POR UNA FORMA GRAVE DEL VIRUS

Julie A., 16 años, la víctima más joven en morir de covid en Francia

"Es insoportable, teníamos que haber tenido una vida normal", exclama su madre, rota de dolor, en su casa en los suburbios de París

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AFP

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Este viernes está programada una nueva evacuación de pacientes con coronavirus en el este de Francia, ya que la pandemia empeora en el país con casi 1.700 muertes, incluida una adolescente de 16 años que se ha convertido en la víctima más joven que se ha llevado por delante la enfermedad.

Para aliviar a los hospitales en el Grand Est, al borde del colpso, esta evacuación aérea se produce el día después de una transferencia sin precedentes de pacientes del este a otras regiones por medio de un TGV médico.

Con 365 muertes en las últimas 24 horas, la epidemia sigue creciendo y aumenta el temor de que las ucis en Ile-de-France pronto se saturen.

Julie A., la joven de 16 años que ha muerto en el hospital, vino de esta región. "Nunca tendremos una respuesta, es insoportable", ha explicado su madre, Sabine, a AFP. Rota de dolor ha relatado su tragedia a la agencia de notica francesa: todo empezó con unas primeras pruebas negativas en covid-19 y, luego, una prueba positiva. Esta enfermedad con fama de afectar a ancianos y personas vulnerables ha destrozado su familia.

"Es insoportable", explica Sabine. Al hablar a toda velocidad, evoca "la conmoción de perder a un hijo", "el sentido de la vida", la obligación de "continuar".

"Teníamos que tener una vida normal", relata desde el teléfono en su casa de los suburbios de París.

Primero, una pequeña tos

"Ella empezó a toser", cuenta Sabine. Una tos pequeña y leve que apareció hace una semana y que trató con jarabe, hierbas e inhalaciones.

El sábado, Julie comenzó a sentir falta de aliento. "Empezó a tener dificultades para recuperar el aliento", recuerda su madre. Luego vinieron los ataques de tos, que llevaron a su hija, que nunca había tenido ningún problema de salud, al médico.

El doctor observó una deficiencia respiratoria "aceptable". Llamaron a una ambulancia, aunque finalmente fueron los bomberos los que la trasladaron.

Trajes de neopreno completos, máscaras, guantes, "es la cuarta dimensión", explica la madre. Llevan a la joven, con una máscara de papel debajo de su máscara de oxígeno, al hospital más cercano, en Longjumeau, en Essonne.

Sabine se va a casa. Cuando llama al hospital un poco más tarde, le informaron de una tomografía computarizada, opacidades pulmonares, "nada grave".

Le hacen una prueba de covid-19.

Por la noche, Julie tuvo una insuficiencia respiratoria y se la llevan al hospital Necker para niños, en París. Le siguen haciendo otras pruebas de covid-19.

"Me duele el corazón"

Julie ingresó en cuidados intensivos el martes. La instalaron en una habitación pequeña con paredes azules, con cachorros. "A los 16 años, todavía es pediatría, somos jóvenes", cuenta Sabine.

Cuando viene a visitar a su hija por la tarde, está ansiosa, habla pero se cansa rápidamente: "Me duele el corazón", dice ella.

Sin embargo los resultados de las últimas pruebas de covid-19 dieron ¡negativo!.

"Le abrieron la puerta del dormitorio, las enfermeras ya no iban con bata, el médico levantó el pulgar para decirle que está bien", rememora Sabine. Julie parecíae haber evitado lo peor.

Era ya tarde y Sabine regresó a casa, prometió que regresaría al día siguiente.

Respiración asistida

A última hora de la noche, una llamada: el resultado de la primera prueba realizada en el hospital de Longjumeau acaba de llegar, Julie es positiva en covid-19 y su condición se está deteriorando, debe ser intubada.

"No lo creíamos. Nos decíamos que debían de estar equivocados. ¿Y por qué estos resultados llegaban tan tarde?", se pregunta una y otra vez Sabine.

"Desde el principio, nos dijeron que el virus no afectaba a los jóvenes. Lo creíamos, como todos los demás", asegura Manon, la hermana mayor de Julie.

Alrededor de las 00.30, otra llamada: "¡Ven, rápido!".

"Ahí, entré en pánico. Hay palabras que te hacen entender", dice Sabine.

Según el Director General de Salud, el profesor Jérôme Salomon, quien anunció la muerte de la niña el jueves por la noche, Julie fue víctima de una forma grave del virus "extremadamente raro" en los jóvenes.

"En una hora"

"Ella ya estaba gris", cuenta Sabine.

Cuando llegó al hospital con su hija mayor alrededor de la una de la madrugada el miércoles, Julie estaba muerta. Le tocó la mano: "Su piel aún estaba caliente", recuerda.

Su hermana le acarició la frente. Y luego, inmediatamente, les explicamos que no la volverían a ver, el protocolo en tiempos de epidemia es estricto.

"Todo esto sucedió en una hora...", explica Sabine.

Todo debe ser quemado

Imposible también recuperar sus pertenencias, la ropa ni los objetos de la niña, todo debe ser quemado. Pero se las arreglaron para guardar una cadena del bautizo, una pulsera.

El cuerpo de Julie se quedó en la mogue del hospital Necker. Se quedará allí hasta el entierro, planeado deprisa. Como precaución, no habrá ceremonia, solo 10 personas estarán presentes en el cementerio.

"Tuvimos que elegir entre nuestros familiares que estarán presentes", cuenta Manon. "El mismo día de su muerte, ya teníamos que elegir su ataúd". Este ataúd deberá permanecer cerrado y Julie "no estará maquillada ni vestida, uno no tiene el derecho", explica su hermana.

Desde el jueves por la noche, los rótulos en las cadenas de tele señalan repetidamente que una niña de 16 años ha muerto a causa del coronavirus. "Es horrible porque era mi hija", se lamaneta Sabine.

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