Guerra en Afganistán

La caída de Kandahar y Herat acerca a los talibanes a Kabul

Los insurgentes afirman haber conquistado en el último día Lashkargá, Qala i Naw, Herat y Kandahar, todas ellas importantes capitales de provincia en el sur y norte del país

EEUU, Reino Unido y Canadá envían tropas a Kabul para proteger el aeropuerto y garantizar la retirada de su personal desplazado al país centroasiático

Los talibanes toman 15 capitales tras caer Kandahar, Lashkargah y Firozkoh

Los talibanes toman 15 capitales tras caer Kandahar, Lashkargah y Firozkoh / EFE

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El avance de los talibanes en Afganistán prosigue imparable, poniendo literalmente contra las cuerdas al Gobierno afgano de Ashraf Ghani Ahmadzai apoyado por EEUU. Portavoces del movimiento insurgente han anunciando en las últimas horas que sus tropas se habían hecho con el control de Kandahar y Herat, la segunda y tercera ciudad de Afganistán en términos de población, conquistas que se suman a las recientes caídas de Lashkargá y Qala i Naw, capitales de las provincias de Helmand y Badghis respectivamente. En total, cerca de la mitad de las capitales de provincia afganas se hallan ya en manos de los insurgentes, limitando la presencia del Ejecutivo afgano en las grandes urbes a la capital, Kabul, Mazar-i-Sharif, cerca de la frontera con Uzbekistán, y Jalalabad, próxima a Pakistán.

Sobre Herat, capital de la "estratégica" provincia homónima, los portavoces insurgentes han precisado que se han hecho por completo con las principales sedes administrativas y policiales, fruto de una "rendición" que llegaría tras horas de intensos combates. La derrota es tan grave que incluso los atacantes han logrado detener a Ismail Khan, señor de la guerra local y otrora influyente cabecilla local que contaba incluso con su milicia privada. La conquista de la localidad ha sido confirmada por el legislador afgano Semin Barekzai, así como testigos, forzando la huida de varios funcionados.

En Kandahar, la segunda ciudad de Afganistán, los insurgentes han dado por concluidas las operaciones en cuanto se hicieron con el control de las principales sedes gubernamentales y centros neurálgicos. "Durante la operación de conquista, la oficina del gobernador, el cuartel general de la Policía y muchos otros centros en la ciudad de Kandahar han sido despejados del enemigo", ha afirmado un portavoz. Asimismo, los legisladores Gul Ahmad Kamin y Arif Noorzai, que representan a la provincia en el Parlamento afgano, han confirmado a la agencia DPA que todas las fuerzas gubernamentales han evacuado las oficinas clave del Gobierno.

Balance de las conquistas

En un comunicado difundido este viernes, el portavoz talibán Qari Mohamed Yusef Ahmadi ha hecho balance de las conquistas de los últimos días: según sus datos, en total "ocho" el número de provincias tomadas, si bien las capitales serían una quincena. Yusef Ahmadi ha aprovechado la ocasión para instar a las fuerzas afganas a "poner fin a la resistencia inútil lo antes posible". Pese a los avances logrados en este tiempo, tanto Estados Unidos como el resto de socios de la OTAN se han ceñido a los planes previstos de retirada militar.

Con el rápido deterioro de la situación de seguridad, comienzan a debatirse y hacerse públicos planes de evacuación. El Pentágono acaba de anunciar el envío de 3000 soldados al país asiático para ser desplegados en el aeropuerto de Kabul y proteger la inminente evacuación de personal diplomático; el Reino Unido y Canadá, por su parte, han anunciado medidas similares de despliegue militar también para garantizar la retirada de sus funcionarios presentes en la capital afgana.

Un reciente informe de la inteligencia estadounidense difundido por la prensa norteamericana auguraba que la capital afgana podría caer en manos de los denominados estudiantes del Corán en un plazo de tres meses, lo que parece haber empujado a los estados occidentales con presencia en Kabul a preparar la evacuación de una parte sustancial de su personal, como mínimo el menos esencial. De confirmarse los negros augurios del espionaje norteamericano, la salida norteamericana de Kabul entroncaría con otra derrota histórica aún muy presente en el imaginario colectivo de EEUU: La desastrosa evacuación de Saigón, capital del difunto estado de Vietnam del Sur, ante el avance de Ejército de Vietnam del Norte y las fuerzas del Vietcong en abril de 1975.

Los acontecimientos en Afganistán están sembrando la alarma en todo el mundo ante la posibilidad de que se repita una situación como la vivida en los años 90, cuando los talibanes permitieron el establecimiento de un santuario para el terrorismo islamista internacional en territorio afgano. El ministro de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, ha admitido que su Gobierno contempla la posibilidad de regresar al país asiático si los rebeldes afganos permiten el regreso de Al Qaeda.

"Voy a dejar todas las opciones abiertas; si los talibanes han recibido un mensaje de la última ocasión, es el siguiente: comenzáis a albergar a Al Qaeda a atacar a Occidente o a países semejantes, nosotros podríamos volver", ha advertido el responsable británico. "Estoy muy preocupado de que los estados fallidos se conviertan en caldo de cultivo para este tipo de gentes", ha continuado.

Dinamarca, por su parte, ya ha anunciado el cierre de su embajada y Alemania la reducción de su personal en Kabul.