Derechos humanos

Nuevas sanciones de la UE y Reino Unido a Irán por la represión de las protestas

Casi 500 personas han muerto como consecuencia de la persecución a los manifestantes en los últimos meses, según la oenegé Iran Human Rights

Ejecuciones en Irán

Ejecuciones en Irán / FOTO AFP/STR

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La Unión Europea (UE) y Reino Unido incluyeron este lunes a nuevos funcionarios y organizaciones de Irán en sus listas de sancionados como consecuencia de la represión de las protestas que sacuden el país. La UE intenta establecer medidas para mitigar la represión en el país, con decenas de penas de muertes y miles de encarcelaciones en los últimos meses. Este lunes se acordó sancionar a 37 funcionarios y organizaciones de la república islámica. Es la cuarta ronda de sanciones de la Unión Europea contra Irán, y fue adoptada durante una reunión de los ministros europeos de Relaciones Exteriores en Bruselas. Casi 500 personas han muerto como consecuencia de la persecución a los manifestantes en los últimos meses, según la oenegé Iran Human Rights.

La lista de los nuevos sancionados, publicada en el 'Diario Oficial de la UE', incluye al ministro de Deportes y Juventud, Seyed Hamid Sajjadi Hazaveh, y dos directores de la radio y televisión iraní. También fueron incluidos en la lista de sancionados cuatro diputados y cuatro comandantes regionales de los Guardianes de la Revolución.

La UE ya sancionó a más de 60 funcionarios y organizaciones iraníes por la represión a las protestas que estallaron después de la muerte de una joven que se encontraba bajo custodia policial por incumplir el estricto código de vestimenta. Entre los sancionados están altos funcionarios y de la policía de la moral de Teherán, mandos del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución y medios estatales de prensa.

Por ahora los países miembros de la UE no han decidido clasificar a los Guardianes de la Revolución como un grupo terrorista, a pesar de los llamados formulados por Alemania y Países Bajos. El Gobierno iraní ya advirtió a la UE de esa posibilidad. Este lunes el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, dijo que antes de adoptar esa determinación es necesario que haya un fallo legal en uno de los estados del bloque.

"No podemos decir: 'Te considero un terrorista porque no me gustas'. Eso podrá hacerse cuando un tribunal de un Estado miembro emita una declaración legal, una condena concreta", explicó. Por su lado, Reino Unido sancionó a cinco personas más, entre ellas el vicefiscal general iraní, Ahmad Fazelian. Según el Gobierno británico, el vicefiscal es responsable de "un sistema judicial caracterizado por los juicios injustos y los castigos desproporcionados, incluyendo el uso de la pena de muerte por razones políticas". "Alireza Akbari fue una víctima trágica de este brutal sistema", agregó Londres, refiriéndose a este británico-iraní ejecutado el 14 de enero tras ser declarado culpable de espiar para los servicios de inteligencia de Reino Unido.

Entre los demás sancionados este lunes figura Kiyumars Heidari, comandante en jefe del Ejército de Tierra iraní, y Hosein Nejat, un responsable de los Guardianes de la Revolución a cargo de la seguridad en Teherán. "Los sancionados en el día de hoy (...) están en el núcleo de la brutal represión del pueblo iraní por parte del régimen", dijo el ministro británico de Exteriores, James Cleverly.

El origen de la revuelta en Irán

El origen de las protestas en Irán se inició con la muerte de Mahsa Amini, que fue arrestada por la Policía de la Moral por "vestimenta inadecuada". La joven falleció en circunstancias poco claras cuando estaba bajo custodia policial. Como consecuencia, las protestas se extendieron en distintas zonas del país y fuera de sus fronteras y muchas mujeres llegaron a cortarse el cabello o se quitaron el velo como gesto de apoyo. La joven, de 22 años, falleció tras los golpes recibidos por no cumplir las estrictas normas impuestas en la República Islámica. Amini había sido arrestada por "vestimenta inadecuada" por llevar mal colocado el velo o hiyab. El día del funeral de Amini, la provincia del Kurdistán iraní se convirtió en la espoleta de un recrudecimiento de las protestas, que han costado la vida a medio millar de personas desde entonces.