Masacre escolar

Matanza en Texas | El autor del tiroteo se atrincheró con los alumnos antes de ejecutarlos

Tras horas de angustia se asientan dolor y conmoción por la matanza escolar en Texas

Nuevos detalles del tiroteo y de las acciones del asesino, que se atrincheró en un aula

Multimedia: retrato de los jóvenes que cometían masacres

Idoya Noain

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Las primeras horas fueron angustia pura, demoledora, insoportable. Desde que alrededor de las 11 y media de la mañana del martes se supo que un tiroteo estaba teniendo lugar en la escuela primaria Robb Elementary de Uvalde, una pequeña localidad de 16.000 habitantes en el sur de Texas, el miedo se apoderó de los padres que esa mañana se habían despedido de hijas e hijos en lo que pensaban que sería un día más de colegio, uno de los últimos antes de las vacaciones de verano, uno en el que esa misma mañana varios habían recibido reconocimiento por su trabajo en el último curso escolar.

Algunos de esos padres, que pudieron contactar con criaturas de entre seis y 10 años que habían conseguido escapar a través de ventanas rotas, o esconderse en el propio colegio o en una funeraria vecina, pudieron respirar. Otros, en cambio, tuvieron que soportar horas de incertidumbre y congoja en espera de noticias reunidos en un centro cívico de la localidad habilitado como centro de reunión. Y las peores noticias posibles fueron llegando, poco a poco, en algunos casos tras ofrecer muestras de ADN a las autoridades, para 19 de esas familias, así como las de las dos profesoras que el autor de la masacre asesinó con un rifle de asalto.

Más que una lista de nombres

La lista de víctimas no se había hecho oficial aún cuando empezaron a aparecer en medios y redes sociales los nombres, los rostros y las historias de esos 19 niñas y niños, prácticamente todos de 10 años, y las dos maestras, de 44 y 46, cuyas vidas segó Salvador Ramos.

Ahí estaban Annabelle Rodríguez, una estudiante brillante, y su prima Jacklyn Jayleen Cazares, que había hecho la comunión hace dos semanas. Ahí estaba Amerie Jo Garza, el “pequeño amor” de un padre que solo podía pensar en que su hija “ahora está volando alto con los ángeles del cielo” y dejar un mensaje para quien quisiera leerlo: “Por favor no den ni un segundo por garantizado. Abracen a su familia. Díganles que les quieren”.

Estaban también Jailah Silguero y Eliahana Torres, y José Flores, Maite Rodríguez, Uziyah García y Xavier López. Estaban Alithia Rodríguez, Ellie Lugo, Maite Yuleana Rodríguez, Lexi Rubio y Rogelio Torres, Nevaeh Bravo, Jayce Carmelo Luévans y Tess María Mata. También, Makenna Lee Elord y Miranda Mathis, dos de las pequeñas víctimas que no eran hispanas en esta población de mayoría latina y familias de clase trabajadora y bajos ingresos.

Se lloraba también a Eva Mireles e Irma García, dos maestras que perdieron la vida junto a sus estudiantes y que dejaban en casa a cinco huérfanos. “Me sigo diciendo que esto no es real”, escribía en redes sociales Adalynn, la hija de Mireles. “Solo quiero oír tu voz. Quiero escucharte hablando a los perros con esa voz tonta que subes tanto que despiertas a todo el mundo por la mañana (...) Quiero cantar karaoke contigo. Quiero pelearme contigo por las cosas más estúpidas y luego reírnos. Quiero todo de vuelta (....) Solo quiero abrazarte una vez más”.

Nuevos detalles

Ese abrazo nunca será posible por las acciones de Ramos, de las que este miércoles las autoridades han ofrecido más detalles. Se sabe, por ejemplo, que el joven compró legalmente en los cuatro días siguientes a su 18 cumpleaños, que fue el 16 de mayo, dos rifles de asalto. Compró también 375 rondas de munición.

El martes por la mañana, Ramos disparó a su abuela en el rostro. Ella quedó herida y llamó a la policía. Para entonces su nieto había cogido su furgoneta y se había dirigido a la escuela de primaria, a menos de un kilómetro de la casa. Con el vehículo accidentado en una zanja, Ramos salió de ahí, dejando dentro uno de los rifles, y se dirigió a la escuela.

Aunque fue confrontado por uno o dos de los agentes del policía que tiene el propio distrito escolar, consiguió acceder al interior del colegio. Hubo cruce de disparos con dos policías del distrito que habían llegado a la escuela, que resultaron heridos. Y Ramos consiguió entrar en un aula, conectada a otra aula, donde se atrincheró.

Fue en esa clase donde Ramos cometió su matanza. Y solo cuando llegó una unidad táctica de la Patrulla Fronteriza los agentes le mataron tras dispararle varias veces. Según diversas informaciones, el horror se había prolongado al menos durante 30 minutos.

Sin historial delictivo ni problemas de salud mental

En una rueda de prensa este miércoles el gobernador de Texas, Gregg Abbott, ha asegurado que no hay constancia de que Ramos tuviera historial delictivo previo. El republicano también ha dicho que no tenía problemas de salud mental conocidos, aunque a continuación ha hablado de esos problemas de salud mental como supuesta explicación del aumento de los tiroteos en EEUU. “Cualquiera que dispara a otra persona tiene un reto de salud mental”, ha asegurado en otro momento.

Abbott también ha declarado que Ramos había escrito en Facebook tres mensajes empezando media hora antes de la matanza. En el primero había dicho “voy a disparar a mi abuela”. El siguiente fue “he disparado a mi abuela”. Y el último rezaba “voy a disparar en una escuela de primaria”. Un portavoz de Meta, la empresa matriz de Facebook, ha corregido en Twitter la versión del gobernador y ha asegurado que los tres mensajes no estaban colgados en su muro sino que fueron comunicaciones privadas uno a uno por mensaje y que se descubrieron “después de que sucediera la terrible tragedia”.

 La rueda de prensa de Abbott y otras autoridades también ha expuesto las tensiones a flor de piel. Beto O’Rourke, el excandidato presidencial demócrata que competirá con Abbott en las elecciones de noviembre, ha interrumpido la intervención para recriminar al gobernador y otros líderes políticos su falta de acción “No están haciendo nada. Esto era totalmente predecible”, ha espetado antes de ser insultado y escoltado fuera de la sala.

Los políticos republicanos han aprovechado para criticar a O’Rourke por "ignorar el dolor de las víctimas" y "actuar por motivaciones e intereses personales". “Esto no es un asunto partidista, no es un asunto político”, ha dicho el vicegobernador, el republicano Dan Patrick. Pese a que el dolor y la conmoción que este miércoles imperan en Uvalde, Patrick, y cualquiera, sabe que, desafortunadamente, sí lo es.