Cambio en Latinoamérica

Perú abre la puerta a una nueva era

El maestro de izquierdas Pedro Castillo tomará posesión como presidente

Pedro Castillo habla ante sus simpatizantes desde un balcón tras ser proclamado presidente electo de Perú.

Pedro Castillo habla ante sus simpatizantes desde un balcón tras ser proclamado presidente electo de Perú. / PAOLO AGUILAR

Abel Gilbert

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Comenzó su campaña electoral montado a caballo y debajo de un sombrero de paja, para que el sol del Perú olvidado no lo calcinara. La cabalgata fue objeto de mofa en Lima. En rigor, no vieron venir al corcel con todo lo que traía de nuevo. Debido al alto grado de dispersión política, Pedro Castillo pasó a la segunda vuelta con casi el 20% de los votos. Derrotó a Keiko Fujimori por 0,4 puntos de diferencia. Después de una tensa espera de casi un mes y medio, será proclamado presidente. Toma posesión del cargo el miércoles, cuando se cumple el bicentenario de la Independencia. Recibirá los atributos de mando con la certeza de que camina por una cornisa muy delgada, trazada de antemano por un Congreso adverso y una elite económica que todavía no ha podido digerir su consigna de campaña: "No más pobres en un país de ricos".

Castillo nació hace 51 años en Chota, una aldea minúscula de la sierra de Cajamarca, unos 960 kilómetros al norte de Lima. Para ir a la escuela caminaba todos los días dos horas de ida y otras de vuelta. Se graduó de maestro y enseñó en esa misma institución primaria. La docencia lo llevó a la actividad sindical. Su nombre alcanzó dimensión nacional cuatro años atrás cuando encabezó una multitudinaria protesta de profesores que exigían mejoras salariales. Las clases se paralizaron durante 75 días.

Castillo se inició en la política en Perú Posible, el partido de Alejandro Toledo, cuya extradición por haber cometido actos dolosos es reclamada por un tribunal peruano y debe ser en breve resuelta por un tribunal de Estados Unidos. De allí saltó a Perú Libre. "Vamos a conducir los destinos del país con el sueldo de maestro", dijo. Aseguró además que la lucha que lo ha llevado a la presidencia "no puede ser traicionada". Iniciará su período de Gobierno con una opinión favorable del 52%. Una reciente encuesta de Ipsos consigna que un 75% de los peruanos espera de él una política más eficaz para combatir la pandemia que ha provocado más de 187.000 muertos por covid. Hasta el momento se han aplicado en total 11,4 millones de vacunas.  Un 67% de los entrevistados por Ipsos reclama de antemano a Castillo que concentre sus esfuerzos en poner de pie a un país cuya economía cayó un 12,9% en 2020 debido a la pandemia y dejó un tendal de tres millones de nuevos pobres. Un 30% de los habitantes se encuentra en la actualidad en esa situación. Según el Banco Mundial, el PIB cerrará con una subida del 10,3% este año.

¿Un nuevo Evo Morales?

Algunos analistas lo comparan con Evo Morales. Las diferencias son, sin embargo, importantes. Morales ganó las elecciones en primera vuelta con más del 50% de los votos y al frente de un movimiento social y político con un alto nivel de organización. Nunca tuvo que gobernar con un Congreso adverso. Castillo, en cambio enfrenta ese escenario en un país donde Pedro Pablo Kuczynski tuvo que dimitir en 2018 antes de ser cesado por el Parlamento, algo que le sucedió a su sucesor, Martin Vizcarra.

"No vamos a permitir avasallamientos del Ejecutivo”, advirtió la congresista conservadora Gladys Echaíz. El diario La República consideró en su editorial del último domingo que, para no tropezar con la misma piedra de sus antecesores, Castillo debe generar acuerdos de "ancha base" dentro y fuera de la legislatura. De lo contrario, "se corre el riesgo" de tener solo el respaldo de su agrupación.

Perú Libre es otra de las incógnitas. El jefe del partido es Vladimir Cerrón, a quien suelen calificar como un populista de izquierda de dudosos antecedentes. Cerrón ya le marcó el camino a Castillo por si quiere transitar el camino de la moderación bajo la guía de su asesor económico Pedro Francke: "Si el Gobierno se desvía, es el partido que tiene que rectificar la línea".

Idas y venidas

Durante la campaña, Castillo garantizó el cumplimiento de la promesa electoral bajo la consigna "palabra de maestro". El lento escrutinio lo encontró en pleno ejercicio de las rectificaciones. Propuso derrumbar el sistema de pensiones administrado por empresas privadas y luego archivó la propuesta. Se mostró favorable a nacionalizar el oro, la plata, el uranio, el cobre y el litio. No tardó en desdecirse. Castillo ha sido rondero. Así se conoce a esa organización creada en los años setenta para enfrentar a la delincuencia rural. El rondero viste poncho y llevan un látigo con el que deja sus marcas a los cuatreros. Masca hoja de coca para no caer vencido por el sueño. El presidente presentó esa experiencia como replicable en las ciudades para combatir la delincuencia. Solo encontró críticas.

Castillo quiere refundar Perú y, por eso, no descarta convocar a una asamblea constituyente mediante una consulta popular, como ha ocurrido en Chile. Necesita, sin embargo, dos tercios del Congreso. Perú libre apenas cuenta con 37 escaños y el apoyo de cuatro parlamentarios de izquierda. "Si el pueblo dice que no se toque la Constitución no tenemos por qué ser desobedientes". Los primeros interrogantes se despejaran cuando forme su equipo de ministros y lance las primeras iniciativas.

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