La educación británica

Las diferencias entre escuela pública y privada se acentúan en el Reino Unido

Los resultados de los últimos exámenes muestran la mayor desigualdad en la era actual

El ministro Gavin Williamson es el más impopular del Gobierno y todo apunta a su próximo cese

Dos chicas recogen su certificado de enseñanza secundaria en Londres.

Dos chicas recogen su certificado de enseñanza secundaria en Londres. / Andy Rain / Efe

Begoña Arce

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Cuando en los sondeos se pregunta por la figura más impopular del Gobierno de Boris Johnson la peor nota recae en Gavin Williamson, el ministro de Educación. Entre los propios conservadores se juzga su gestión de "terrible" y se da como seguro que será reemplazado en la próxima remodelación del Ejecutivo, que Johnson ha venido aplazando para mantener al parecer a los diputados rebeldes bien sujetos y a la expectativa.

Los llamamientos pidiendo el cese de Williamson se han redoblado recientemente tras hacerse públicos los resultados de los exámenes finales de los alumnos de enseñanza media. Los datos mostraban, por un lado, un aumento sospechoso de excelentes calificaciones y, por otro, la diferencia más grande de las constatadas en tiempos recientes entre las escuelas privadas y las públicas, a favor evidentemente de las primeras.

Inflación y desigualdad

A lo largo de los dos cursos escolares afectados por la pandemia, la actuación de Williamson ha sido criticada por todos. El año pasado año hubo que suspender por covid los exámenes finales tanto de los GCSE (el equivalente a la ESO) y los 'A-level' (similar al Bachillerato), que realiza habitualmente un organismo independiente, Ofqual (Oficina Reguladora de Calificaciones y Exámenes). El ministro dejó la evaluación de los estudiantes a juicio de un algoritmo que reconsideró a la baja las notas proporcionadas por escuelas e institutos.

Ante la reacción airada de padres y alumnos, el Gobierno dio marcha atrás y barrió el algoritmo. Entonces ya se percibió una tendencia de los docentes a inflar las calificaciones de sus estudiantes y este segundo año la inflación se ha confirmado. Las matrículas de honor pasaron del 14,3% del 2020 a un 19,1% y las matrículas del 38,6% al 44,8%. Las puntuaciones son determinantes a la hora de poder elegir la carrera deseada y las mejores universidades, que se ven desbordadas, como ya ocurrió el curso anterior, por el aumento súbito de las solicitudes de ingreso. El peligro es rebajar el valor y calidad de contenidos del sistema británico frente al bachillerato internacional. También el que muchos de estos centros de enseñanza superior opten por imponer un examen de entrada, una criba que favorecería a los alumnos más elitistas.

De los estudiantes que superaron los 'A-level' en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, el 70% fueron estudiantes de escuelas privadas, una cifra muy superior comparada con el 39% de las estatales. La diferencia entre los carísimos centros privados y los públicos, cada vez más escasos de medios, ha aumentado del 20% al 30%, la mayor desigualdad de la era actual. La situación ha empeorado durante la pandemia.

"Sistema caótico"

Kevan Collins, antiguo asesor del Gobierno y una de las figuras más respetadas en temas de educación, afirma que si Johnson no adopta un plan especial para atajar estas desventajas "las desigualdades en nuestro sistema de educación seguirán aumentando". Collins dimitió en junio cuando el primer ministro ignoró su plan de inversión para mejorar la calidad de los centros públicos.

El líder laborista, Keir Starmer responsabiliza al actual Ejecutivo del deterioro de la situación. "Había una desigualdad enorme antes de la pandemia. Ahora es peor y en gran medida se debe a la manera en que el ministro de Educación y el gobierno gestiona este sistema caótico", señala. Starmer cree que Johnson debería haber cesado a Williamson "hace mucho tiempo. Es asombroso que siga en el puesto".

Demasiado débil

Williamson no parece dispuesto a marcharse sin más. Él fue el organizador de la campaña de Johnson para el liderazgo conservador y el responsable después de la disciplina de los diputados. Ahora, según varias fuentes conservadoras han contado a 'The Times', anda advirtiendo de la posición  demasiado débil del primer ministro para cesarle y de los secretos que podría desvelar.

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