Persecución judicial

Empieza el juicio contra el político opositor turco Selahattin Demirtas

A Demirtas, en prisión preventiva desde noviembre de 2016, se le acusa de instigar unas protestas en 2014 durante el sitio de Kobane del Estado Islámico

La fiscalía turca, que quiere cerrar su partido político, el prokurdo HDP, le considera responsable a él y a otros 107 encausados de intentar subvertir la “unidad del estado” y “quemar la bandera turca”, ente otros crímenes

Selahattin Demirtas

Selahattin Demirtas

Adrià Rocha Cutiller

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Selahattin Demirtas, político turco y exlíder del partido prokurdo HDP, el tercer mayor de Turquía en representación parlamentaria, verá como empieza este lunes un juicio clave en su contra, en el que también se sientan en el banco de los acusados otros 107 miembros de su partido.

A todos, la fiscalía turca les acusa de alentar dos días de protesta en octubre de 2014, en el sur de Turquía. En ese momento, los yihadistas del Estado Islámico sitiaban la ciudad siria de Kobane, donde las milicias kurdosirias, las YPG, resistían dentro de la ciudad. Estas milicias, las aliadas de los EEUU en Siria, están vinculadas a la guerrilla del PKK, la enemiga número uno de Ankara. Tanto Turquía como la UE y los Estados Unidos la consideran terrorista.

En ese momento, sin embargo, el Estado Islámico se expandía como la pólvora por todo el este sirio, y los líderes del HDP protestaban ante lo que llamaban la “inacción” del gobierno turco, al que, decían, “le preocupaban más las YPG que los yihadistas del EI”.

Demirtas, en la ciudad de Suruç —al norte de la frontera con Siria y a escasos kilómetros de Kobane— pedía que Turquía abriese la frontera para que los kurdos de Turquía fuesen a luchar con los de Siria. Turquía no aceptó, y empezaron unas manifestaciones que se volvieron violentas al extremo. En tres días de protestas, 31 personas murieron. 221 civiles y 139 policías resultaron heridos, según los recuentos oficiales. 

Caso abierto

Demirtas y otros miembros de su partido vieron que su inmunidad parlamentaria fue levantada en primavera de 2016, y fueron detenidos en noviembre de ese mismo año. Desde entonces, muchos están en prisión preventiva a la espera de juicio. Demirtas, por su parte, fue recluido en una cárcel de máxima seguridad en el oeste turco. 

“Vemos con desmayo los eventos recientes en Turquía que tienen relación con la represión sistemática que sufren políticos electos, con casos políticamente motivados contra el HDP. Durante años, el HDP ha estado pidiendo una investigación parlamentaria que arroje luz a qué fue lo que llevó a la violencia, pero el partido de Erdogan, el AKP, siempre ha bloqueado estas propuestas”, ha dicho en un comunicado un grupo de parlamentarios europeos progresistas.

En varias ocasiones, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha reclamado la libertad de Demirtas, diciendo que su encarcelamiento atenta contra su libertad de expresión y su derecho a presentarse a las elecciones. “Demirtas es un terrorista. El fallo del TEDH no nos importa”, dijo el ministro de Interior turco, Süleyman Soylu.

Prohibido protestar

En la entrada de los juzgados de Ankara, este lunes por la mañana, la presencia policial era enorme y los actuales líderes del HDP se disponían a hacer una declaración ante las cámaras. Pero justo en ese momento, un cordón policial se ha dispuesto entre los micrófonos y las cámaras. El objetivo era claro: evitar cualquier discurso político.

“Queríamos venir y hacer una declaración antes del juicio, pero como pueden ver, han puesto un muro delante de nosotros. Esto es otra indicación de que le tienen miedo a la verdad. Piensan que pueden callar nuestras voces, pero están equivocados”, ha dicho Mithat Sancar, colíder actual del HDP, que ha sido grabado por otros miembros de su partido.

A Demirtas y los demás 107 encausados se les acusa, entre otros crímenes, “intentar subvertir la unidad del estado, llamar a la violencia, quemar banderas turcas, vínculos con una organización terrorista, dañar el espacio público y edificios religiosos y causar la muerte de 31 personas”.