Conferencia internacional

Rusia recibe a los talibanes en Moscú y conmina a la comunidad internacional a ayudar a Kabul

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, alaba a los nuevos gobernantes del país, de los que valora "sus esfuerzos para estabilizar la situación política y militar"

Conferencia talibanes en Moscú

Conferencia talibanes en Moscú

Marc Marginedas

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Rusia continúa considerando a la insurgencia talibán como un grupo terrorista oficialmente vetado en su territorio. Hace escasos días, incluso el presidente Vladímir Putin llegó a denunciar las presuntas intenciones de dos millares de combatientes de Estado Islámico de infiltrarse desde territorio afgano en las repúblicas exsoviéticas de Asia Central, aliadas del Kremlin. Pero todo ello no ha sido óbice para que Moscú celebrase este miércoles una conferencia internacional en la que participó una delegación de alto rango del movimiento, presidida por el viceprimer ministro Abdul Halem Sanafi, misión a la que los representantes rusos dedicaron alabanzas y buenas palabras.

"Una nueva administración ha ocupado el poder" (en Afganistán), ha constatado el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. "Tomamos nota de sus esfuerzos para estabilizar la situación política y militar, y de establecer instituciones", ha continuado el mandatario en términos laudatorios.

A la cita en la capital rusa han acudido representantes de los países vecinos, Pakistán, la India, Irán y China, además de delegaciones de las exrepúblicas soviéticas de Asia Central. EEUU ha declinado participar en el evento, aludiendo cuestiones técnicas, aunque dejando la puerta abierta a hacerlo en un futuro. En una nueva muestra de respaldo a los nuevos amos del país centroasiático, Lavrov ha conminado a la comunidad internacional a "movilizar los recursos para proveer a Kabul de ayuda efectiva con el objetivo de impedir una crisis humanitaria y reducir los flujos de inmigrantes".

Preocupaciones de Rusia

El máximo representante ruso en el evento ha aprovechado la ocasión para insistir a los dirigentes afganos acerca de las preocupaciones de su país, aunque eso sí, entre halagos y expresiones afectuosas: "Llamamos al movimiento talibán -y es algo que hemos discutido con su distinguida delegación- a que impidan el uso del territorio de Afganistán contra países terceros, en particular contra los países vecinos".

Rusia ha reaccionado de forma ambivalente a la llegada al poder en Kabul de la insurgencia talibán. Por un lado, no disimula su satisfacción ante la caótica retirada del Estado centroasiático protagonizada durante el verano por EEUU y sus aliados occidentales. Sin embargo, la posibilidad de que grupos yihadistas armados, amparados en el caos actual y en su relativa afinidad ideológica con los talibanes, expandan la inestabilidad a Turkmenistán, Kirguizistán, Tayikistán y Uzbekistán, todas ellas repúblicas exsoviéticas de mayoría musulmana y con estructuras estatales muy endebles, inquieta de sobremanera a Moscú. "La estrategia rusa hacia Afganistán combinará la diplomacia y la disuasión; esta estrategia le permitirá mantener relaciones cordiales con los talibanes, mientras calma las legítimas preocupaciones de sus socios en Asia Central", escribe Samuel Ramani, del Instituto Royal United Services para los Estudios de Defensa y Seguridad.