Fenómeno preocupante

Toneladas de peces muertos: Tensión entre Alemania y Polonia por una catástrofe medioambiental inédita

Miles de peces de distintas especies aparecen en las dos riberas del río fronterizo Óder mientras las autoridades alemanas y polacas investigan los motivos del desastre, aún desconocidos

Toneladas de peces mueren en por contaminación en Alemania y Polonia

Toneladas de peces mueren en por contaminación en Alemania y Polonia. / ZML/Martha Jordan

Andreu Jerez

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Los habitantes de las dos orillas del río Óder no recuerdan algo igual: desde la semana pasada aparecen en las aguas del río fronterizo entre Polonia y Alemania toneladas de peces muertos. Sólo en la parte polaca son casi 100 toneladas de cadáveres de diferentes especies, según confirmó este martes el cuerpo de bomberos de Varsovia.

La catástrofe ambiental apunta a rebasar las aguas del Óder: en afluentes, ríos más pequeños y canales adyacentes ya flotan también peces inertes. Las altas temperaturas hacen que el hedor sea insoportable en algunas de las regiones afectadas. Trabajadores y voluntarios encargados de la limpieza informan de condiciones insoportables de trabajo y de vómitos casi inevitables. Las autoridades locales queman las toneladas de peces muertos como solución de emergencia.

Los motivos de este desastre medioambiental inédito son un misterio. Mientras el Gobierno alemán apuntó en días pasado hacia un posible vertido de productos químicos de origen industrial río arriba, las polacas aseguran no haber encontrado de momento esas sustancias en las aguas. “Seguimos detectando altos porcentajes de sal y de niveles de oxígeno”, asegura el verde Sebastian Arnold, ministro regional de Medio Ambiente del estado de Brandeburgo, el más afectado hasta ahora en la ribera alemana.

Metales como mercurio, que habían surgido como una de las primeras hipótesis, ya han sido descartados por el ministro Arnold. Son 300 las posibles sustancias que han podido originar la catástrofe, lo que hace que la investigación avance lenta. Las altas temperaturas y el bajo nivel del agua por la falta de lluvias también podrían haber contribuido a la muerta masiva de peces.

Críticas de Alemania

Otra de las razones aducidas por el Gobierno alemán para justificar que las pesquisas tarden tanto en arrojar resultados es la falta de transparencia de las autoridades polacas. Según informaciones de Berlín, las autoridades polacas ya tenían a finales de julio los primeros indicios de una catástrofe ecológica. Sin embargo, no informaron a su contraparte hasta que pescadores alemanes comenzaron a encontrarse con miles de peces muertos a inicios de la semana pasada.

La ministra federal de Medio Ambiente de Alemania, la verde Steffi Lemke, ha pedido públicamente explicaciones a su homóloga polaca, Anna Moskwa, con la que se reunió de urgencia el pasado domingo en la ciudad polaca de Stettin, cercana a la frontera con Alemania y donde se encuentra un importante puerto fluvial amenazado ahora por el desastre. El ministerio liderado por Lemke asegura que la “cadena de información no funcionó” y habla de “pérdida de confianza”. El Gobierno alemán y el polaco de los ultraconservadores del PiS, cuyas relaciones ya eran tirantes antes del desastre, tienen ahora un motivo más para la tensión bilateral.

210.00 euros de recompensa

Pese a las tensiones entre Berlín y Varsovia, ambos Gobiernos han puesto en marcha una comisión de expertos conjunta para gestionar la crisis. El Gobierno polaco incluso ofrece una recompensa de 210.000 euros para aquellos ciudadanos que ofrezcan pistas sobre un posible responsable. Medios alemanes se han hecho eco de una teoría que corre por las redes sociales polacas: que una fábrica de papel cercana la localidad de Olawa, en el sur de Polonia, habría provocado el vertido en el río. La empresa desmiente las acusaciones.

A la espera de los resultados de las investigaciones, organizaciones ambientalistas como NABU temen que las consecuencias de la catástrofe sean de larga duración para el ecosistema de fauna y flora que rodea el río Óder, con sus numerosos afluentes, lagos y canales. De momento, el impacto económico en la región es inmediato: tanto pescadores como restaurantes que ofrecen pescados de la zona han perdido su principal fuente de ingresos.

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