División en el Ejecutivo

El presidente argentino capea la crisis en el Gobierno con una nueva ministra de Economía

Silvina Batakis sustituye a Martín Guzmán, quien abandonó el ministerio el sábado después de meses de desgaste y fracasos

Alberto Fernández y la vicepresidenta, Cristina Kirchner, vuelven a hablar tras un largo y tenso silencio

El presidente de Argentina, Alberto Fernández

El presidente de Argentina, Alberto Fernández

Abel Gilbert

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Silvina Batakis es la nueva ministra de Economía argentina. Su nombramiento, a las apuradas después de la sorpresiva dimisión de Martín Guzmán, busca detener la crisis del Gobierno peronista que azota al presidente, Alberto Fernández. Guzmán dio el portazo como parte de las discordias que tenía con la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, quien había ungido en 2019 a Fernández como candidato para derrotar en las urnas a la derecha pero que, desde hace meses, estaba distanciada del jefe de Estado, al punto de ni siquiera hablarse. Como si fuera una versión política del dúo musical Pimpinela, ambos se criticaban en público sin nombrarse. El enfrentamiento no hizo más que debilitar al Gobierno y la figura de su primera autoridad. La salida de Guzmán llevó muy lejos la pelea y fue Estela de Carlotto, una abuela de Plaza de Mayo, la organización que busca a los niños desaparecidos durante la última dictadura (1976-83), la que hizo de mediadora entre las partes enemistadas y atravesadas por el rencor. Los Fernández volvieron a hablarse este domingo por teléfono y el resultado de esa conversación es el nombramiento de Batakis.

No se descarta que haya más cambios ministeriales. El peso del mandatario se ha devaluado tanto como la moneda nacional frente al dólar. La autoridad se encontraba en franco retroceso al momento de detonar la crisis. La opinión pública le ha dado mayoritariamente la espalda y la posibilidad de que el peronismo sea vapuleado en las urnas en las presidenciales de 2023 es muy alta. En este contexto, el cambio en Economía parece uno de los últimos y dudosos intentos de relanzar al Gobierno.

El peronismo estaba partido en tres partes desiguales. Se unió más por espanto que por amor y derrotó en los comicios de octubre de 2019 a Mauricio Macri, cuya gestión fue castigada por el deterioro económico y el fuerte endeudamiento externo. Los Fernández prometieron "volver mejores" que en los años precedentes. La pandemia dificultó las acciones. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los acreedores privados limitó por otra parte el campo de acción en un país con 40% de pobres. En este contexto surgieron las diferencias entre el presidente y su vice. El primer pico de la discordia se hizo visible tras la derrota de las parlamentarias del año pasado en las que el peronismo perdió su mayoría en la legislatura, lo que en la actualidad limita aún más el campo de maniobra del Ejecutivo. Fernández de Kirchner atribuyó la pérdida de cuatro millones de votos a las medidas de ajuste adoptadas por Guzmán. Con su renuncia irrumpe un nuevo horizonte, de incierta duración.

Buena relación con la vicepresidenta

Batakis fue ministra de Economía en Buenos Aires, la principal provincia del país y estaba cumpliendo funciones en la segunda línea del Gobierno. Tiene mayor cercanía con el ministro de la Producción, Daniel Scioli. Según el exsecretario de Finanzas, Daniel Marx, su trabajo en la cartera económica regional fue "bastante bueno". No obstante, Marx aclaró que "una cosa es la provincia y otra es la nación".

De acuerdo con Ricardo Delgado, de Analytica Consultora, Batakis deberá dar "una señal muy rápida" a los mercados, expectantes sobre la hoja de ruta, si realizará una política "más cercana al acuerdo firmado con el FMI" o si "decide ir hacia un modelo liderado por el consumo" y el aumento de los salarios, "más próximo a lo que la vicepresidenta tiene en la cabeza". Si este último fuera el caso, añadió, "deberá explicar además cómo se financiará el programa y cómo impactará en la inflación". En rigor, los mercados no esperaron: el precio del dólar subió más de un 10% este lunes. Sus consecuencias se sienten en los bolsillos. El costo de la vida amenaza con perforar la barrera de los tres dígitos a fin de año, empujado por la depreciación de la moneda nacional. Batakis, consignó La Nación, "no cree que la salida para combatir a la inflación esté en el recorte del gasto público y eso la hace crecer en valoración ante Cristina Kirchner".

Las dudas

La principal pregunta que se hacían varios observadores en la noche del domingo es si había margen para restaurar la confianza entre los Fernández. Ambos han cedido apurados por las urgencias y por el peso de la mediadora. "Hablé con Alberto. Cuando está en juego algo tan sublime como la Patria hay que jugársela", contó De Carlotto. "Él me dijo que había intentado comunicarse con ella, pero no le atendía". El reclamo llegó a sus oídos y, con cierto aire de culebrón, los Fernández se pusieron en contacto y pudieron, al menos esta vez, encauzar la crisis.

Juntos por el Cambio, la coalición de Macri, observó regocijada la querella al más alto nivel del Ejecutivo y les pidió a sus protagonistas "responsabilidad institucional". Según la alianza derechista, "el país y los argentinos, en especial las clases medias y bajas, están sometidos a un creciente deterioro económico y social por causa de las disputas internas del oficialismo". En los próximos días se sabrá cuál es la fortaleza del peronismo para evitar el abismo tan temido: una devaluación que resquebraje las precarias bases de sustentación presidencial,.