidente Rafael Correa, pero, también sin el respaldo del conservador Partido Social Cristiano, una de las voces acusadoras en el Parlamento. La sesión inaugural del proceso contra el mandatario pareció tener un final cantado. Los oradores de la oposición dieron por hecha la destitución incluso antes de la intervención de Lasso.

"Payasada"

El deseo de pasar a la ofensiva se había manifestado en su intervención del martes, cuando intentó intercambiar frente a los legisladores el papel de acusado por el de acusador. "He venido aquí para decirle lo siguiente a mis acusadores. Yo los acuso a ustedes. Yo los acuso de haber abandonado su rol de legisladores. Ustedes ahora son los anti legisladores de esta República. Porque ustedes no crean leyes, sino que las destruyen. Ustedes no afianzan nuestras normas, sino que las debilitan, las desgarran, las ultrajan. Ustedes no piensan en cómo crear reglas de convivencia, sino en cómo romperlas para su propia conveniencia. Yo los acuso porque jamás, a lo largo de este juicio, intentaron acercarse a la verdad, sino meramente al poder". El discurso de Lasso fue duramente criticado por la prensa. El diario El Universo estimó que el mandatario optó por un alegato político en vez de presentar pruebas a su favor.

El correísmo calificó de "payasada" la medida adoptada por el presidente. La crisis política toma otro cauce. El movimiento indígena se declaró en estado de asamblea. Los analistas creen que la controversia puede llegar a dirimirse en la misma calle.

Militares y policías

Decenas de integrantes del equipo antimotines de la policía y del Ejército rodearon el perímetro de la Asamblea Nacional después de la intervención de Lasso. La presencia de los uniformados confirmó la presunción de algunos analistas: el presidente decretó la "muerte cruzada" con el aval de las instituciones castrenses y de seguridad. De hecho, el general Nelson Proaño, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, exhortó a la población a "respetar" el decreto.

"Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional somos instituciones obedientes y no beligerantes y cumplimos nuestra misión con estricta sujeción al poder civil y a la Constitución", aseguraron los militares. Expresaron a su vez la certeza de que "el país no aceptará ningún intento de alterar el orden constitucional a través de la violencia para atentar contra la democracia". Si eso llegara ocurrir, "actuaremos con firmeza en cumplimiento a nuestra misión constitucional para proteger la vida, los derechos y las garantías de los ecuatorianos". Para Correa, el pronunciamiento castrense representa un "triste retroceso democrático". Los hombres de armas, añadió, "no entienden su rol". Desde su exilio belga, el exmandatario aseguró que a los gobernantes "se les caen todas las máscaras" y solo es "cuestión de tiempo" para que se aclare el horizonte.

"Lo que sí es real es que la imagen de Ecuador en el extranjero se alterará", advirtió el diario El Comercio en su editorial de este miércoles, dando por sentada la deriva del conflicto entre el Congreso y el Ejecutivo. "Los mercados internacionales son cautelosos con Ecuador desde que se agudizó la inestabilidad política a mediados de 2022 con el paro nacional. Desde entonces el indicador no ha logrado estabilizarse".