Garantías explicitadas

Rusia eleva la tensión y redobla sus exigencias frente a EEUU y la OTAN

El Kremlin demanda excluir a Georgia y Ucrania de la Alianza Atlántica y poder de veto ante los despliegues militares de la alianza en Europa del este

Un tanque ruso dispara un cohete durante unos ejercicios militares en Orenburg.

Un tanque ruso dispara un cohete durante unos ejercicios militares en Orenburg. / MINISTERIO DE DEFENSA RUSO

Marc Marginedas

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En medio de una tensión que no cesa de aumentar debido al despliegue militar sin precedentes del Ejército ruso junto a la frontera con Ucrania, Moscú ha doblado este viernes la apuesta al hacer públicas las garantías que espera obtener de EEUU en unas futuras conversaciones bilaterales sobre seguridad en Europa pendientes de dar comienzo. Las exigencias rusas van más allá de la exclusión de Ucrania y Georgia de la OTAN, y contemplan incluso un derecho de veto del Kremlin a posibles despliegues militares en países que desde hace más de dos décadas son estados miembros de pleno derecho de la Alianza Atlántica. En una primera reacción, Washington ya ha advertido a Moscú de que no habrá diálogo sobre temas estratégicos en el continente europeo "sin contar con los aliados".

El Ministerio de Exteriores ruso ha difundido en su cuenta de Facebook dos "proyectos de acuerdo", uno de ellos a tratar con "EEUU" sobre "garantías de seguridad", y un segundo destinado a "reforzar la seguridad de la Federación Rusa y los estados miembros de la OTAN". El primer texto consta de ocho artículos, entre los que destaca el cuarto, en el que se estipula que "EEUU asume la obligación de excluir cualquier ampliación de la OTAN en dirección oriental", además de "negar" la membresía a "cualquier estado que hubiera integrado en el pasado la Unión Soviética". Se trata de una demanda que ya había sido publicitada en los días anteriores por dirigentes rusos y que la OTAN ya ha rechazado alegando que era una cuestión interna a resolver exclusivamente por el país candidato y los estados miembros.

El segundo documento está formado por nueve artículos e incluye exigencias desconocidas hasta el momento. En particular, ha sorprendido el artículo cuarto, en el que se estipula que la OTAN se compromete a no establecer despliegues militares en aquellos países europeos que no formaban parte de la organización militar "el 27 de mayo de 1997". Ello dejaría fuera a todos los estados de Europa del este antiguos miembros del Pacto de Varsovia que se integraron en la Alianza Atlántica en sucesivas oleadas a partir de 1999 -desde Polonia a Bulgaria, pasando por Chequia, Hungría, Eslovaquia, Rumanía o las repúblicas bálticas- y concedería de facto a Moscú derecho de veto sobre los movimientos de tropas dentro del territorio aliado.

Prisas de Rusia

Las propuestas fueron entregadas por Serguéi Riabkov, número dos del Ministerio de Exteriores ruso, a la vicesecretaria de Estado norteamericana para Asuntos de Europa y Euroasiáticos, Karen Donfried, durante una visita reciente a la capital rusa. Moscú se está mostrando impaciente y quiere iniciar cuanto antes las negociaciones; el propio Riabkov ha asegurado que está dispuesto a viajar a un país neutral este mismo sábado para comenzar los trabajos.

La Casa Blanca ha respondido a la publicación de las demandas rusas con firmeza, asegurando que no negociará ninguna cuestión de seguridad en el continente de espaldas a los aliados europeos. Intentando tranquilizar los ánimos ante lo que muchos observadores perciben como un inquietante endurecimiento de la posición rusa, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, ha recordado que "durante décadas" Occidente había logrado integrar a Rusia en "el diálogo estratégico". "No hay razón para que no podamos avanzar y reducir la inestabilidad, aunque lo vamos a hacer en coordinación con nuestros aliados europeos y socios", ha continuado Psaki.

Ningún observador, ni siquiera los analistas rusos, cree plausible que Washington o la OTAN puedan aceptar algunas de las demandas planteadas por la parte rusa. En una conversación telefónica, Andréi Kortunov, director general del Consejo Ruso de Asuntos Internacionales, un laboratorio de ideas próximo a Exteriores, da por sentado que incluso el Kremlin está al tanto de ello. "Tienen a gente capacitada para saber que estas propuestas serán rechazadas", afirma. La incógnita ahora será la posición que adopten EEUU y sus aliados. "Pueden rechazarlas de plano, o responder de una forma más suave", avanza el académico. Preguntado por las razones de que Moscú haya elevado el tono de sus exigencias, Kortunov menciona la "frustración rusa ante la falta de avances en Ucrania" y la percepción rusa de que Washington, concentrado en la tensión entre China y Taiwán, es ahora "más propicio a hacer concesiones".