Política brasileña

La sombra del 'impeachment' acecha a Bolsonaro por la gestión de la pandemia

El Senado investiga la responsabilidad del mandatario en la crisis sanitaria que ha provocado cerca de 520.000 muertos por covid

Protesta contra el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, por las calles de Sao Paulo, este sábado.

Protesta contra el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, por las calles de Sao Paulo, este sábado. / PAULO LOPES

Abel Gilbert

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Las calles de las principales ciudades brasileñas prometen volver a poblarse, aunadas por un único grito: juicio político a Jair Bolsonaro. La Cámara de diputados acumula más de 100 reclamos de este tipo pero no han llegado a prosperar por las relaciones de fuerza. El presidente ha comprado voluntades del llamado centro que le han permitido durante meses frenar las embestidas. Sin embargo, algo ha comenzado a cambiar desde que el Senado se puso a investigar la responsabilidad del presidente y sus colaboradores en la crisis sanitaria que ha provocado cerca de 520.000 muertos por covid. Los legisladores han escuchado testimonios que no favorecen al Gobierno de ultraderecha. Por si eso fuera poco, el horizonte del capitán retirado se ha plagado de nuevas sombras por las denuncias de intento de soborno a la comercializadora en Brasil de la versión india de la vacuna AstraZeneca.

Luiz Paulo Dominguetti Pereira, representante de la empresa Davati Medical Supply, aseguró al diario paulista Folha que el Director de Logística del Ministerio de Salud, Roberto Ferreira Dias, le pidió un dólar por cada dosis del inmunizante. "Lo que pasó detrás de escena fue una cosa muy oscura, muy repugnante", dijo. El Gobierno de ultraderecha pensaba adquirir 20 millones de la Covaxin. Al salir a luz las revelaciones, decidió cancelar la compra. Pero el escándalo ya echó a rodar como un alud. Dominguetti repitió estas mismas palabras frente a la comisión investigadora del Senado.

"La pregunta es simple: al ser informado sobre la corrupción en la compra de Covaxin, ¿el presidente llamó a la Policía Federal o no? El silencio de Bolsonaro lo dice todo", tituló la revista Piauí. Bolsonaro intentó a lo largo de la semana anticiparse a las acusaciones. "No obtuvimos un frasco de vacuna, no pagamos ni un centavo. Y me acusan de corrupción. ¿Qué quieren?". El presidente dijo que no puede saber lo que ocurre en los ministerios y salió al paso del diputado oficialista, Luis Miranda, quien aseguró a la comisión parlamentaria haber alertado al presidente sobre una situación de la cual no sería ajena una de las espadas del Gobierno de ultraderecha en el Congreso, Ricardo Barros.

El diputado del Partido Progresista fue ministro de Salud bajo la presidencia interina de Michel Temer (2016-2018). Sobre sus cabeza pende una investigación por la presunta tentativa de beneficiar a una empresa farmacéutica ligada también con el presente escándalo. Los problemas no terminan ahí. Luis Ricardo Miranda, hermano del legislador y funcionario del ministerio de Salud, reveló a los senadores la existencia de maniobras favorables a Covaxin, pese a los costos exagerados que se habían detectado en la oferta del laboratorio Bharat Biotech.

Retroceso y nerviosismo

El escándalo llega en el momento de mayor debilidad política de Bolsonaro. La economía no mejora al ritmo esperado. La realización de la Copa América de fútbol no ha funcionado como cortina de humo. "Bolsonaro está sintiendo el peso de la presión. En los últimos días, con asombrosa frecuencia, ha mostrado una irritación y falta de control en sus tratos", remarcó en su editorial la revista Istoé. Bolsonaro, añadió, "tiene razón en temer" esta vez un impeachment parlamentario. Pero no solo de eso: ante la presión de la ministra del Tribunal Supremo, Rosa Weber, la Fiscalía General se prepara también para investigarlo.

Protesta en contra del presidente Jair Bolsonaro en Sao Paulo, este sábado.

Protesta en contra del presidente Jair Bolsonaro en Sao Paulo, este sábado. / MIGUEL SCHINCARIOL

La influyente analista Miriam Leitão parece tener una impresión similar. "El juego ha cambiado. El presidente tendrá que dar las respuestas que se ha estado negando a presentar desde que surgió el asunto", señaló en su columna del diario carioca O Globo. Bolsonaro, sostuvo, "ya ha comenzado a ser abandonado". Estima que el capitán retirado "utilizará toda su agresividad y capacidad para generar crisis, pero no será suficiente si no tiene buenas respuestas a las preguntas planteadas por la comisión parlamentaria". Todas las líneas de la investigación sobre lo que sucedió durante la pandemia apuntan al poder ejecutivo: desde la banalización del virus a las fallidas estrategias de inmunidad colectiva, las demoras y negligencias en la compra de vacunas, que incluyen 15 correos de Pfizer sin respuesta oficial, y la propagación de medicamentos ineficaces. "Y ahora, la corrupción", subraya la columnista.

El presidente del Partido Social Democrático y exalcalde paulista, Gilberto Kassab, sostuvo que el agravamiento de la crisis política refuerza el movimiento a favor del impeachment. "La destitución no puede ser trivializada, es necesario tener cuidado". Si bien señaló que "la base de Gobierno aún es grande", reconoció que, bajo ciertas circunstancias, el juicio político puede volverse "inevitable". De acuerdo con Dodô Azevedo, columnista de Folha, la posibilidad de una destitución de Bolsonaro por parte del Congreso encuentra a los sectores más radicales del bolsonarismo con el ánimo por el suelo. Ellos se aferran al vicepresidente, Hamilton Mourão. Confían en que el exgeneral al menos mantendrá el rumbo ideológico emprendido el 1 de enero de 2019.

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