El FMI aprueba el acuerdo con Argentina pero reconoce dificultades para su cumplimiento

El organismo reconoció que las metas fijadas con Argentina enfrentan riesgos "excepcionalmente altos" debido a la guerra en Ucrania

El presidente argentino, Alberto Fernández, y su ministro de Economía, Martín Guzmán, durante una reunión con la directora del FMI, Kristalina Georgieva, el pasado 30 de octubre en Roma.

El presidente argentino, Alberto Fernández, y su ministro de Economía, Martín Guzmán, durante una reunión con la directora del FMI, Kristalina Georgieva, el pasado 30 de octubre en Roma. / ESTEBAN COLLAZO / PRESIDENCIA ARGENTINA

Abel Gilbert

Abel Gilbert

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El presidente Alberto Fernández ha dicho que los objetivos del programa que Argentina acordó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar 44.000 millones de dólares "son los del Gobierno" peronista. Pero la propio directorio del FMI acaba de reconocer implícitamente que lo convenido con este país puede convertirse, más temprano que tarde, en papel mojado. Las metas pactadas, se señaló en un documento del organismo, enfrentan riesgos "excepcionalmente altos" para su cumplimiento, debido principalmente a "los efectos secundarios" en la economía global de la guerra en Ucrania. El FMI aprobó formalmente el acuerdo con Argentina el viernes pasado. No obstante, y en virtud de las dificultades que se "se están materializando", decidió adelantar "la primera revisión del programa" que había sido agendada para junio con el propósito de "recalibrar las políticas, según sea necesario" y, de esta manera, "asegurar los objetivos fiscales y contener los efectos inflacionarios del aumento de los precios de las materias primas".

Argentina se había comprometido lograr el déficit cero de las cuentas públicas en 2024, reducir significativamente la inflación, que apunta a perforar la barrera del 50% este año, y recortar los subsidios estatales al precio de la energía, que en 2021 alcanzaron al 2,3% del PIB. La invasión rusa y sus consecuencias en el mercado de los hidrocarburos vuelven imposibles de materializar esos puntos del convenio.

Para evitar una suspensión de pagos, el Gobierno peronista pactó con el FMI el refinanciamiento del préstamo que había recibido el presidente Mauricio Macri en 2018. Esa cantidad de dinero, sin precedentes en la política crediticia del organismo financiero, fue en parte utilizada para sostener la fuga de capitales al exterior, según las actuales autoridades. En virtud del nuevo entendimiento, Argentina tiene un período de gracia de dos años y medio para recuperar su economía, sin comprometerse a reformas del sistema de pensiones ni las leyes laborales, aunque en medio de un cuadro de pobreza desolador: 40% de la población se encuentra en esas condiciones. La economía crece (se prevé una suba del PIB superior al 4% este año) pero los salarios se deterioran.

Miradas encontradas

Kristalina Georgieva, la directora del FMI, confía en que "una consolidación fiscal sostenida y favorable al crecimiento fortalecerá la sostenibilidad de la deuda". El peronismo se ha fracturado en los hechos por el acuerdo con el organismo. La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, su hijo, Máximo Kirchner, ex jefe del bloque parlamentario del oficialismo, han expresado su disidencia con el mandatario. Le reprochan entre otras cosas proseguir por la senda del ajuste que, argumentan, ha sido la causa de la debacle electoral de noviembre por la cual los peronistas perdieron la mayoría parlamentaria y, además, la semilla que anuncia la derrota en los comicios presidenciales de 2023. De hecho, el kirchnerismo votó en contra del acuerdo que debió ser aprobado por el Congreso la semana pasada. También han impugnado la aceptación de que el FMI revise las cuentas públicas cada tres meses y limite la autonomía de las autoridades argentinas.