Casi 30 años después

Macron reconoce la responsabilidad de Francia en el genocidio de Ruanda

En visita oficial en el país africano, el presidente francés admite la "responsabilidad abrumadora" de su estado la muerte de más de 800.000 ruandeses, la mayoría de la etnia tutsi, en 1991

"No comprendimos que estábamos al lado de un régimen genocida", sostiene el mandatario, descartando la complicidad del Elíseo

El presidente francés, Emmanuel Macron, durante el discurso que ha ofrecido este jueves en el Memorial del Genocidio en Kigali.

El presidente francés, Emmanuel Macron, durante el discurso que ha ofrecido este jueves en el Memorial del Genocidio en Kigali. / LUDOVIC MARIN

Irene Casado Sánchez

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Francia "no fue cómplice" del genocidio de Ruanda, pero "tuvo una responsabilidad abrumadora", reconoció este jueves Emmanuel Macron durante su simbólica y esperada visita al país africano. "Francia tiene un papel, una responsabilidad, un deber en Ruanda; el de afrontar la historia y reconocer el sufrimiento infligido al pueblo ruandés", continuó el presidente francés durante su discurso destinado a poner fin a más de 25 años de tensiones diplomáticas ligadas al papel del país galo en el genocidio de los tutsis en 1994.

Dos meses después de la publicación de un informe oficial realizado por una comisión de expertos, a petición del propio Macron, señalando las "graves y abrumadoras responsabilidades" de Francia en la masacre que se saldó con la vida de más de 800.000 ruandeses, el mandatario galo aterrizó este jueves en Kigali para culminar la reconciliación entre ambos países. 

Informe histórico

"Los asesinos, las mareas, las colinas, las iglesias, no tenían el rostro de Francia. No fue cómplice. La sangre que derramó no deshonró sus armas ni las manos de sus soldados", subrayó el mandatario. "Francia no comprendió que permanecía al lado de un régimen genocida", insistió el jefe de Estado retomando el mismo análisis del histórico informe que consideraba que las autoridades francesas, bajo la presidencia de François Mitterrand, permanecieron "ciegas a la preparación de la masacre". "Al ignorar las alertas de los observadores más lúcidos, Francia tiene una responsabilidad abrumadora", remarcó Macron durante su alocución pronunciada en el Memorial de Gizoli, donde permanecen los restos de unas 250.000 víctimas.

"Quizá pueda pedir perdón en nombre de Francia [...] Eso es todo lo que esperamos", comentaba recientemente Egide Nkuranga, presidente de Ibuka Rwanda, la principal organización de supervivientes del genocidio, en la antena de Radio France Internacionale (RFI). En lugar de pronunciar las tan esperadas disculpas, Macron recurrió a una sutil fórmula: "Acabo de reconocer nuestras responsabilidades [...] En este camino, sólo aquellos que han atravesado la oscuridad pueden quizás perdonar, concedernos el don de perdonarnos", concluyó.

"Un inmenso acto de valentía"

Tras estas declaraciones, Nkuranga se mostró satisfecho: "Pidió perdón indirectamente [...] demostró que está decidido a cooperar cuando habló de las responsabilidades de Francia". Por su parte, el presidente ruandés, Paul Kagame, consideró que estas palabras "tuvieron más valor que una disculpa" y calificó como "un inmenso acto de valentía" la intervención de su homólogo francés.

"Reconocer este pasado supone también y sobre todo continuar con la labor de la justicia", estimó el mandatario galo antes de prometer "que ningún sospechoso de crímenes de genocidio podrá escapar a la justicia", incluidos aquellos que residen actualmente en Francia. Una promesa que contribuirá sin duda a inaugurar una nueva página entre ambos países.  

Antes que Emmanuel Macron fue Nicolas Sarkozy quien visitó Kigali para tratar de normalizar las relaciones diplomáticas. El expresidente, el primero en acudir a Ruanda tras la masacre, reconoció "graves errores" y "una forma de ceguera" de las autoridades francesas que tuvo consecuencias "absolutamente dramáticas". Por aquel entonces, estas declaraciones no fueron suficientes para sellar el acercamiento. Todavía hoy, Francia no tiene embajador en Ruanda, si bien, fuentes del Elíseo aseguran que pronto será designado, un elemento clave para restablecer los lazos entre sendos países, rotos desde hace casi 30 años.