Crisis sanitaria

Los 3 datos del brote de covid en China que inquietan al mundo

Cada vez más países se muestran preocupados por la falta de transparencia del gigante asiático sobre las cifras de contagios de coronavirus

Control COVID a pasajeros procedentes de China en el aeropuerto de Incheon, en Corea del Sur.

Control COVID a pasajeros procedentes de China en el aeropuerto de Incheon, en Corea del Sur. / EFE

El Periódico

El Periódico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

China vive un enorme brote de covid-19 después de que el Gobierno procediese a comienzos de diciembre al desmantelamiento de la directriz de 'cero covid', las estrictas restricciones sanitarias aplicadas durante años contra las que se habían registrado numerosas protestas. Pero cada vez más países –principalmente de Asia, pero también Estados Unidos y países europeos– se muestran preocupados por la falta de información y transparencia en torno a las cifras de los contagios chinos. Los siguientes son los motivos de la preocupación mundial:

Datos poco fiables

Pekín ha admitido que la escala del brote se volvió "imposible" de rastrear tras el fin del testeo obligatorio en diciembre. La Comisión Nacional de Salud ha dejado de publicar cifras nacionales diarias de contagios y muertes por el virus. Tal responsabilidad ha sido transferida al Centro de Control y Prevención de Enfermedades chino (CCPE), que solo ofrece cifras una vez por mes, después de que China planeara rebajar el 8 de enero sus protocolos de manejo de la enfermedad.

China ha reportado solo 15 muertes por covid-19 desde que comenzó a levantar las restricciones el 7 de diciembre, y poco después redujo los criterios para determinar si una muerte fue causada por el coronavirus. Esto generó preocupaciones de que la ola de contagios no está debidamente reflejada en las estadísticas oficiales. Las autoridades han admitido que la cantidad de información recogida es "mucho menor" que cuando era obligatorio realizar pruebas PCR.

Yin Wenwu, del CCPE, ha afirmado que las autoridades recogen información de hospitales y Gobiernos locales, así como llamadas de emergencias y ventas de medicamentos para la fiebre, todo lo cual "cubrirá las deficiencias" en los datos. Hospitales y crematorios chinos enfrentan un repunte de pacientes y cadáveres, en especial en áreas rurales. Varios países como EEUU, Australia y Canadá han anunciado la obligación de someter a prueba a quienes llegan desde China, dada su falta de transparencia con las cifras de contagios.

Cálculos incompletos

Algunas autoridades locales y regionales comenzaron a compartir en diciembre cifras diarias estimadas de contagios, pero la magnitud de brote sigue sin estar claro. Autoridades sanitarias en la provincia costera de Zhejiang han indicado que un millón de pobladores estaban infectados por semana. Las ciudades de Quzhou y Zhoushan han afirmado que al menos el 30% de la población ha contraído el virus. La ciudad oriental de Qingdao también ha calculado unas 500.000 infecciones diarias, y el centro industrial sureño de Dongguan ha proyectado hasta 300.000 diarias. Pero el funcionario de salud Wu Zunyou ha asegurado que las ciudades de Pekín, Chengdu, Tianjin y Guangdong —la más poblada del país— ya han superado el pico de contagios. El principal experto en enfermedades infecciosas de Shanghái, Zhang Wenhong, ha declarado que esa megaciudad habría entrado a su período de más contagios el 22 de diciembre, con unos 10 millones de pobladores infectados.

Anotaciones filtradas de una reunión de autoridades sanitarias en diciembre revelaron que creían que 250 millones de personas se contagiaron en China en los primeros 20 días de diciembre. Modelos independientes de contagios trazan un cuadro preocupante. Investigadores de la Universidad de Hong Kong calcularon que cerca de un millón de chinos podrían morir este invierno boreal como consecuencia de la apertura. La firma de análisis de riesgo sanitario Airfinity ha proyectado 11.000 muertes y 1,8 millones de contagios diarios, con un total de 1,7 millones de muertos para fines de abril.

¿Nuevas variantes?

Muchos países han citado la preocupación por posibles nuevas variantes como el motivo para testear a quienes llegan de China. Pero aún no hay evidencia de <strong>nuevas variantes</strong> que hayan emergido de la actual ola de contagios. Xu Wenbo, alto cargo del CCPE, afirmó en diciembre que China está creando una base de datos genética con muestras de covid obtenidas en hospitales que les permitirían rastrear mutaciones.

Expertos chinos en salud han señalado que las subvariantes de ómicron BA.5.2 y BF.7 son las más comunes en Pekín, ante el temor público de que aún circule la variante delta, más mortal. En muchos países occidentales, esas variantes han sido superadas por las subvariantes más transmisibles XBB y BQ, que aún no son dominantes en China. Pekín ha sometido 384 muestras de ómicron a la base de datos mundial GISAID (la iniciativa internacional para compartir datos genómicos del virus de la gripe y del SARS-CoV-2), según su página web. Pero el total de entradas chinas a esa base de datos, 1.308, es inferior a las de otros países, incluyendo EEUU, Reino Unidos, Camboya y Senegal.

Las muestras recientes chinas "se asemejan a variantes conocidas que circulan mundialmente", ha indicado el GISAID. El virólogo Jin Dong-yan, de la Universidad de Hong Kong, ha comentado en un podcast que la gente no debe temer variantes más mortales en China. "Muchos lugares en todo el mundo han experimentado contagios a gran escala, pero no ha surgido una variante más mortal o patogénica", ha comentado Jin. "No digo que la emergencia de una variante más mortal sea imposible, sino que la posibilidad es muy baja", ha agregado.