elecciones legislativas

Los iranís escogen su Parlamento en un clima de alta tensión con EEUU

Comienzan las elecciones legislativas en Irán

Comienzan las elecciones legislativas en Irán. En la foto, Ali Khamenei deposita su voto. / periodico

Ana Alba

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En un clima de alta tensión con Estados Unidos, Irán celebra el viernes elecciones legislativas para escoger a los 290 diputados que integran la Asamblea Consultiva Islámica del país. Los candidatos conservadores tienen buenas perspectivas para ganar el terreno que perdieron ante los reformistas y los moderados, gracias al resurgir del enfrentamiento entre Teherán y Washington, archienemigos desde que el Ayatolá Jomeiní instauró la Revolución Islámica en Irán en 1979.

Las ganancias conservadoras serán a expensas de los que apoyaron al actual presidente iraní, Hasán Rohaní, un moderado reelegido en las presidenciales del 2017 con la promesa de dar más libertades a los ciudadanos y conseguir beneficios con un acercamiento a los países llamados occidentales.

Llegada de Trump

Los avances iniciados por los reformistas ya en el 2016 quedaron frenados con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, especialmente cuando en el 2018 retiró a su país del acuerdo sobre el programa nuclear iraní que habían firmado Teherán y seis potencias mundiales -EEUU, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania-, y decretó la imposición de nuevas sanciones a Irán, algo que volvió a destruir la economía del país.

En el último año y medio, la crisis económica y la fuerte devaluación de la moneda nacional ha provocado un gran descontento general que se ha traducido en huelgas y en protestas que estallaron el pasado mes de noviembre.

Ese mes se disparó el precio de la gasolina y se manifestaron miles de personas reprimidas por las fuerzas de seguridad. Según la oenegé Amnistía Internacional (AI), al menos 304 iranís murieron en la represión de las protestas, en las que miles de personas fueron detenidas.

Protestas por el derribo de un avión

En enero, los indignados volvieron a tomar las calles de Irán para protestar contra el derribo, por error, por parte de Irán, de un avión ucraniano con 176 civiles a bordo. Las fuerzas iranís atacaron el vuelo al confundirlo con un misil de crucero, tras la espiral de violencia que provocó Washington al asesinar al general iraní líder de la Guardia de la Revolución Qassim Soleimaní, en un ataque en Irak.

La ira popular por este asesinato congregó a cientos de miles de personas en Irán y ha devuelto a muchos a las viejas posturas respecto a EEUU. Estas tensiones pueden fortalecer ahora a los diputados más intransigentes, debido a la creciente desconfianza hacia Washington y Europa.

A pesar de las intenciones de avanzar en la agenda social, los reformistas han comprobado las limitaciones del Parlamento, los ciudadanos ven sus vidas de nuevo devastadas por las sanciones económicas y un regreso a la confrontación con EEUU.

Llamadas de Jameneí y Rohaní a votar

La mayoría de los analistas espera que la desilusión palpable en los 57 millones de personas llamadas a las urnas provoque una baja participación en los comicios, a pesar de las llamadas del guía supremo, el ayatolá Alí Jamenei, para que los iranís voten porque "es un deber religioso", y las del presidente Rohaní alegando que participar puede dar "la fuerza y la unidad" necesarias para "enfrentarse a EEUU".

La media de participación en las últimas diez elecciones en Irán es del 60.5%, según el ministerio del Interior, pero las perspectivas de afluencia a los colegios electorales son mucho menos halagüeñas este año, según los expertos.

El Parlamento (Maylis) ha estado dominado desde el 2016 por reformistas y moderados que lograron un gran triunfo en Teherán, donde obtuvieron los 30 escaños que había en juego. Hace cuatro años se escogió a un 41% de reformistas y moderados, mientras que el resto de la cámara está formada por un 29% de extremistas y un 28% de independientes. 

Unos 7.000 candidatos vetados

Sin embargo, todo apunta a que la Cámara cambiará de manos y los conservadores estarán mejor situados. Una de sus listas en Teherán está liderada por el antiguo alcalde y excomandante de la Guardia Revolucionaria Mohamad Baqer Qalibaf.

A los comicios concurren más de 7.000 aspirantes -más del 75% del ala conservadora- y 7.000 más han sido rechazados por el Consejo Islámico. La mayoría de los vetados son reformistas y moderados, entre ellos, 90 diputados de la actual Asamblea.

Según diplomáticos occidentales, la censura se debe a las intenciones del ala más radical iraní de acabar con el acuerdo nuclear. Pero el Consejo Islámico asegura que el rechazo a los candidatos se debe a corrupción, malversación, consumo y tráfico de drogas.

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