Decisión ratificada

Turquía se retira de un tratado contra la violencia machista

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha firmado el decreto de retirada de la Convención de Estambul, de madrugada y sin debate parlamentario

Grupos conservadores islamistas habían pedido al líder del país que abandonase el acuerdo por entender que promueve la homosexualidad y ataca los valores familiares

El presidente turco, Reccep Tayyip Erdogan, en una imagen de 2019.

El presidente turco, Reccep Tayyip Erdogan, en una imagen de 2019. / Reuters

Adrià Rocha Cutiller

Adrià Rocha Cutiller

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Es tradición que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, utilice la expresión “vendremos un día de madrugada, cuando menos os lo esperéis” para amenazar a las milicias kurdosirias de las YPG y la guerrilla del PKK, las rivales número uno de Turquía. Erdogan ha dicho esta frase en infinidad de ocasiones, y la mayoría de las veces ha cumplido lo prometido mediante varias ofensivas en el norte de Siria y en el norte de Irak. Esta vez el tema es muy distinto y, aunque la frase no haya sido pronunciada, Erdogan también ha venido de madrugada. Este sábado por la noche, mientras los ciudadanos dormían, el presidente turco ha firmado un decreto por el que ha hecho oficial la salida de Turquía de la Convención de Estambul, un pacto internacional de 2011 —también firmado por España— que busca proteger a las mujeres ante la violencia machista.

A pesar de que Turquía fue uno de los países auspiciadores de este pacto, Erdogan se ha retirado. “Estamos determinados a poner nuestro empeño más sincero para elevar la dignidad de las mujeres turcas en la sociedad como se merecen, preservando la tradición. Por este sublime objetivo, no debemos de mirar afuera ni imitar a otros [en referencia al pacto internacional]. La solución está en nuestras tradiciones, costumbres y esencia”, ha dicho este sábado por la mañana el portavoz presidencial turco, Fuat Oktay.

El portavoz gubernamental ha dejado entrever en sus palabras la crítica que le hacen los islamistas a este acuerdo. En palabras de otro diputado del partido de Erdogan: “La Convención de Estambul va en contra de los valores tradicionales de la familia turca y fomenta los LGTBI”.

Feminicidios

En verano del año pasado, Ankara empezó a poner este pacto a debate anunciando que querían salir de él porque no les hacía falta. Tras ello, las organizaciones feministas se movilizaron y las calles fueron tomadas por miles de mujeres. Tenían motivos de sobra por protestar. En Turquía, en 2020, casi 400 mujeres fueron asesinadas a manos de hombres —más de una al día—, y en lo que llevamos de 2021, el número de mujeres asesinadas es ya de 78. La media, por lo que apuntan las cifras, seguirá igual.

El debate sobre la convención se paró entonces. Según una encuesta de la empresa Türkiye raporü, solo el 8,8% de los turcos estaba a favor de retirarse del acuerdo, frente a un 39,5% que se pronunció en contra. De hecho, la división era incluso familiar. Una de las hijas de Erdogan y su mujer se mostraron en su momento en contra de retirarse; el hijo mayor de Erdogan, y el padre, en cambio, estaban a favor. 

Más cambios

Al final, como siempre, han ganado los hombres. Esta madrugada Turquía se ha retirado del pacto. Del mismo modo, también de madrugada, por decreto y a la misma hora, Erdogan ha echado al presidente del Banco Central turco, que fue elegido para el puesto hace solo cuatro meses y medio. El motivo, según los rumores, ha sido no seguir al pie de la letra las indicaciones económicas del presidente. Más allá de este cambio de cromos en la dirección del Banco Central —que, según los expertos, hará que la moneda local, la lira turca, se devalúe fuertemente el lunes—, la retirada de la Convención de Estambul ha supuesto para las mujeres un retroceso enorme en lo que se refiere a sus derechos.

"La decisión de Turquía de abandonar el pacto son noticias devastadoras", ha dicho el Consejo de Europa, la organización que auspició el acuerdo, en un comunicado. "La Convención de Estambul cubre a 34 países y es considerada como el mejor estándar de los esfuerzos internacionales para defender a mujeres y niñas de la violencia que sufren en nuestras sociedades. Este movimiento [de Erdogan] es un paso atrás enorme para todos estos esfuerzos, y es deplorable, porque compromete la protección de las mujeres en Turquía, en Europa y el mundo", reza el comunicado.

La reacción de las mujeres turcas no se ha hecho esperar. Este mismo sábado por la tarde, el barrio de Kadiköy, en el centro de Estambul, se ha llenado de mujeres de todas las edades. Protestaban por una medida que nadie en Turquía se esperaba. "¡Tayyip, dimite! ¡Justicia!", gritaban, "¡Bote, bote, bote, Tayyip quién no bote! ¡Corre, Tayyip, corre, corre, que vienen las mujeres", continuaban, en un grito que en la Turquía del 2021 se ha vuelto una provocación y una heroicidad. La semana pasada 14 mujeres fueron detenidas por haber gritado y bailado estos cánticos en la manifestación del Día Internacional de la Mujer. Se las acusa de "insultos al presidente". Podrían llegar a ser condenadas a cuatro años de cárcel.

"No entiendo cómo pueden decidir algo así, de noche, por sorpresa. Creo que este gobierno no le importamos las mujeres. Si nos matan, si nos pegan, les da igual. Ellos dicen que no, pero les damos igual. Pues que sepan que seguiremos en las calles. No las dejaremos nunca", dice Ezgi, una manifestante en la treintena.

La protesta, al cabo de un par de horas, se ha terminado sin mucha incidencia ni cargas policiales —algo difícil de ver en Turquía—. Pero las organizadoras han prometido que habrá más. La pugna por la Convención de Estambul, ha anunciado, no ha terminado aún.