VIOLENCIA EN EL ESTE DE EUROPA

La policía de Ucrania libera a los 20 pasajeros de un autobús secuestrado

El asaltante, que sufre problemas psiquiátricos, llevaba armas y explosivos

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Marc Marginedas

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Final feliz en el secuestro de un autobús con 13 pasajeros a bordo que ha mantenido en vilo a Ucrania durante todo este martes. Tras una operación relámpago, las fuerzas especiales locales han logrado liberar, entrada ya la noche, a todos los rehenes que quedaban en el interior del vehículo y han detenido al captor, un expresidiario en tratamiento psiquiátrico, provisto de armas y explosivos. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, había asumido el caso bajo su "control personal" y había prometido realizar "todos los esfuerzos para resolver la situación sin víctimas".

Poco antes, tres rehenes (una mujer embarazada, una anciana y una joven) habían sido liberados despues de que el jefe del Estado hablara por teléfono en persona con el captor y aceptara difundir un vídeo en una red social pidiendo a la población que vieran un documental en el que se denunciaba el maltrato animal. Una vez acabado el secuestro, la grabación fue borrada. 

El secuestro se inició a primera hora de la mañana en la localidad de Lutsk, una ciudad de 220.000 habitantes no lejos de las fronteras con Polonia y Bielorrusia. Durante toda la jornada, en las redes sociales han circulado imágenes del vehículo, un minibús blanco y azul, aparcado en el centro de esa localidad con las cortinas corridas y las ventanas dañadas <strong>Yuriy Kroshko</strong>, jefe de la Dirección Principal de la Policía, informó sobre el mediodía que la identidad del secuestrador había sido finalmente establecida y que se estaban desplegando en la zona "fuerzas especiales que pueden neutralizar a delincuentes".   

Durante los primeros momentos del secuestro, el captor realizó "dos disparos" en dirección del cordón policial que rodeaba al vehículo, y también lanzó desde el vehículo al exterior una granada que finalmente no explotó. Según la Fiscalía General Ucraniana, el secuestrador había escondido en el interior del autobús un artefacto explosivo que podía ser detonado "a distancia". El viceministro del Interior, Antón Guerashtchenko, ha asegurado por su parte que el captor presentaba un "estado mental complejo" y que el individuo en cuestión "seguía un tratamiento psiquiátrico". 

Las diferentes informaciones que se han venido difundiendo durante todo el día en los medios ucranianos apuntaban en esa dirección. El portal de información en lengua rusa 'Korrespondent.net' había asegurado que el asaltante se hacía llamar a sí mismo 'Maksim Plojoi' (Maksim el malo, en ruso). Según dicha publicación, en internet existía un libro titulado 'Filosofía del Criminal', escrito por un tal Maksim Plojoi durante una estancia en la cárcel. Antes del secuestro, había dejado grabada una nota de voz en la que felicitaba a todos por el 'Día del Militante Antisistema' y había anunciado su consigna: "El Estado es el primer terrorista".

Exigencias a las autoridades

Además, había exigido que un buen número de personalidades del país, entre las que se encontraban los presidentes de los tribunales Supremo y Constitucional, el fiscal general, el ministro de Justicia, el primer ministro, el presidente del Parlamento, el expresidente del país Petró Poroshenko e incluso algunos conocidos oligarcas como Rinat Ajmétov o Igor Kolomoiskii publiquen en sus cuentas de las redes sociales un vídeo en el que declaren la siguiente frase: "Yo soy un terrorista".

El Gobierno de Ucrania ha tenido tradicionalmente grandes dificultades a la hora de controlar el flujo de armas por su territorio. El problema se ha exacerbado en los últimos años debido al conflicto del Donbás, en el este del país. Dos regiones industriales escapan por completo al control del Ejecutivo de Kiev y están gobernadas por milicias que se autoproclaman prorrusas pero que en muchos casos están formadas por personajes con historial criminal.