Protestas en Colombia

Duque acelera el diálogo nacional ante el estallido social

Manifestación contra el Gobierno de Iván Duque, este sábado en Bogotá.

Manifestación contra el Gobierno de Iván Duque, este sábado en Bogotá. / periodico

Abel Gilbert

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Iván Duque decidió iniciar este mismo domingo su "conversacion nacional" para "pacificar" Colombia. Su primer encuentro ha sido con alcaldes y gobernadores electos en los comicios regionales de octubre. La prisa presidencial se ha hecho patente desde el momento en que comenzó a hablarse de "estallido social". La huelga general del jueves, con sus multitudinarias manifestaciones, aparece a estas alturas  como el detonador de un movimiento telúrico que Duque no esperaba. El Gobierno de derechas se ha visto desbordado por los acontecimientos. Si semanas atrás trataba de imponer la reforma laboral y la del sistema de pensiones, la realidad lo muestra ahora tratando de desactivar una protesta a gran escala. "En el transcurso de la semana continuaremos diálogos con diferentes sectores sociales", prometió el jefe de Estado desde Twitter.

Las caceroladas marcan el compás de la crisis. Miles de jóvenes se concentraron en la plaza de Bolívar de Bogotá para hacer resonar sus enseres en la noche del sábado. Previamente, la policía había dispersado a los manifestantes con gases lacrimógenos y bombas aturdidoras. Un joven resultó herido de gravedad por las fuerzas de seguridad. "He ordenado la investigación urgente de este caso para esclarecer rápidamente lo sucedido y determinar responsabilidades", dijo Duque.

"Una parte muy significativa del país marchó pacíficamente, llena de creatividad y con un claro descontento hacia la manera como siente que la Administración de Iván Duque está dirigiendo el país. No hay señales desde el Palacio de Nariño de que el mensaje se esté recibiendo", señaló el diario 'El Espectador' en su editorial del domingo. La policía, añadió, "falla al no poder evitar los abusos de poder de algunos de sus agentes".

Retórica blanda

De esta manera, Duque viene repitiendo a pie juntillas la misma hoja de ruta de su colega chileno Sebastián Piñera frente al conflicto social. De un lado, Piñera aseguró que sus oídos habían captado el clamor popular. Pero por el otro, se intensificó la represión de las manifestaciones. Según 'El Espectador',  "es frustrante" que la respuesta del Gobierno colombiano "haya sido de retórica blanda". Recordó en ese sentido que tanto Duque como la vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez, dijeron haber "escuchado" la exigencia de la calle de un país más equitativo. "Pero en el fondo de sus declaraciones se percibe otra realidad". El Gobierno está convencido "de que se están haciendo las cosas bien, que no hay necesidad de interpelar directamente las peticiones de los manifestantes y que todo se circunscribe a un asunto de orden público".

Una lectura precisa

El diario bogotano 'El Tiempo' señaló, por su parte, que "es evidente que el sonido de los utensilios de cocina expresa inconformismo, inconformismo válido, pero es una manifestación que no va acompañada de una narrativa que pueda ser llevada a un escenario de diálogo para, a partir de esta, iniciar la búsqueda de consensos". Frente a estas circunstancias, Duque debe hacer "la lectura más precisa y aguda posible de lo que mueve a los protestantes para poder alcanzar puntos de encuentro".

Diversos analistas coinciden en que en Colombia tiene lugar un estallido social sin precedentes en la historia reciente. Aquello que comenzó con el llamamiento de las centrales sindicales y los estudiantes ha dado paso a una expresión de hastío colectivo. Las "batallas campales" entre jóvenes y uniformados son apenas un aspecto de la crisis. Los 'caceroleos' han irrumpido como la manifestación ruidosa del enojo en un país cuyos índices macroeconómicos suelen ser ponderados dentro y fuera del país, pero sus efectos distributivos no son sentidos por los ciudadanos de a pie.

Llamamiento de la UE

"La gran mayoría de ciudadanos de Colombia que salieron a las calles han venido ejerciendo pacíficamente su derecho legítimo a la protesta, dando muestras de civismo y respeto en la expresión de sus demandas y aspiraciones", dijo la UE. "Deploramos la pérdida de vidas humanas y rechazamos con firmeza los actos de violencia que empañan el derecho legítimo a la protesta pacífica y generan miedo, caos y desorden", añadió.

La  UE valoró el llamamiento hecho por Duque. "Es momento de más diálogo para dar respuestas efectivas a las aspiraciones de los ciudadanos y forjar pacíficamente consensos alrededor de los grandes desafíos del país".