El tablero político en Italia

El Movimiento 5 Estrellas entra en el sistema

El nombramiento de Giuseppe Conte como líder transforma el M5S en un partido

El exprimer ministro impone una ubicación a la izquierda junto al PD que divide a los progresistas

El nuevo líder del M5S y exprimer ministro italiano Giuseppe Conte.

El nuevo líder del M5S y exprimer ministro italiano Giuseppe Conte. / OLIVIER HOSLET / POOL

Rossend Domènech

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Los indignados del Movimiento 5 Estrellas (M5S), fuerza fundada en 2009 por el cómico Beppe Grillo, han llegado al final de su espectacular avance y, alejándose de su idealismo 'anticasta' original, han empezado a dividirse. Querían "abrir el Parlamento como una lata de atún", lo que despertó muchos apoyos entre los electores, pero el día a día en el arte de gobernar les ha transformado en "el gran partido moribundo", como lo definen algunos analistas.

El nombramiento de Conte como líder del M5S, formalizado esta semana, debería ser el último paso para zanjar una transformación radical de la 'criatura' de Grillo, un cambio que en la Eurocámara ya se ha producido.

Según un análisis del Instituto Cattaneo, en la legislatura europea de 2014-2019 el grupo del M5S votó en el 76% de las ocasiones igual que el Partido Socialista Europeo (PSE) a pesar de haber ingresado en el grupo del impulsor del Brexit Nigel Farage, Europa de la Libertad y de la Democracia.

A día de hoy y por desavenencias entre los 'anticasta' y los "gobernativos", unos 50 diputados de la formación han dejado el partido, han emigrado a otras formaciones o intentan adherirse a otros grupos parlamentarios de la Cámara italiana, mermando unos cinco millones de euros a las arcas del M5S. Es el dinero que cada parlamentario aporta al partido de su sueldo. Además, todos los sondeos nacionales vaticinan que el apoyo entre los votantes ha descendido al 15,8%; es decir, que cara a unas nuevas elecciones los 5S no serían ni el primer ni segundo partido, sino el tercero o el cuarto si la extrema derecha de Hermanos de Italia (FdI), ahora empatados con ellos, les adelantase.

Gobierno con la Liga

Irrumpieron en 2003 de la nada en el panorama político y obtuvieron el 25,56% de las papeletas. En 2018 alcanzaron el 32,68% y pasaron a formar un gobierno con la Liga de Matteo Salvini. El Ejecutivo estaba presidido por Giuseppe Conte, un 'outsider' que los entonces indignados 'pescaron' en la Universidad de Florencia, donde impartía clases de jurisprudencia. Sin elecciones de por medio, en 2019 abandonaron a Salvini y se coaligaron con el progresista Partido Demócrata (PD). Pero, dos años después ha llegado Mario Draghi, que ha formado un Ejecutivo en el que están prácticamente todos los partidos, aunque paradójicamente es como si no estuviera ninguno, porque todos sufren problemas de crecimiento.

La derecha xenófoba de Salvini sigue siendo la primera formación del país (23,3%, SWG), pero está pasando por un espectacular proceso de transformación que tal vez un día le lleve a entrar en el Partido Popular Europeo (PPE). La base industrial del norte se ha alejado de la inestabilidad de Salvini.

De su parte, los progresistas (exPCI) andan todavía mirando la brújula desde que cayó la URSS, pero principalmente desde que rechazaron la línea exitosa (42,2% en 1996) de El Olivo de Romano Prodi. Nicola Zingaretti, secretario del PD dimitido este jueves, llevaba meses trabajando para llevar al M5S a la órbita de la izquierda: la semana pasada ofreció a los exindignados entrar en el Gobierno de la autonomía de Lazio (Roma) y les propuso también consensuar un candidato común para la alcaldía de la capital (cuyas elecciones se celebrarán, si lo permite la pandemia, esta primavera). Se trata de una operación política a la que veladamente se oponen los líderes veteranos de la formación, "las insidias diarias" a las que se ha referido Zingaretti para explicar su dimisión.

Tras la aceptación de "refundar" a los 'anticasta', Conte les ha dicho que "es evidente" que el eje del partido es el centroizquierda. "Los temas (del Movimiento) llevan hacia allí (...) Pero debemos (man)tener aquel populismo sano del primer gobierno, no para tomarla contra los inmigrantes (...), sino para no sufrir los lobis que en Italia influyen, sobretodo sobre el centroizquierda". La llegada del exprimer ministro ya ha sido contabilizada por las encuestas, según las cuales el M5S subiría hasta el 22% y se situaría como el segundo partido. "Los sondeos demuestran que el PD paga con la condena a gobernar", ha escrito el progresista crítico Gianni Cuperlo.

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