MEDIDAS DE EMERGENCIA

EEUU empieza a cerrar por el coronavirus

Un peatón con mascarilla en las calles de Nueva York

Un peatón con mascarilla en las calles de Nueva York / AP Photo John Minchilo

Idoya Noain

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De los 1,1 millones de estudiantes en las escuelas públicas de Nueva York, la ciudad con el mayor distrito escolar de Estados Unidos, cerca de 750.000 son pobres, incluyendo unos 114.000 que no tienen hogar. Esa realidad, que transforma los colegios en centros sociales, el único lugar donde algunos de los pequeños tienen garantizada la comida o el aseo, era una de las razones de la resistencia del alcalde Bill de Blasio a decretar el cierre de los centros. Ha acabado imponiéndose los esfuerzos para luchar contra la propagación del coronavirus, del que ya se han detectado cerca de 3.500 casos en EEUU y que ha provocado 62 muertos.

Este domingo el primer edil ha anunciado el cierre de las escuelas públicas a partir de este lunes y por lo menos hasta el 20 de abril. Lo ha hecho poco después de el gobernador, Andrew Cuomo, anunciara que a lo largo de la semana deberán cerrar otras escuelas del estado. Y son ya más de una docena los estados de todo el país los que han adoptado la medida.

Bares y restaurantes

Unas horas más tarde, De Blasio ha anunciado también que a partir del martes a las nueve de la mañana los bares, restaurantes y cafeterías solo podrán operar para entregas a domicilio o recogidas para llevar en el local y deberán cerrar clubs nocturnos, cines, pequeños teatros y salas de conciertos. Le ha seguido horas después el primer edil de Los Ángeles, Eric Garcetti, que ha adoptado la misma medida, extendiéndola también a gimnasios, y ha sumado a su orden una moratoria para los desahucios de alquileres y el anuncio de la creación de un fondo para ayudar a pequeños negocios.

“No es una decisión que tome a la ligera", ha dicho De Blasio en un comunicado anunciando su decisión. "Estos lugares son parte del corazón y el alma de nuestra ciudad, de lo que significa ser neoyorquino, pero nuestra ciudad enfrenta una amenaza sin precedentes y debemos responder con mentalidad de tiempos de guerra".

Cierres similares se habían anunciado horas antes en otros estados. Mike DeWine, gobernador de Ohio, ha sido el primero en adoptar la decisión, que entraba en vigor este domingo. El de Illinois, JB Pritzker, ha anunciado que ellos comenzarán el lunes. Y el de California, Gavin Newsom, aunque no ha llegado a dar la orden, ha recomendado el cierre de bares, locales de ocio nocturno, cervecerías y bodegas. También el Centro de Control y Prevención de enfermades, autoridad federal, ha recomendado este domingo que se suspendan durante ocho semanas los actos organizados con más de 50 personas.

“Soy consciente de que esto impactará a muchos trabajadores y no puedo expresar cuánto lo siento pero trabajaremos para mitigar el sufrimiento”, ha escrito DeWine en un hilo en Twitter, donde ha explicado también: “Cada día que lo retrasamos más gente morirá. Si no actuamos y conseguimos cierta distancia entre la gente nuestro sistema sanitario no aguantará”.

“El tiempo para la persuasión y las llamadas públicas se acabó. Ha llegado la hora de actuar”, ha declarado Pritzker. “Esto no es una broma. Nadie es inmune a esto y tienen obligación de actuar en interés de toda la gente del estado”.

En Puerto Rico, mientras, se ha impuesto el toque de queda entre las nueve de la noche y las cinco de la mañana y se han dictado orden de cierre de todos los negocios no esenciales.

Trump: “relájense”

Las decididas acciones de esos gobernadores se producían horas antes de que el gobierno federal publique este lunes directrices, según ha anunciado el vicepresidente Mike Pence en una rueda de prensa en la que el presidente, Donald Trump, ha vuelto a provocar la polémica.

Trump, que ha llegado pletórico  y se ha declarado “feliz” por la decisión de la Reserva Federal de bajar los tipos de interés prácticamente a cero e inyectar en un programa de estímulo cuantitativo de compra de bonos 700.000 millones de dólares, ha pedido a la gente que limite las compras masivas que han estado vaciando supermercados. “No tienen que comprar tanto, tómenselo con calma, simplemente relájense”, ha dicho. “Estamos muy bien, todo pasará”.

En otro momento Trump ha llegado a asegurar que tienen “tremendo control” sobre el virus. Y también ha vuelto a minimizar el riesgo asegurando que “los jóvenes, gente con buena salud y otros grupos de gente no se ven muy afectados”.

Poco después, cuando Trump ya se había marchado, ha intervenido en esa misma comparecencia con un mensaje muy distinto el doctor Anthony Fauci. “Lo peor está por llegar”, ha advertido el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas. “El resultado final dependerá de cómo respondemos al desafío. Estamos en un punto muy, muy crítico”.