Escándalo político

Bolsonaro respalda a Moro pero evita pronunciarse por el caso Lava Jato

Esto porque su ministro de Justicia está en medio de la polémica luego de que se ha puesto en duda su imparcialidad para condenar a Lula da Silva

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El Periódico

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El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, evitó pronunciarse durante un viaje oficial a Sao Paulo sobre las sospechas surgidas por la actuación del exjuez Sergio Moro, actual ministro de Justicia, quien condenó a cárcel al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en 2017.

Pese haber dado una clara señal de respaldo al miembro de su Gobierno, al recibirlo para una reunión privada en su residencia oficial y luego desplazarse con él a una ceremonia en la que Moro fue condecorado, Bolsonaro se negó a dar declaraciones tanto en Brasilia como en Sao Paulo.

El escándalo saltó cuando un reportaje del medio de investigación The Intercept Brasil, reveló mensajes que Moro intercambió en su condición de juez, con fiscales de la operación Lava Jato, a través de los cuales pudiera haber orientado algunas acciones de la investigación contra Lula, en el proceso en el que fue hallado culpable de corrupción, lo cual está expresamente prohibido por la ley.

Los mensajes, transmitidos por Telegram, llegaron al medio dirigido por el periodista estadounidense Glenn Greenwald, a quien el exanalista de la CIA Edward Snowden reveló los programas de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) en 2013, gracias a un "hacker" anónimo que intervino los teléfonos de Moro y de algunos fiscales.

El silencio de Bolsonaro

Bolsonaro, el mayor antagonista político de Lula, llegó a Sao Paulo y se reunió con el gobernador del estado, Joao Doria, para hablar sobre la reforma del sistema de pensiones nacional. Tras el encuentro, tanto Doria como Bolsonaron atendieron a la prensa y exaltaron la importancia de la aprobación de la reforma propuesta por el Gobierno, que ahorraría cerca de 265.000 millones de dólares en una década al país, lo que ayudaría a acabar con el crónico déficit fiscal en las cuentas públicas.

El proyecto, que cuenta con el apoyo de Doria, fue presentado como una enmienda a la Constitución y plantea endurecer gradualmente el acceso al actual régimen de reparto, en el que el Estado gestiona las contribuciones de los trabajadores y las distribuye entre los jubilados. 

Asimismo, dejaría allanado el camino para adoptar un régimen de capitalización individual privado, similar al chileno, en el que la jubilación dependerá de lo que cada trabajador haya podido ahorrar a lo largo de su vida. Sin embargo, al ser consultado por el periodista de un medio local sobre la polémica de Moro, Bolsonaro puso fin inmediatamente la breve rueda de prensa.

Evita completamente el tema

El presidente participó, en seguida, en una ceremonia en la Federación de Industrias del estado de Sao Paulo (Fiesp), donde ofreció apenas un discurso protocolario en el que destacó su trayectoria política hasta llegar a la presidencia y la importancia del poder legislativo para la aprobación de leyes que garanticen un futuro mejor para el país, como la reforma de las jubilaciones.

"En la cuestión de la nueva reforma de jubilaciones. No tenemos otra alternativa. Y después de que sea aprobada, Paulo Guedes (ministro de Economía) volverá a los trabajos para disminuir los impuestos", subrayó. "Llegamos a la presidencia y ponemos en práctica lo que prometemos en la campaña. Cosa rara en la política brasileña", sostuvo el presidente, quien en casi media hora de discurso logró evitar hablar, incluso de manera indirecta de Moro y de la Lava Jato.