Nuevas amenazas

Investigan a empresarios brasileños que expresan simpatías golpistas en grupos de WhatsApp

La Policía Federal ha realizado una serie de allanamientos contra importantes hombres de negocios cercanos a Bolsonaro

Los empresarios intercambiaban mensajes que ahora son objeto de investigación por orden del Supremo

Primer acto de campaña para la presidencia de Brasil de Jair Bolsonaro

Primer acto de campaña para la presidencia de Brasil de Jair Bolsonaro / EFE / Andre Coelho

Abel Gilbert

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El camino a la primera vuelta electoral brasileña, prevista para el 2 de octubre, promete reiterados sobresaltos. La Policía Federal (PF) acaba de constatarlo después de llevar a cabo una serie de allanamientos contra importantes empresarios que simpatizan con Jair Bolsonaro y que en un grupo privado de WhatsApp hicieron saber que prefieren un golpe de Estado antes que Luiz Inacio Lula da Silva, favorito en las encuestas, frustre la reelección del capitán retirado. "Fake news", reaccionó ante el operativo Bolsonaro, el líder de un Gobierno de ultraderecha que ha convertido a las noticias falsas en un género estatal. Entre los hombres de negocios vinculados con la investigación policial se encuentra Jose Koury, de Río de Janeiro, Meyer Joseph Nigri, el dueño de la constructora Tecnisa y el multimillonario Luciano Hang. "Nunca he hablado de golpe… siempre he defendido la democracia y la libertad de expresión”, dijo el magnate este martes. Las cuentas en las redes sociales y bancos de todos los involucrados son por estas horas objeto de una inspección.

Los diálogos fueron dados a conocer por el portal Metropoles. Durante un encuentro con empresarios, Bolsonaro expresó su molestia por la operación de la PF. "¿Creen que es proporcional bloquear las cuentas bancarias de estas personas? ¿Está justificada una medida de esta envergadura?”, les preguntó. La orden había sido dada por el ministro del Tribunal Supremo Federal (STF), Alexandre de Moraes, el pasado viernes. El senador Flávio Bolsonaro no hizo más que emular la furia paterna. "Es insano ordenar la búsqueda de empresarios honestos (...) por decir en una conversación privada de WhatsApp que preferirían cualquier cosa a un exconvicto", escribió en su cuenta de Twitter, en alusión al candidato del Partido de los Trabajadores. La reacción del vicepresidente y general retirado, Hamilton Mourão, no estuvo exenta de agresividad. El exmilitar llamó a promover un juicio político contra los ministros del STF que están "usurpando poderes".

El Fiscal General, Augusto Aras, conocido por su sintonía con el Gobierno, expresó su molestia por el accionar policial autorizado por De Moraes. Aras aseguró no haber sido informado sobre la medida, pero Moraes, a quien Bolsonaro ha llamado "sinvergüenza", sostuvo lo contrario. Remarcó que el operativo fue debidamente notificado.

"Las investigaciones dirán si Alexandre de Moraes tuvo razón al ordenar operaciones de búsqueda y captura contra empresarios bolsonaristas que defendían un golpe de Estado en WhatsApp. Si la Policía Federal encuentra pruebas de que se organizaron para promover un cambio ilegal de régimen político, entonces serán procesados y castigados. Pero si sólo expresaron hostilidad hacia la democracia, sin involucrarse en planes o acciones para derrocarla, creo que no debería considerarse un delito, aunque sean bolsonaristas", señaló Helio Schwartsman, columnista del diario Folha de San Pablo.

Un horizonte amenazante

Desde los días más aciagos de la pandemia que mató a 682.00 brasileños, la ultraderecha no ha dejado de agitar el fantasma de la intervención militar tanto en las redes sociales como en el espacio público. No ha faltado inclusive un acto con la participación del mismo presidente. El capitán retirado ha arrojado un manto de sospecha sobre el sistema electoral que le permitió llegar al Palacio Planalto en 2018. Los al menos 11 puntos de ventaja que por ahora le lleva Lula no han hecho más que intensificar los ataques contra la urna electrónica.

Bolsonaro fue entrevistado el pasado lunes por el Jornal Nacional de la cadena O Globo. Unos 43 millones de personas lo vieron lanzar otra advertencia de cara a la contienda: dijo, en ese sentido, que solo aceptará una eventual derrota sin se llevan a cabo "elecciones limpias y transparentes".  Pero, además, volvió a citar otra investigación de la PF que intenta esclarecer un ataque de hackers al sistema del Tribunal Superior Electoral (TSE) para poner otra vez en duda la seguridad de las urnas electrónicas.

Demostración de fuerza

La campaña electoral se acerca a su tramo más intenso. Bolsonaro quiere convertir a setiembre en un mes de ofensiva. De un lado, redoblará los beneficios sociales a los sectores más castigados y proclives a votar a Lula. Pero, a la par, se propone subir el tono de sus intervenciones. El día de la Independencia, el 7 de setiembre, el bolsonarismo saldrá a la calle para hacer su principal demostración de fuerza. El capitán retirado ha obtenido como préstamo de Portugal el corazón de Pedro, I, el emperador que proclamó la independencia en 1822. Bolsonaro quiere convertir a ese órgano en un símbolo que asocie a la figura de Pedro I con la suya. Sin embargo, el presidente cada vez se mira con mayor apego a la imagen iracunda de Donald Trump durante su competencia con Joe Biden. De allí que varios analistas estiman que el 7 de setiembre puede poner en escena otro intento de condicionar las elecciones del 2 de octubre para llegar en mejores condiciones a la segunda vuelta del último domingo de ese mes.