Delitos contra la infancia

La lacra de la violencia sexual contra menores golpea Brasil

La fiscalía de Brasilia registró cuatro delitos al día de estas características durante 2020

Un policía brasileño.

Un policía brasileño. / 123RF / MAREK SLUSARCZYK

Abel Gilbert

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Los brasileños recordaron el pasado 18 de mayo el Día Nacional de Lucha contra el Abuso y la Explotación Sexual de Niños y Adolescentes. La fecha fue establecida en memoria de Araceli Cabrera Crespo, una menor de ocho años que, el mismo día de mayo, pero de 1973, fue secuestrada, drogada, violada, asesinada y carbonizada en el sudeste de un país que no deja de acumular episodios macabros de esa misma naturaleza a cada momento. De acuerdo con el Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP), más de la mitad de las 33.000 víctimas de 2019 tenía menos de 13 años, lo que da como promedio cuatro casos de agresión sexual por hora.

La fiscalía de Brasilia, el Distrito Federal, registró cuatro delitos diarios durante 2020. La cadena Globonews aseguró que Río de Janeiro es el estado que acumuló más denuncias de esa naturaleza el año pasado. En cuanto a 2021, ya se han reportado en esa región 591 episodios aberrantes. El ministerio público del estado de Sao Paulo informó de que el 75% de los hechos de violencia doméstica y sexual contra niños, niñas y adolescentes perpetrados en 2020 se relacionan con una violación. En otros estados se han conocido cifras también escandalosas.

El Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos, que conduce la pastora evangelista Damares Alves, ha consignado que las denuncias telefónicas han aumentado a nivel nacional un 9% respecto al año pasado. A pesar de su bolsonarismo recalcitrante, Alves ha tenido padecimientos similares. "Soy una superviviente y sé que somos millones de supervivientes en Brasil. La mayoría ya conoce mi historia. Fui víctima cuando solo tenía seis años. Me convertí en una niña triste y nadie se dio cuenta. Envié todas las señales a mi familia y no las leyó. Envié todas las señales a mi Iglesia y mi Iglesia no se dio cuenta de que tenía un dolor profundo. Vengo aquí para decir: lea las señales que están enviando los niños. Hay niños que piden ayuda", dijo durante el acto principal del Día Nacional de Lucha contra el Abuso y la Explotación Sexual de Niños y Adolescentes.

El horror cotidiano

Un hombre acaba de ser condenado a 120 años de prisión por violar a cuatro niños. Un jurado popular condenó el pasado miércoles a Carlos Eduardo dos Santos, de 55 años, a 50 años de cárcel por el estupro seguido de muerte de una chica de nueve años, cuyo cuerpo fue encontrado dentro de una maleta abandonada en la estación de autobuses, en noviembre de 2008. El proceso judicial no pudo avanzar durante 13 años, a pesar de la admisión del delito sexual por parte del acusado. Casi al mismo tiempo, otro tribunal, sentenció a 44 años de prisión a un hombre por violar y dejar embarazada a una niña de 10 años en São Mateus.

Antes de la pandemia, un 76,5% de los casos tenían lugar en el hogar familiar. El confinamiento ha agravado las situaciones de vulnerabilidad. "En el 90% de los casos, el agresor es alguien de la familia", revela un informe de Unicef y la oenegé paulista Soy de paz. "Las niñas están aisladas en casa, en muchos casos con sus violadores", advirtió la fundación Libertad. Luciana Temer, presidenta de la citada oenegé, considera que la violencia se ha naturalizado en Brasil hasta el punto de que ya no llama la atención que una niña de 13 o 14 años esté embarazada. A pesar del enconado rechazo del Gobierno de ultraderecha al aborto, particularmente el de la ministra Alves, se han realizado al menos seis interrupciones de embarazo por día de menores a lo largo de 2020, según números del Sistema de Información Hospitalaria. El pasado año nacieron 26.000 bebés de madres de 10 a 14 años.

En este contexto de asombro permanente para algunos, y despreocupación para otros, se conoció la atroz historia de un influyente empresario, Samuel Klein, quien abusó sexualmente de menores durante décadas. "Necesitamos cambiar la forma en que la sociedad brasileña aborda la violencia sexual, contra niñas y mujeres, y romper este nefasto silencio que perpetúa casos como el de Samuel Klein. Ya es hora de hablar de violencia sexual”, señaló Temer. Para hacer más sonoro ese reclamo se ha lanzado una campaña con el título Creemos en las niñas. Ellas son el blanco del 75 de los episodios.

"Es tan difícil relacionarse con esta mutilación infantil que, en ocasiones, la sociedad prefiere no mirar. Lees noticias, haces una donación aquí, otra allá y ya está. Pero es el 2021 y puede que sea el momento de entender que somos parte del problema y, por tanto, somos parte de las posibles soluciones", sostuvo, con un mismo razonamiento, Carolina Delboni, columnista de Estado. Mientras, el espanto continúa.

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