Por narcotráfico

Polémica en Brasil por la muerte de 25 personas en una favela a manos de la policía

La acción policial en un barrio marginal de Río de Janeiro ha sido calificada de masacre

En los últimos 23 años se han registrado 20.957 fallecimientos en condiciones similares

Policías patrullan en la favela Vila Cruzeiro en Río de Janeiro.

Policías patrullan en la favela Vila Cruzeiro en Río de Janeiro. / at

Abel Gilbert

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"La operación más letal de la historia", se jactó la policía de Río de Janeiro después de que más de 30 personas murieran en el marco de un enfrentamiento en la favela (barrio marginal) de Jacarezinho, en la zona norte de una "ciudad maravillosa". Por el momento, se han confirmado 25 muertes. Jacarezinho es un territorio en disputa entre facciones del narcotráfico. La incursión, señalaron las autoridades, tuvo lugar después de enterarse que una de esas bandas reclutaba allí niños para que realizaran tareas de vigilancia.

Cuando cesaron las balas, quedó un paisaje de desolación: establecimientos destruidos, tuberías reventadas, cables cortados y pérdidas económicas para los negocios y los vecinos. Las fuerzas de seguridad honraron a su única víctima, los otros se convirtieron en mera estadística. Como era de esperar, el trabajo del cuerpo ha quedado bajo sospecha. "Un episodio de terror como nunca vi en Jacarezinho", señaló el corresponsal de Folha de San Pablo, Bruno Sousa. "Los telediarios se hicieron eco de la operación como si se tratara de una lucha entre el bien y el mal; la policía es buena, por supuesto. El resultado de esto es lo que vemos, una masacre. No hay otro nombre".

Habitantes de la favela que fueron testigos de los hechos aseguraron este viernes que los presuntos delincuentes fueron "asesinados" dentro de las viviendas y sin oponer resistencia. "Hubo ejecución, hubo asesinato", aseguró Milena Santos, una joven estudiante que participó en una protesta, informa Efe.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos pidió a la justicia brasileña una "investigación independiente e imparcial" y denunció el uso desproporcionado de la fuerza por parte de la policía en las favelas brasileñas, una tendencia que, según el portavoz de la institución, Rupert Colville, dura desde hace demasiado tiempo.

Nada ha cambiado en Río de Janeiro a pesar de la destitución del gobernador Wilson Witzel por actos de corrupción durante la pandemia. Su sucesor interino, Cláudio Castro (PSC), es también un defensor de la mano dura. Castro ha pasado por alto un dictamen del Supremo Tribunal Federal (STF) que el año pasado había prohibido, al menos durante la crisis sanitaria, una operación como la que realizada por la policía. El STF dejó entonces abierta la puerta a "hipótesis absolutamente excepcionales" y con pruebas contundentes acumuladas por la justicia. No fue lo ocurrido el pasado jueves en la periferia carioca.

Una muerte cada 10 horas

La muerte violenta es un lugar común en Río de Janeiro. El diario O Globo consignó este viernes que, entre enero de 1998 y marzo de este 2021 perdieron la vida 20.957 personas en enfrentamientos con la policía. Una muerte cada 10 horas a lo largo de 23 años. La mayoría son jóvenes, afrobrasileños o mulatos, siempre pobres. Los años que acumulan mayor cantidad de episodios son 2019 (1.814 muertos), 2018 (1.534) y 2020. Para los especialistas en cuestiones de seguridad eso no es una casualidad: la mayor cantidad de sangre se ha acumulado entre las vísperas de la llegada de la ultraderecha al poder y sus primeros dos años de gestión.