TEMPORADA DE FUEGOS

Una decena de incendios en California obligan a evacuar a 200.000 personas

Los bomberos combaten las llamas que prenden en una vivienda en Los Ángeles, este lunes.

Los bomberos combaten las llamas que prenden en una vivienda en Los Ángeles, este lunes. / periodico

Andrea López-Tomàs

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California arde de nuevo. Casi 200.000 personas han sido evacuadas de sus casas por los fuegos que afectan al condado de Sonoma, en el norte del estado, y a la glamurosa zona alrededor de Los Ángeles, en el sur. Los fuertes vientos han obligado a la compañía eléctrica Pacific Gas and Electric (PG&E) a la drástica decisión de sumir en la oscuridad a cerca de dos millones de personas en el intento de evitar la propagación de los incendios por cualquier chispazo. 

El gobernador de California, Gavin Newsom, ya decretó este pasado domingo el estado de emergencia en el estado que volvía a quemarse de norte a sur, para así poder poner todos los recursos a disposición de los servicios de emergencia. Escuelas, hospitales e infraestructuras privadas y comerciales eran desalojadas para evitar una tragedia como las del año pasado y del anterior. 

Más de una docena de incendios arrasan California en una situación que ya resulta demasiado familiar para su población. En el condado de Sonoma, el Kincade Fire lleva cuatro días engullendo casas, negocios y todo tipo de infraestructuras. En total, unas 96, por ahora, y más de 66.000 hectáreas han desaparecido a su paso. Unas 185.000 personas han tenido que abandonar sus hogares mientras los bomberos luchan contra las llamas aunque el lunes por la mañana confesaron sólo tener un 5% del incendio controlado

De norte a sur

Al sur de California, el Getty Fire está dejando imágenes impactantes pese a estar bajo control en un 65%. Aunque una primera orden obligó a evacuar a unas 50.000 personas, este fin de semana 30.000 de ellas ya pudieron volver a sus hogares. Las llamas no entienden de clases sociales ya que este incendio “muy dinámico”, según los bomberos de Los Ángeles, está arrasando con una de las zonas más exclusivas del estado. Hasta Lebron James, el famoso jugador de baloncesto, ha sido evacuado

Año tras año el estado de California se ve amenazado por el fuego y los bomberos ya reconocieron que no existen las temporadas de incendios ya que es un problema que afecta a esta región durante todo el año. En este caso, los fuertes vientos de entre 70 y 120 kilómetros por hora junto a las temperaturas inusuales de la pasada semana -en el centro del estado, superaban los 30º a las puertas de noviembre- y la falta de humedad abocan al riesgo a un clima cada vez más seco. 

Unas infraestructuras eléctricas anticuadas y sin apenas mantenimiento combinadas con un estilo de vida integrado en la naturaleza californiana solo necesitan de una chispa para sembrar el caos. Aunque aún se desconocen las causas exactas de estos salvajes fuegos, se han rebelado informaciones que confirman los patrones de otros devastadores incendios. El jueves, PG&E comunicó a los reguladores que uno de los cables de alta tensión de su instalación se rompió el miércoles por la noche en la zona donde se inició el fuego. 

Hacia una gestión pública

Newsom ha lanzado repetidas críticas a la empresa por los constantes apagones a los que somete a sus clientes que suponen la gran mayoría de la población de California. “Hay una falta de intencionalidad a lo largo de décadas en la inversión de las herramientas y la tecnología para abordar este problema”, decía el sábado en Napa. Tras las catástrofes del 2017 y el 2018 en el norte del estado, PG&E se declaró en bancarrota el pasado enero. Frente a su incapacidad de gestionar las condiciones meteorológicas que ya definen al estado, Newsom se preguntaba si sería posible “dividir y administrar de una manera diferente” la electricidad en California haciendo un guiño a una posible gestión pública de este bien. 

Un caos sin precedentes se cierne sobre el estado dorado con una población hastiada de los apagones que suponen pérdidas millonarias para sus negocios y una gestión opaca de estas crisis por parte de la gigante empresa. Y aunque los fuegos ya formen parte de su identidad, los californianos se niegan a que cada vez que soplen fuertes vientos, tengan que vivir a oscuras.