Estallido social

Suben a 41 los muertos en las protestas de Irán, según la televisión estatal

El presidente, Ebrahim Raisí, asegura que actuará "de forma decisiva" contra los manifestantes

Protesta en Teherán por la muerte de Mahsa Amini.

Protesta en Teherán por la muerte de Mahsa Amini. / WANA NEWS AGENCY

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La televisión estatal iraní ha elevado a 41 los muertos en las protestas que sacuden el país desde hace ocho días por el caso de Mahsa Amini, que murió tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo, prenda obligatoria en el país persa. Organizaciones no gubernamentales aseguran que la cifra de fallecidos es muy superior.

"Lamentablemente 41 personas han perdido la vida en los disturbios de los últimos días en diferentes partes del país", informó la televisión IRIB. El canal estatal matizó que se trata de su propio recuento y no de datos oficiales.

El Gobierno organiza este domingo nuevas marchas en apoyo del régimen en una repetición de lo que ya hiciera el viernes, cuando miles de iraníes marcharon en defensa del velo islámico y en oposición a las protestas que comenzaron el viernes 16, al conocerse la muerte de Mahsa Amini tras ser detenida por la policía de la moral por el velo caído y se han ido extendiendo por el país.

El presidente del país, Ebrahim Raisí, aseguró que actuará "de forma decidida contra los que se oponen a la seguridad y tranquilidad" de Irán. Así se lo transmitió en una conversación telefónica a la familia de un miembro de las fuerzas de seguridad fallecido en las manifestaciones, según la agencia estatal IRNA.

Raisi hizo hincapié en la "necesidad de distinguir entre las protestas y la perturbación del orden público y la seguridad" y calificó de "motín" a los eventos que se están sucediendo en el país.

En las últimas jornadas es más difícil seguir lo que está ocurriendo, dadas las restricciones que las autoridades están imponiendo sobre internet.

El Gobierno comenzó el miércoles a restringir internet, con las redes móviles cortadas desde la tarde hasta por la mañana desde entonces, lo que dificulta que manifestantes, periodistas y activistas usen las redes sociales para compartir fotos, vídeos e informaciones de acerca de qué está ocurriendo.

El Ejército, "listo"

A su vez, el Ejercito iraní advirtió de que "está listo" para ayudar a la Policía a hacer frente a los manifestantes "para defender la seguridad nacional".

Los militares calificaron las protestas como "acciones desesperadas de la diabólica estrategia del enemigo para debilitar el régimen islámico", siguiendo al versión gubernamental de que las manifestaciones están incitadas por el "enemigo extranjero" con la intervención de embajadas y servicios de inteligencia de otros países.

A pesar de los cortes de internet y las advertencias de las autoridades de que no permitirán el "caos", muchos iraníes protestaron anoche de nuevo en numerosos puntos del país.

"No nos puedes matar a todos", gritaba un manifestante a la Policía en la ciudad de Rudsar, en el norte del país, según un vídeo compartido por activistas y periodistas sin verificar.

Clases suspendidas

Mientras tanto, las principales universidades de Teherán han suspendido las clases presenciales este sábado y optaron por la modalidad online, y está previsto que se aplique esta medida a lo largo de esta semana. La semana laboral iraní empieza el sábado y finaliza el miércoles, con jueves y viernes como días libres.

Las autoridades educativas han justificado la medida por los dos festivos de esta semana: el domingo por el aniversario del fallecimiento de Mahoma y el martes por el imán Reza.

Una persona vinculada a un centro educativo de Teherán explicó a Efe que la suspensión de las clases presenciales ha sido justificado "por comodidad", pero explicó que en su opinión se debe a las protestas.

Las principales universidades de la capital como las de Teherán, Amir Kabir, Shahid Beheshti o Allame Tabatabaí han sido escenario de protestas durante esta semana por la muerte de Amini.

Dolor y empatía

Amini fue detenida el martes de la pasada semana por la llamada policía de la moral en Teherán, donde se encontraba de visita, y fue trasladada a una comisaría para asistir a "una hora de reeducación" por llevar mal el velo.

Murió tres días más tarde en un hospital adonde llegó en coma tras sufrir un ataque al corazón, que las autoridades han atribuido a problemas de salud, algo rechazado por la familia, que sostiene que falleció a consecuencia de una paliza que recibió en las instalaciones policiales.

Su muerte ha logrado galvanizar a miles de iraníes a través del dolor y la empatía, a diferencia de otras ocasiones en las que las manifestaciones se redujeron a fragmentados grupos sociales movilizados por la economía.