Crisis sanitaria global

Austria vuelve al confinamiento a partir del lunes e introduce la vacuna obligatoria

La incidencia de covid se ha disparado en este país centroeuropeo y ya está en casi 1.000 casos por cada 100.000 habitantes

Alemania aprueba el nuevo marco legal ante la pandemia que prevé restricciones para los no vacunados

Un grupo de gente hace cola en un bus de vacunación contra el coronavirus, en Viena

Un grupo de gente hace cola en un bus de vacunación contra el coronavirus, en Viena / REUTERS / LEONHARD FOEGER

Andreu Jerez

Andreu Jerez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Austria vuelve a echar el freno de mano: ante la cuarta ola de contagios por covid-19, el Gobierno de conservadores y verdes liderado por el canciller Alexander Schallenberg ha anunciado que el país entra en confinamiento a partir del próximo lunes. Los ciudadanos sólo podrán abandonar sus casas para actividades esenciales como trabajar, comprar productos básicos, ir al médico o a la farmacia. La gente también podrá salir a pasear, pero el resto de actividades de ocio quedan prohibidas. La restricción valdrá tanto para vacunados como para no vacunados. La medida estará vigente durante 20 días. Las autoridades revisarán su efectos tras los primeros 10 días.

"No queremos una quinta, una sexta ni una séptima ola", ha argumentado Schallenberg para justificar una decisión que considera "dolorosa". Austria tiene actualmente una incidencia acumulada durante siete días de casi 1.000 casos por cada 100.000 habitantes. Desde hace una semana, el país alpino registra más de 10.000 nuevas infecciones diarias. La curva de crecimiento de nuevos contagios es exponencial.

El primer ministro austriaco cree que la principal razón del actual repunte de casos es el bajo porcentaje de vacunados: un 66% de la población austriaca está inmunizada por completo contra el coronavirus, con lo que el país está claramente por debajo de la media de la Unión Europea. Tras reconocer su incapacidad para convencer a un mayor porcentaje de la población a vacunarse de manera voluntaria, el Gobierno austriaco ha decidido introducir la vacunación obligatoria a partir del próximo 1 de febrero. Austria se convierte así en el primer país de la UE en tomar esta drástica medida.

Fracaso gubernamental

La poderosa ultraderecha austriaca del FPÖ ya ha reaccionado. Su líder, Herbert Kickl, no ha dudado en calificarla de "dictadura" y ha llamado a la ciudadanía austriaca a salir manifestarse este sábado contra el Gobierno en Viena. La marcha reunirá previsiblemente a miles de personas. Sin nombrar al FPÖ, el canciller Schallenberg ha calificado la postura antivacunas de algunos partidos austriacos como "atentado contra el sistema sanitario".

El excanciller austriaco Sebastian Kurz, que tuvo que dimitir el pasado octubre por un caso de corrupción, llegó a decir el verano pasado que la pandemia ya había acabado para aquellos ciudadanos que estuviesen vacunados. Ahora, su sucesor en el cargo se ve obligado a traicionar las palabras de Kurz. El diario austriaco Die Presse califica la gestión de la pandemia como una "negligencia insoportable" del Gobierno.

A las puertas de la temporada de esquí y de las fiestas navideñas, las restricciones amenazan con generar pérdidas millonarias en el sector de servicios y en el turístico. La asociación de comerciantes cree que el confinamiento le provocará unas pérdidas de alrededor de 2.700 millones de euros.

Medidas en Alemania

La vecina Alemania, con una incidencia por encima de los 340 puntos en una semana por cada 100.000 habitantes, va camino de tener que introducir medidas más restrictivas. A pesar de contar una cuota de vacunación mayor que la de Austria -del 67,9% de la población total y 78,5% entre los mayores de edad-, algunos de sus estados federados como Turingia, Sajonia, Baviera y Baden-Württemberg tienen tasas de inmunización por debajo del 70%. Precisamente esos cuatro estados muestran las mayores incidencias acumuladas de todo el país, como apunta el Instituto Robert-Koch.

El Bundesrat –la cámara territorial del Parlamento alemán- ha ratificado este viernes el nuevo marco legal para enfrentar la pandemia impulsado en el Bundestag por socialdemócratas, verdes y liberales, los tres partidos que negocian de hacen semanas para suceder al Gobierno interino de Angela Merkel. La nueva ley incluye un control del estatus de vacunación en los centros de trabajo. Aquellas personas que no puedan demostrar haberse recuperado de la enfermedad ni estar vacunadas, tendrán que presentar un test negativo diario para poder trabajar. Esta misma medida será aplicada en el transporte público.

Los gobiernos de los estados federados podrán además aplicar medidas más restrictivas si la incidencia y la presión sanitaria se disparan a nivel regional. El gobierno de Baviera ha sido el primero en anunciar más restricciones: los mercados de navidad, discotecas y bares tendrán que cerrar en aquellas regiones con mayor número de contagios. El primer ministro bávaro, el socialcristiano Markus Söder, incluso ha pedido una debate nacional sobre la introducción de la vacunación obligatoria.