Política brasileña

El arduo regreso de 'Lula'

La anulación de varias condenas contra el exmandatario devuelve los casos a su punto de origen para volver a ser juzgados

El expresidente le puede disputar el puesto a Bolsonaro siempre que no vuelva a tener otra condena firme

Lula da Silva

Lula da Silva

Montse Martínez
Abel Gilbert
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El actual presidente de Brasil, el exmilitar ultraderechista Jair Bolsonaro, se las prometía muy felices al mirar al horizonte de las próximas elecciones en 2022 para hacerse con un segundo mandato. Hasta que un juez se interpuso en su camino al anular, el lunes, las condenas que apartaron de la política al exmandatario Luiz Inácio 'Lula' da Silva. Este replanteamiento judicial, que todavía no es firme y ha sido recurrido por la Fiscalía, puede allanar la vuelta al ruedo político del icono de la izquierda latinoamericana, que siempre adujo haber sido víctima de una persecución para desacreditarle. Estas son las claves para entender la nueva deriva política del país carioca.

Por qué fue condenado Lula

Luiz Inácio 'Lula' da Silva, presidente de Brasil entre 2003 y 2010, fue el político con el cargo más alto condenado por la trama 'Lava Jato', un escándalo de corrupción que salpicó a líderes políticos y empresariales de todo el país. Al exdirigente le impusieron condenas de prisión que sumaban 26 años. La causa más relevante está relacionada con un apartamento en la costa paulista que el juez Sergio Moro lo vinculó a un pago que Lula recibió por un favor a un empresario y que, en rigor, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) nunca ocupó. Tampoco lo hizo nadie de su familia. En el año 2018, y pese a estar en la cárcel cumpliendo pena, se presentó como candidato a la carrera presidencial. Lula encabezaba entonces las encuestas pero una precipitada ratificación de la pena por un tribunal de segunda instancia lo sacó de la competición. A un mes de la primera ronda electoral fue sustituido por Fernando Haddad. El exalcalde de San Pablo fue derrotado por el ultraderechista Jair Bolsonaro.

¿Qué ha motivado la anulación de la condena?

El magistrado de la Corte Suprema de Brasil, Edson Fachin, ha anulado las sentencias condenatorias al considerar que el tribunal que enjuició al expresidente no contaba con la jurisdicción necesaria para hacerlo. El juez, en consonancia con lo que planteó el abogado defensor del exmandatario, argumentó que el tribunal situado en Curitiba, en el estado brasileño de Paraná, no debía haberle juzgado porque los presuntos delitos no se cometieron en la citada jurisdicción. El magistrado, que ha anulado cuatro casos de corrupción en base a este argumento, ordenó que vuelvan a ser juzgados en Brasilia, lugar donde residía Lula como presidente.

¿Qué puede suceder ahora?

El hecho de que el juez Fachin anulara las condenas no significa, en absoluto, que dé por sentada la inocencia de Lula. Simplemente, devuelve los casos a su punto de partida con la posibilidad de que el expresidente pueda se enjuiciado y condenado nuevamente, pero en un marco de imparcialidad que entonces no existió: Lula ni siquiera tuvo derecho a presentar pruebas y su sentencia se basó en dudosos testimonios de personas que se ampararon en el beneficio de la "delación premiada". La Fiscalía ya ha anunciado que va a recurrir la resolución de la Corte Suprema. Si su planteamiento es aceptado, la decisión de Fachin podría ser revocada, aunque los expertos no lo consideran muy plausible porque está alineada con la jurisprudencia del alto tribunal. De mantenerse, los casos pasarían a la jurisdicción pertinente para volver a juzgarse.

El factor Sergio Moro

Moro tuvo desde el principio un blanco selectivo: Lula. "¿El apartamento es suyo?", le preguntó al expresidente cuando se vieron cara a cara. Lula le dijo que no. "¿Seguro?", insistió el interrogador. "Seguro", repitió el interrogado. "¿Entonces no es suyo?", volvió a preguntar Moro y se encontró con la misma respuesta. "¿Ni un poquito?", machacó el magistrado, sin suerte. "¿O sea que usted niega que sea suyo?", se empecinó. "Lo niego", escuchó decir a Lula. "¿Y cuándo lo compró?", se obstinó. "Nunca", le contestó. "¿Y cuánto le costó?", perseveró. Con los meses, dictó sentencia. Bolsonaro lo premió con el Ministerio de Justicia y esperaba tener un lugar en el Tribunal Supremo. El Tribunal Supremo discute estos días si Moro fue parcial en la causa contra el expresidente. El intercambio de mensajes durante el juicio con el fiscal Deltan Dallagnol, conocidos en 2019, a través de un 'hacker', no lo dejan bien parado.

¿Podrá Lula presentarse a las elecciones de 2022?

Si Lula vuelve a sentarse en el banquillo para ser enjuiciado nuevamente, podría participar en la carrera presidencial siempre y cuando no llegara una condena firme antes de los comicios, como ocurriera en el 2018. Fuentes judiciales brasileñas consideran, sin embargo, que es muy poco probable encontrarse con este último escenario dada la lentitud de la justicia, la relativa inminencia de la carrera presidencial y el cambio de las condiciones políticas que llevaron a Lula en su momento a la cárcel. En el entorno del exmandatario consideran que de momento es prematuro anunciar una candidatura porque contribuiría a polarizar a la sociedad cuando Bolsonaro atraviesa su peor momento como jefe de Estado por su desastrosa gestión de la pandemia.

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