Crisis en Chile

Piñera suspende el alza del precio del metro tras el estallido social

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Abel Gilbert

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El presidente Sebastián Piñera suspendió el alza del precio del metro que detonó la peor protesta social en casi 30 años de vida institucional en Chile. "Quiero decir con mucha franqueza que he escuchado con humildad y con mucha atención la voz de mis compatriotas, y no tendré miedo a seguir escuchando esa voz, porque así se construyen las democracias", dijo el sábado por la tarde después de que los últimos cacerolazos retumbaran en Santiago. El Gobierno de derechas mantiene por ahora el estado de emergecia con el añadido del toque de queda en la capital. "Los militares controlan Santiago como en los 80", ha señalado el portal chileno 'El mostrador' después de que los uniformados volvieran  a las calles con todos los recuerdos a flor de piel de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90). 

Los incidentes dejaron 41 estaciones de metro con destrozos y 308 detenidos, además de daños en la sede de la central eléctrica Enel, bancos, supermercados y hasta universidades. Las restricciones al derecho de libertad de reunión y movimiento en el espacio público han tenido la bendición de los partidos conservadores y un sector de la oposición.

La segunda gestión de Piñera vuelve a enfrentarse con la calle. Hace ocho años fueron los estudiantes quienes ganaron el espacio púbico para reclamar la gratuidad de la educación. Esta vez el detonante de un malestar esencialmente juvenil y sin orientación partidaria está relacionado con el coste del medio de transporte más eficaz y ponderado de Santiago. En los últimos 12 años, el billete ha aumentado 20 veces de manera gradual. El incremento que ha encendido la mecha de la protesta social es de cuatro centavos de dólar. Desde hace dos días, el billete cuesta 1,17 dólares.

"Un Chile de todos"

Piñera reconoció las "carencias que afectan a muchos" pero dijo que no le quedaba otra salida a partir del aumento del precio internacional del petróleo y la apreciación del dólar. "Haremos todos los esfuerzos para aliviar la situación". El presidente ha convocado a un "diálogo transversal" para buscar soluciones. Por el momento, señalan algunos analistas, Piñera evita ir al fondo de un conflicto relacionado no solo con el incremento de las tarifas sino con un problema latente en Chile que es la desigualdad.

Claudio Bravo, exportero del Barça y de la selección chilena, se lo explicó al mundo de un modo contundente: "Vendieron a los privados nuestra agua, luz, gas, educación, salud, jubilación, medicamentos, nuestros caminos, bosques, el salar de Atacama, los glaciares y ahora el transporte. No queremos un Chile de algunos pocos, queremos uno que sea de todos".

Vandalismo organizado

Santiago cuenta con siete líneas de metro gestionadas por una empresa mixta. En las dos últimas décadas han aliviado el traslado de las personas que se desplazan a trabajar desde la periferia a la capital. Cada día viajan bajo tierra unos tres millones de personas. La indignación de los usuarios no ha sido solo una cuestión de precios. Las declaraciones del ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, quien instó a los pasajeros a madrugar para aprovechar la tarifa baja que rige entre las seis y las siete de la mañana, provocaron un fuerte enojo en las redes sociales. Los incidentes en las estaciones y la suspensión del servicio han convertido a Santiago en una ciudad intransitable. "Toda la red de metro resultó quemada", dijo Karla Rubilar, la alcaldesa santiaguina. "Hubo un ataque nunca antes visto a la ciudad".

Ni el analista más avezado esperaba un conflicto de esta naturaleza. Todo comenzó cuando días atrás un grupo de estudiantes del Instituto Nacional organizó la primera avalancha humana en el metro con el propósito de no pagar el billete. Las imágenes de lo que comenzó a conocerse como las "evasiones" circularon de inmediato por Instagram y Facebook. Los adolescentes que promovieron la protesta reconocieron al semanario 'The Clinic' que nunca supusieron que un gesto de disconformidad, la evasión, desembocara en un estallido.  "Esto se masificó de una manera increíble", dijo uno de los estudiantes. "Comenzó como algo del liceo y terminó siendo algo más grande, y eso alegra", señaló otro de los testimonios. "Nuestras familias son las que tienen que pagarnos a nosotros el pasaje. A mí me lo paga mi mamá y también tiene que pagarse el pasaje a sí misma, que subió considerablemente. Entonces, es una cuestión que pesa en el bolsillo", dijo un tercero.

Un Gobierno desconcertado

La magnitud del estallido parece dar cuenta de problemas que exceden la cuestión tarifaria y los hechos vandálicos. Piñera, que tiene una desaprobación de un 53%, decidió "apagar el fuego con gasolina", de acuerdo con 'The Clinic'. "Ha llegado el momento de tomar definiciones y hago un llamamiento a los chilenos y chilenas a unirnos contra la violencia y actuar en conjunto contra los violentos", dijo el ministro del Interior, Andrés Chadwick.

Camila Vallejo, quien en el 2011 fue una de las líderes estudiantiles que puso en jaque a Piñera y desde el 2013 es diputada comunista, consideró que al declarar el estado de emergencia el Gobierno "no sabe responder ante demandas ciudadanas legítimas si no es con represión y restricción de derechos cuando se necesita diálogo". El general Javier Iturriaga había descartado el toque de queda, una medida que fue usual durante la dictadura pinochetista. "No vamos a restringir ninguna libertad personal por ahora". En pocas horas tuvo que retractarse y mostrar dureza.

añadió.