Polémica en Reino Unido

Boris Johnson repite desafiante que no dimitirá a la espera del informe sobre las fiestas en Downing Street

El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson.

El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson. / Aaron Chown/PA Wire/dpa

Begoña Arce

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La investigación policial sobre las fiestas en Downing Street no parece afectar a Boris Johnson, decidido a seguir como primer ministro a toda costa. El miércoles volvió desafiante a proclamar en la Cámara de los Comunes que no dimitirá. La jornada fue una tensa espera de la publicación del informe sobre las fiestas en Downing Sreet de la funcionaria Sue Grey, que finalmente no vio la luz. De acuerdo con algunas informaciones, un equipo de funcionarios y abogados está estudiando posibles problemas legales. La difusión del contenido podría prejuiciar la futura investigación policial. Otro aspecto es el riesgo de difamación de las personas citadas en las conclusiones.

En la sesión de control el líder laborista, Keir Starmer, trató de obtener garantías de que Johnson publicará la integridad del informe. “¿Puede el primer ministro confirmar que va a publicar el informe completo de Sue Gray tal y como lo reciba?”, preguntó. “Por supuesto cuando lo reciba voy a hacer exactamente lo que he dicho”, fue la ambigua respuesta.

Sus portavoces han repetido que se publicará integro, si bien es improbable que se divulguen pruebas como mensajes de WhatsApp o fotos. La oposición teme que se dé a conocer una versión reducida o reescrita. El primer ministro ha prometido hacer una declaración en el Parlamento una vez tenga el resultado.

Ardor guerrero

Starmer y Johnson se enzarzaron en otro intercambio de acusaciones y recriminaciones, con argumentos que han venido repitiéndose en las últimas semanas. Johnson quiso mostrarse lleno de ardor guerrero, listo para la lucha, ante la audiencia que más le interesaba: la de sus propios diputados, en cuyas manos está el forzar una moción de censura contra su liderazgo.

Starmer recordó que el día anterior la Policía Metropolitana había anunciado una investigación de lo ocurrido en Downing Street y acusó a los conservadores de haber hecho un daño inmenso a la confianza de los ciudadanos. “El primer ministro y el gobierno sólo han mostrado desprecio hacia la decencia, honestidad y el respeto que merece este país”.

Johnson adoptó el papel de estadista y enfatizó  que se halla  muy ocupado respondiendo a la situación de crisis de Ucrania. A eso añadió la ya habitual retahíla de éxitos del Ejecutivo, como la vacunación masiva y la supuesta la recuperación de la economía británica. Incluso clamó que el Gobierno está recortando los impuestos, cuando ha hecho lo contrario.  “Nosotros tomamos las decisiones difíciles, abordamos como se debe los grandes asuntos, nosotros, y en particular yo, seguimos adelante con el trabajo”.  

Otra mentira

A la lista de falsedades a que se enfrenta Johnson se ha sumado una más relacionada con la evacuación de animales de Afganistán en verano. Un correo electrónico desvelado por el Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento muestra que el primer ministro autorizó personalmente durante la caída de Kabul la operación de rescate organizada por el antiguo marine Pen Farthing, al frente de Nowzad, un refugio de perros y gatos y santuario de burros. En total 150 animales dejaron la capital afgana en un vuelo especialmente fletado con dinero donado por simpatizantes.

Preguntado en diciembre si había dado prioridad a los animales en lugar de los afganos desesperados tratando de escapar del régimen Talibán, la respuesta de Johnson fue que tal alegación “no tiene sentido alguno”. En la autorización habría mediado Carrie, su esposa, para  que el primer ministro contactara con el titular de Defensa, Ben Wallace.