CRISIS CHILENA

Más de un millón de chilenos piden cambios al presidente Piñera

Manifestantes en la ciudad chilena de Valparaíso, el 25 de octubre del 2019

Manifestantes en la ciudad chilena de Valparaíso, el 25 de octubre del 2019 / periodico

Abel Gilbert

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Una manifestación histórica ha recorrido este viernes las calles de Santiago para exigir al presidente Sebastián Piñera cambios económicos y sociales más profundos de los que ha anunciado para enfriar la protesta. "La marcha más grande de Chile" ha reunido a más de un millón de personas y puesto en evidencia que el estallido social que ha empezado hace nueve días está lejos por ahora de desactivarse. La intendenta de Santiago, Karla Rubilar, estimó en 1,2 millones la participación ciudadana. Esos hombres y mujeres, dijo, "representan el sueño de un país nuevo, transversal y con más diálogo".

Al caer la noche, y cuando se activó el séptimo día de toque de queda en la misma ciudad atravesada horas antes por las multitudes, Piñera dijo que los chilenos había pedido un país "más justo y solidario" y que ese reclamo "abre grandes caminos de futuro y esperanza". Al menos en twitter, el presidente aseguró que no tapó sus oídos frente a las demandas de la calle. "Todos hemos escuchado el mensaje.Todos hemos cambiado.Con unidad y ayuda de Dios,recorreremos el camino a ese Chile mejor para  todos". 

La consigna "el pueblo unido, jamás será vencido", tronó a pocas cuadras del Palacio de La Moneda. No han faltado los carteles que pedían la dimisión del jefe de Estado y su ministro del Interior, Adrés Chadwick, así como la convocatoria a una asamblea constituyente que elimine los cimientos legales fijados en 1980 por la Carta Magna de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90).

El caracter festivo de la jornada no fue empañado por algunos incidentes menores y tuvo altos picos de emoción como cuando la multitud cantó al unísono "El baile de los que sobran" de Los Prisioneros, la banda de rock surgida durante los últimos años de la dictadura del general Augusto Pinochet que marcó a varias generaciones con sus canciones sociales. "Únanse al baile, de los que sobran/ Nadie nos va a echar de más/ Nadie nos quiso ayudar de verdad". 

  HITO SIN PRECEDENTES

Nadie en Santiago recordaba haber presenciado tantos chilenos juntos en un mismo espacio. Algunos memoriosos evocaron el triunfo electoral del socialista Salvador Allende, en setiembre de 1970. Otros creyeron que el triunfo del NO en el plebiscito de 1988 había aunado tanta cantidad de voluntades en Santiago. Pero finalmente se llegó a la conclusión de que nunca habían marchado más de un millón de personas. "La marcha más grande de Chile", ha sido respaldada por buena parte de los intelectuales e incluso de estrellas del fútbol como Alexis Sánchez y Arturo Vidal. "Buscando un mejor Chile para todos. A manifestarse con tranquilidad y sin violencia", pidió el volante del Barcelona a través de su cuenta de twitter. En los mismos términos se expresaron Claudio Bravo y Gary Medel. 

Por lo pronto, el Gobierno de derechas ha renovado el toque de queda en la capital y las regiones de Antofagasta, Copiapó, Valparaíso, Rancagua, Concepción, Puerto Montt y Osorno. También se mantiene el estado de emergencia. Un militar ha sido juzgado por negarse a aplicarlo. Piñera ha enviado al Ejército a las calles, algo que no sucedía desde los años de la dictadura pinochetista. Se han denunciado numerosos casos de abusos, vejámenes y hasta torturas cometidas por parte de uniformados. La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, ha enviado a una misión que analizará en el terreno los alcances de la represión estatal.

ALGO CAMBIÓ PARA SIEMPRE

Hasta el momento, la protesta más importante registrada en Chile desde que el país recuperó su institucionalidad democrática en 1990 ha dejado  20 muertos y unos 2.200 detenidos, aunque algunas informaciones extraoficiales duplican la cifra de víctimas fatales. El malestar que empezó con la subida del precio del billete del metro se ha convertido ahora en un gran interrogante del modelo económico de orientación neoliberal. El movimiento, de características inéditas, expresa un descontento general pero carece de liderazgo o conducción política.

Una vez que concluyó la masiva procesión, los chilenos sintieron que algo había cambiado para siempre. "En menos de una semana se derrumbó el mejor ejemplo de la política ultra neoliberal en América Latina", señaló Edmundo Moure en la revista Crítica. El "oasis chileno" al que había hecho referencia el mandatario en medio de la reciente crisis ecuatoriana, "se quedó sin agua" y la "perla capitalista del Cono Sur se disgregó entre los dedos del presidente magnate". A su criterio, la "extensión y hondura" del malestar colectivo en el tiempo "han provocado el incendio civil cuyas llamas amenazan, tanto a los poderes fácticos como a los instituidos". 

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