ESTÍMULOS Y AYUDA

Trump enviará cheques a los ciudadanos para paliar el efecto del coronavirus

Dos jóvenes con mascarilla se hacen un 'selfie' frente a la estatua del toro de Wall Street, este martes en Nueva York.

Dos jóvenes con mascarilla se hacen un 'selfie' frente a la estatua del toro de Wall Street, este martes en Nueva York. / periodico

Idoya Noain

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es un hombre que entiende mejor las cosas con números. Dos que se le presentaron domingo y lunes sobre el coronavirus, un modelo hipotético sobre el peor escenario para EEUU con 2,2 millones de muertes y la caída de 13,5 % en la producción industrial de China en enero y febrero, parecen haber contribuido a que haya dado en las últimas 48 horas un giro de 360 grados en su tono y su discurso. Trump ha pasado de minimizar el peligro que representa el virus y de grandilocuentes declaraciones como que lo tenían "bajo tremendo control" a asumir públicamente su extrema gravedad y las dificultades que plantea. Y con ese cambio ha llegado también un impulso a los esfuerzos para combatir la crisis y sus efectos, tanto en términos sanitarios como económicos.

Este martes, cuando se contabilizaban más de 5.000 casos detectados y 93 fallecidos, el presidente ha anunciado que buscará luz verde en el Congreso a un enorme paquete de estímulo de al menos 850.000 millones de dólares.

Cheques directos y acciones de la Fed

El plan, "grande y audaz" según sus palabras, incluye la idea de realizar en las próximas dos semanas un envío masivo de cheques a los ciudadanos, ya impactados en numerosos estados por cierres de escuelas, bares y restaurantes y otros negocios y fábricas, como medida para tratar de frenar la propagación. El plan tendría también partidas para ayudar a industrias directamente afectadas como la hotelera y la de las aerolíneas y a pequeñas y medianas empresas.

El Congreso ya aprobó un paquete inicial de 8.300 millones de dólares destinados sobre todo al terreno sanitario y se espera que el Senado apruebe pronto otro de 100.000 millones que pasó en la Cámara Baja la semana pasada y que entre otras cosas, cubriría para el 20% de trabajadores bajas por enfermedad o familiares pagadas.

También este martes, mientras Trump Trump daba autoridad al Tesoro para que amplíe sin penalización 90 días el plazo de pagos de impuestos que acababa el 15 de abril, la Reserva Federal ha dado otro paso extraordinario para apoyar la economía siguiendo, de nuevo, el modelo empleado tras la última crisis financiera en la gran recesión. El banco central estadounidense ha anunciado que crea un programa con un fondo especial para realizar compras de papel comercial, los préstamos a corto plazo de los que dependen los negocios, con lo que contribuirá a que siga fluyendo el crédito.

Coordinación con los estados

Son medidas extraordinarias para una crisis extraordinaria que se ha colado también en la campaña electoral, alterada por la crisis. El gobernador de Ohio suspendió las primarias demócratas que se debían celebrar este martes y aunque Illinois, Arizona y Florida continuaban con las votaciones no lo hacían sin problemas.

Trump ahora demuestra entender esa gravedad, logrando por fin con sus palabras no hacer un eco discordante a sus propias autoridades sanitarias o forzando a matizaciones. Ya el lunes usó el tono grave al anunciar directrices federales para las próximas dos semanas que instan a los estadounidenses a evitar aglomeraciones de más de 10 personas. Y lo ha vuelto a usar este martes, cuando ha insistido en pedir a los ciudadanos que "se queden en casa y disfruten su salón" o al mostrar su "descontento con la gente que no sigue las recomendaciones".

Trump, que por ahora descarta un confinamiento a escala nacional, incluso ha aparcado en la rueda de prensa, y al menos en parte, los enfrentamientos con los gobernadores, sobre todo demócratas, que le han estado reclamando más acciones. Ha dejado abierta la posibilidad, por ejemplo, de movilizar material del Departamento de Defensa para reforzar la respuesta médica como ha pedido Andrew Cuomo, el gobernador de Nueva York, junto al estado de Washington, el más afectado de momento. Y aunque llevaban dos días cruzándose ataques en Twitter hoy los dos han lanzado mensajes de cooperación.

A Trump, en cualquier caso, le cuesta abandonar su triunfalismo y sus métodos habituales. Sus mensajes hablando del coronavirus como el "virus chino" siguen creando tensión con Pekín, que este martes ha expulsado a varios periodistas estadounidenses. E incluso cuando hablaba con tono severo de la gravedad de la "pandemia", no podía evitar faltar a la verdad: "Lo dije antes de que se designara oficialmente como tal", ha dicho, "siempre lo he visto como algo serio".